Acción sindical en la música
¡Uníos hermanos músicos!

El incipiente movimiento para constituir un sindicato de músicos está dando sus primeros pasos, con asambleas y tomas de contacto.

28/06/16 · 10:38
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Músicos en la manifestación del 1 de mayo de 1940 en Glasgow (Escocia).

El sábado 4 de junio el festival Primavera Sound en Barcelona vivió una de las actuaciones más especiales que se le recuerdan. Tuvo lugar a las puertas del recinto del Parc del Fórum, donde se celebra el festival desde 2005, y no estaba incluida en el cartel de la edición de este año. Participaron unos 70 músicos.

Fue el primer acto público de la Unión Estatal de Sindicatos de Músicos, Intérpretes y Compositoras, una organización en estado embrionario que apenas lleva tres meses reuniéndose, buscando alianzas y recopilando información para poner sobre la mesa que "la música es una profesión precaria que necesita mejoras profundas en materia de leyes, condiciones y normativas", cuenta a Diagonal Adriano Galante, miembro del grupo Seward y portavoz del sindicato.

"Llevamos muchos años callados. Los músicos sólo hablan de sus problemas en el backstage, en el local de ensayo y en la furgoneta. Nos cuesta aceptar que necesitamos denunciar públicamente las irregularidades de nuestro sector para poder mejorar juntos. Tenemos que organizarnos para conseguir unos mínimos. Hemos de cambiar las leyes para que las próximas generaciones no sufran lo que vivimos día tras día", recuerda Galante.

El conflicto del músico asturiano Pablo Und Destruktion con La Sexta por el uso sin permiso de una de sus canciones en un anuncio de la cadena ha servido de espoleta para que varios profesionales de la música hayan decidido afrontar en colectivo los problemas laborales que abundan en el desarrollo de sus jornadas.

"Casi nadie te da de alta, ni tampoco corre con esos gastos de gestión y si te rompes un brazo en el escenario, buena suerte" dice Adriano Galante, portavoz del sindicato

El portavoz enumera los más frecuentes, empezando por la inestabilidad y siguiendo por los riesgos o las malas prácticas: "Los contratos son prácticamente invisibles, incluso insultantes para el promotor, el festival y el Ayuntamiento. El artista tiene que buscarse la vida para trabajar legalmente. Casi nadie te da de alta, ni tampoco corre con esos gastos de gestión y si te rompes un brazo en el escenario, buena suerte. No se tienen en cuenta tampoco las horas de trabajo fuera del escenario, las horas de conducción, de montaje, de promoción".

La remuneración por su trabajo, en una profesión considerada en muchas ocasiones un hobby o una moda juvenil que ya pasará, es el principal caballo de batalla, como explica Galante.

"Normalmente, el último que cobra, si cobra, es el músico. El resto de profesionales a su alrededor no pueden permitirse trabajar ilegalmente y mucho menos gratis. ¿Por qué el músico sí? Si divides un caché de 1.500 euros entre cuatro integrantes de una banda que ha ido de Madrid a Cádiz, quítale el 20% del mánager, los gastos de transporte, los impuestos, las tasas del gestor, las comidas, el sueldo de los técnicos, el alojamiento... ¿Qué te queda? ¿Preguntarte si merece la pena seguir luchando? ¿Y si este caché sólo te lo ofrecen una vez cada tres o cuatro meses?", se pregunta en voz alta.

Una gran clase media

Tras la asamblea en el Primavera Sound, el movimiento ha recibido el apoyo de músicos como Ainara Legardón, Nacho Vegas, la Asociación de Músicos de Jazz de Cataluña o Mark 'Barney' Greenway, cantante de los británicos Napalm Death.

Además, han establecido contactos con la Coordinadora Obrera Sindical (COS) y con CNT, y a la reunión del día 4 asistieron representantes de otras fuerzas sindicales como CC OO y CO.BAS.

Sin embargo, Galante recuerda que las distintas situaciones profesionales que se dan en el sector de la música hacen muy difícil la acción conjunta.

A esa disparidad que obstaculiza la defensa de sus derechos se añade el temor, que sobrevuela a la mayoría de quienes se dedican a la música, como señala el portavoz: "Entre el aficionado que toca en el parque para sus amigos, el asalariado de la sinfónica de turno y la cantante millonaria que sale en televisión, hay una gran clase media de trabajadores de la música que limita su campo de acción a la mera supervivencia, prefiriendo callar a perder el próximo bolo. Una diplomacia muy dada a la cobardía del miedo al patrón, educado en la costumbre de negociar dignamente sólo con artistas extranjeros".

Como objetivo, aspiran a presentar un nuevo estatuto del músico al futuro gobierno, "de la misma manera que la Unión de Actores y Actrices ha llevado el Estatuto del Artista a los principales partidos políticos", precisa Galante, quien fija como su reivindicación última "que cualquier músico que se suba a un escenario, toque lo que toque, tiene que estar amparado en un nuevo convenio del trabajador, adaptado a las circunstancias actuales de una industria musical que necesita de una reconstrucción completa".

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comentarios

1

  • |
    carmen
    |
    30/06/2016 - 5:06am
    Es vergonzoso todo lo que sucede y se permite a nuestro alrededor, los musicos estamos en un momento ya insostenible, no se puede aguantar mas esta precariedad. Por favor, somos muchos, unamonos para conseguir unas condiciones laborales dignas,nos lo merecemos ya de una vez. SIN MUSICA EL MUNDO NO EXISTIRIA
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