La final de la Champions League entre Real Madrid y Atlético es el último capítulo de los derbis, que parten en dos a las ciudades.

El 7 de mayo de 2000, el Atlético bajaba a Segunda División a falta de dos jornadas. La tragedia se consumaba en el Carlos Tartiere. El holandés Hasselbaink falló un penalti que llevó al pozo a un equipo en el que figuraban jugadores como Molina o Kiko, que habían participado en la temporada 1995/1996 en el doblete de Liga y Copa.
Ese año, el Deportivo conseguía un título inédito. Mientras, en Europa volvía a reinar el Real Madrid, con su octava Liga de Campeones tras firmar un discreto quinto puesto en el torneo doméstico.
Pero éste era un argumento suficiente para responder a la pregunta "¿quién manda en la capital?". Entonada por ambas aficiones, esta cuestión tuvo durante muchos años una respuesta de color blanco. Hasta la llegada del exatlético Diego Simeone. El Cholo ha impuesto un estilo distintivo y efectivo, capaz de anular a jugadores que lo han ganado todo, como Messi.
"Papá, ¿por qué somos del Atleti?2, se preguntaban a comienzos del milenio los seguidores del club conocido como Pupas, apodo acuñado en la final de la Copa de Europa de 1974, cuando el Atlético perdió en el partido de desempate ante el Bayern de Múnich.
El conjunto bávaro fue el último escollo de los colchoneros este año para acceder a su segunda final en tres años. Cerró una herida antigua. Junto a ella queda otra más reciente, la de Lisboa, en la que un cabezazo de Sergio Ramos encaminó al Real Madrid a la tan ansiada Décima. Madrid es desde hace un tiempo una ciudad dividida, donde dos aficiones y equipos luchan de igual a igual.
Derby della Madonnina
En Europa, esta guerra local se repite en diversos escenarios, como la sede de la final de la presente edición de la Champions League: Milán, donde tiene lugar el Derby della Madonnina entre el AC Milan y el Inter, que se enfrentan cuerpo a cuerpo en el estadio que comparten, San Siro para los rossoneri, Giuseppe Meazza para los nerazzurri.
El primer antecedente oficial data de 1909 y en sus orígenes este duelo enfrentaba al equipo del proletariado (Milan) frente al de la burguesía (Inter).
Sólo Madrid ha sido capaz de contar con dos equipos en la final de la Liga de Campeones en sus más de seis décadas de historia. El derbi de Milán sí se produjo en las semifinales de la edición de 2002/2003. El equipo de Carlo Ancelotti fue el vencedor de aquella eliminatoria. Una leyenda del AC Milan como Paolo Maldini, que llegó a disputar 56 derbis contra el Inter, reconoció que éste fue el más tenso de todos. El equipo rossoneri acabaría consiguiendo su sexto torneo continental tras vencer a la Juventus en la tanda de penaltis.
Pero si hay una ciudad enfrentada, ésa es Londres. En la Premier militan Chelsea, Crystal Palace, Arsenal, Tottenham y West Ham. Si bien el derbi más antiguo es el del norte de Londres, que protagonizan Tottenham y Arsenal, la entrada del magnate Román Abramóvich en la entidad de Stamford Bridge ha hecho que ésta superara su condición de equipo de clase media. Los duelos del Chelsea en otros tiempos fueron frente a los equipos del oeste londinense como el Fulham, Brentford y el Queens Park Rangers.
Por otro lado, el Chelsea-Arsenal es el derbi moderno de Londres. Ambos equipos se vieron las caras en los cuartos de final de la Champions 2003/2004. Los blues de Claudio Ranieri, el entrenador milagro que acaba de hacer al Leicester campeón de la Premier, superaron a los gunners de Arsène Wenger. "Me volví absolutamente loco", confesó el técnico italiano tras el decisivo gol de Wayne Bridge en el minuto 87.
Old Firm
Todos los ingredientes que recogen estos duelos están incluidos en uno de los grandes derbis mundiales: el Old Firm, que enfrenta al Celtic de Glasgow con el hoy Rangers FC, denominación adoptada por el Glasgow Rangers tras su desaparición en 2012 por problemas económicos.
El Celtic, fundado en 1887, nació como una institución benéfica para la comunidad irlandesa de Glasgow. El Rangers (1872) fue el equipo de la clase dirigente, partidario del unionismo y de la mayoría protestante escocesa. Hasta 1989 se negó a fichar jugadores católicos.
El Rangers FC acaba de conseguir su regreso a la Scottish Premier League tras cuatro años de penitencia. Aunque los dos equipos se habían visto las caras en torneos coperos, uno de los clásicos más antiguos del mundo está de vuelta. Un duelo político, social, religioso y deportivo que es la máxima expresión de las rivalidades locales, más fervorosas que cualquier partido internacional.
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