Más de cincuenta artistas y colectivos han participado en una muestra en València sobre la capacidad creativa del arte libertario frente a las reglas del mercado liberal.

Planteada desde el propio nombre como posición de conflicto, la exposición Anarco. Art llibertari vs Art liberal se inauguró el pasado viernes 8 de abril dentro de la Mostra del Llibre Anarquista de València. Más de cincuenta artistas y colectivos con un ambiente artístico de reencuentros con poca disposición a la escucha.
El Centro Social Anarquista l’Horta fue el espacio escogido para abrir la exposición que este año complementa la Mostra del Llibre Anarquista en la ciudad de València. La propuesta buscaba ir más allá del formato libro y explorar también las contradicciones del arte político entre el mercado y el movimiento.
Un espacio con muchas voces y cuerpos, que ocupó tres centros sociales de la ciudad para exponer obra política en diversos formatos (instalación, dibujo, vídeo o escultura, entre otros) así como elementos de propaganda y performance. La exposición recogía el trabajo iniciado con la previa Arte y propaganda libertaria en el espacio Encarnación González de Vallecas, y tenía como intención explorar la diversidad de las resistencias al arte liberal.
No obstante, se sintieron también los límites y problemas de intentar definir un arte libertario que no atiende a la diversidad actual de las sociedades del Estado español. "Compañeras, no tendríamos sólo que criticar a los que decimos capitalistas sino a nosotros mismos", era la opinión de una de las compañeras del colectivo de arte comunitario Crearteducacción.
Frente a esto, repensar dónde se sitúa el arte antiautoritario a propuesta de la burgalesa Belín Castro, que en su experiencia refleja una "sensación de vacío" en lo político (también en arte político), enfatizando las dificultades del pasado reciente: "En los años noventa hacer arte político era una rareza". Esta sensación, a su parecer, ha sido construida tras el boom del mercado del arte en la España que iba dejando atrás el franquismo y abrazando las estructuras del neoliberalismo.
Se resaltaron elementos como la autogestión, el asamblearismo, el arte colaborativo y los puntos de confluencia entre activismo, mercado y prácticas artísticas. Un espacio de reunión necesario que las asistentes agradecieron, ya que hacía años que no se producía algo así en la ciudad en la ciudad.
Límites
Un ejemplo, quizá, de los límites del arte libertario presente para reconstruir un discurso capaz de seguir construyendo e incluyendo a sectores oprimidos de la sociedad podría ser el ninguneo en la presentación de los colectivos A Tiro hecho (teatro) y Crearteducacción (educación popular).
Ambos grupos están vinculados con la creación comunitaria y las experiencias relacionadas con las trayectorias atravesadas desde o por el sur. El día anterior, la artista Carolina Boluda había introducido también la pregunta por las formas –"¿cómo hacer?"–, recordando el libreto que escribiera Tiqqun al inicio del siglo XXI actualizando la pregunta de Lenin; poniendo el énfasis en las relaciones y en lo cotidiano.
"No quiero seguir alimentando esto"
El día 9 de abril fue el turno de la presentación de trabajos. Entre algunas propuestas concretas, se comentó la trayectoria del colectivo de acción urbana Sitesize (entre Barcelona y Sabadell), enfocada en recuperar memoria y culturas olvidadas de la pedagogía libertaria de las primeras décadas del siglo XX.
De las propuestas concretas emergió, para cerrar el día, la performance de la mexicana Odette Fajardo, que concluía: "No quiero seguir alimentando esto", tras derramar leche de sus pechos sobre una bandera española. Un toque de atención, también, para los ámbitos antagonistas.
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