Hamlet en Calais

​Cuando el 23 de abril las buenas conciencias europeas y sus dirigentes publiciten las palabras de Cervantes y Shakespeare, recordemos los cuerpos repudiados, perseguidos, expulsados, recordemos a Hamlet en Calais y la política de los gusanos.

18/03/16 · 8:00
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Detalle de la escultura 'Los burgueses de Calais' de Rodin. / Lassi Kurkijärvi

Fue poderoso, fue grande, pero no sabemos dónde fue enterrado Alejandro Magno. Sus huesos, reducidos a polvo, se habrán mezclado con otras motas de polvo y otros seres.

Hamlet se preguntaba ante Horacio sobre el aspecto de ese cuerpo y el recorrido que pudo tener bajo tierra. Lo resume así: "Alejandro murió; Alejandro fue enterrado; Alejandro convirtióse en polvo, y el polvo, en tierra; y con la tierra hacemos adobe, y ¿por qué con ese adobe no íbamos a tapar un barril de cerveza?".

Con anterioridad, Hamlet adelanta un argumento similar, esta vez ante un monarca: "Puede un hombre pescar con el gusano que comió de un rey y comerse el pez que se nutrió del gusano". Así es el viaje de un rey por "las tripas de un pordiosero", a juicio de Hamlet.

El espectro de Hamlet recorre el fantasma nihilista y mercantil de la Unión Europea. Quienes sentimos la tierra y el polvo de la humanidad, no podemos olvidar los cuerpos bajo la lluvia, el frío y el hambre, desde Calais hasta Idomeni 

Cuatrocientos años se cumplen en abril de la muerte de William Shakespeare. Cuatrocientos años de tierra y polvo, de gusanos y reyes. Para conmemorar este aniversario, la compañía de teatro Globe lleva representando la obra de Shakespeare durante casi dos años, incluyendo sitios como Jordania, Yibuti, Camerún o Malta, allí donde personas que huyen de guerras y tragedias buscan refugio.

Hace unas semanas decidieron hacerlo también en Calais, en la mal llamada "jungla", ese campo de inmigrantes, exiliados, refugiadas. Antes de actuar, resumieron la trama en varios idiomas: inglés, francés, árabe, farsi, pastún y kurdo.

Por unos minutos toda esa gente excluida de nuestra ciudadanía, de nuestra política, de nuestra cultura, experimentó la posibilidad de sentirse acogida en Europa. Fue algo temporal, por supuesto. Unos días después, las fuerzas del orden de la Francia republicana y socialista demolieron gran parte del campo. Las excavadoras no saben cantar la Marsellesa.

El espectro de Hamlet recorre el fantasma nihilista y mercantil de la Unión Europea. Quienes sentimos la tierra y el polvo de la humanidad, no podemos olvidar los cuerpos bajo la lluvia, el frío y el hambre, desde Calais hasta Idomeni.

Cuando el 23 de abril las buenas conciencias europeas y sus dirigentes publiciten las palabras de Cervantes y Shakespeare, recordemos los cuerpos repudiados, perseguidos, expulsados, recordemos a Hamlet en Calais y la política de los gusanos.

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