Mientras tanto, sonarán los aplausos para los cantantes ricos y famosos subidos a un caballo blanco y coronados como héroes cuando han sido villanos mil y una veces.

Escondida. Debería estar trabajando, pero estoy escondida en mi lugar de trabajo. He decidido ocultarme, pero tras unos instantes, he querido salir de mi escondite y no me han dejado. Han sido mis compañeros y mi jefe los que han decido mantenerme escondida cuando han visto la ira asomando a mis ojos. Al otro lado, mi agresor ríe y charla con sus amigos. No me ha visto y no me va a ver, porque voy a permanecer aquí hasta que se haya ido.
Porque la violencia institucional es cosa de países en dictadura. Porque eso aquí no pasa. Porque vosotras aquí no. Porque a pesar de las estadísticas, no existe la presunción de culpabilidad
Porque sin duda es a él a quien hay que proteger. Porque yo ya tenía dieciocho años, ya era legalmente una adulta y al principio fue algo consentido. Por más que mi cuerpo grite que no estaba bien que él fuese mi profesor y me doblase la edad, nadie va a escucharlo. Porque mi cuerpo carece de credibilidad. Y no tengo la piel marcada, y a nadie le importan las otras marcas, las que te hacen vivir alerta, paranoica, desconfiada, dudosa. Y si las marcas se ven, denuncia. Porque la violencia institucional es cosa de países en dictadura. Porque eso aquí no pasa. Porque vosotras aquí no. Porque a pesar de las estadísticas, no existe la presunción de culpabilidad.
comentarios
2