Grigripixel es una iniciativa que ha asociado la cultura libre africana con la española.

“Europa lleva siglos explotando a otros lugares del mundo y eso condiciona una forma de consumo, las jerarquías que se dan a lo largo de la humanidad, que se basan en el racismo, en el clasismo, sexismo… Es un modelo complejo que tenemos interiorizado todos, no sólo los europeos”. Lo dice Susana Moliner, organizadora del proyecto Objetos Comunes del que sale Grigripixel, una iniciativa que trata sobre la producción y acumulación de energía sostenible a partir de materiales reciclados.
No es noticia que Occidente ha tratado de “culturizar” al continente africano sin tener en cuenta sus tradiciones y pese a que se sabe, apenas se ha hecho por cambiar esta política cultural. Ese planteamiento es el que pretende romper Grigripixel.
Durante dos semanas –hasta el 5 de marzo– el centro cultural Medialab Prado de Madrid acoge a cuatro makers –hacedores– procedentes de las ciudades africanas de Bamako, Dakar, Casablanca y Lome. Les acompañan una serie de arquitectos, diseñadores e ingenieros para llevar a cabo la construcción de un prototipo que genere energía a través de materiales reciclados, con el objetivo de iluminar un espacio común de forma independiente a la red eléctrica. En este caso será el huerto de Esta es una Plaza en Madrid. El prototipo debe tener forma de grigri, un talismán africano que protege de la mala suerte.
Grigripixel trata sobre la producción de energía sostenible a partir de materiales reciclados
Los cuatro makers proceden de grupos culturales que también aspiran a la gestión energética de los espacios donde realizan sus actividades artísticas o técnicas. Zineb El Fasiki del Opentaqaf de Casablanca comenta que su colectivo funciona en espacios al aire libre y necesitan generar energía para enchufar los ordenadores y para iluminar por las noches. En Opentaqaf (que significa cultura abierta) realizan piezas de teatro de crítica social, después proponen soluciones políticas a los problemas planteados en los dramas. Zineb cuenta que generan su propia energía para mantener dichos espectáculos.
Los makers han traído nuevas ideas a la cultura libre de Medialab Prado: “Muchas de las alternativas a las que llegamos aquí son soluciones comunes en África, es su día a día”, comenta Susana Moliner. Pero el enriquecimiento es mutuo. Mamadou Colibaly, del Colectivo Yeta (Bamako), había intentado construir un huerto en su país y no lo consiguió. Gracias a la visita a Esta es una Plaza se dio cuenta de que era cuestión de paciencia.
No es una mera cuestión de trasplantes de ideas de un espacio a otro, como recuerda Mouhamadou Ngom, del fablab Defko Ak Ñep de Ker Thiossane (Dakar). Mouhamadou explica que no todas las propuestas que han probado en España se pueden aplicar en África, debido a la diferencia de recursos.
‘Home economics’
Por el impacto que tienen estas diferencias, pero también por los problemas compartidos, el debate sobre las tecnologías, la gestión energética y la obsolescencia programada fueron los temas abordados en el taller titulado Home Economics. Estas jornadas contaron además con la presencia de refugiados sirios, saharauis o de la peruana Daniela Ortiz.
Rotulador en mano, pensamiento activado, y todas las personas que participan en el taller haciendo una autoevaluación de su día a día, y de cómo gestionan la energía en su hogar. Los asistentes a Homo Economics compartieron sus experiencias y reconocieron sus fallos con respecto a la gestión energética. También plantearon críticas a un sistema que no permite hacer un uso racional y equilibrado de los recursos.
Contra la obsolescencia
El individualismo, el consumismo, la cultura de usar y tirar y la creación de necesidades a los consumidores por parte del mercado, se relacionan en la crítica de la obsolescencia programada de la tecnología, un problema detectado en todas las regiones del mundo. Mouhamadou Ngom explicó que las baterías están puestas de tal forma que calientan el resto del mecanismo que hay dentro del aparato para que se estropeen todas las piezas antes. Hace unos años, Mouhamadou podía arreglar dispositivos electrónicos con facilidad, pero ahora reparar últimas tecnologías se ha convertido en una taera imposible. “Las piezas no se pueden sustituir, además, cuando se estropea algo en concreto del objeto, suele afectar a todo el sistema en general, todo está conectado”.
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