DOCUMENTALES CONTRA EL RACISMO
El cine abre las puertas de los CIE

Tres documentales intentan mostrar lo que ocurre tras los muros de los Centros de Internamiento de Extranjeros.

, Redacción
23/05/15 · 8:00
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Interior del CIE de Zona Franca, en Barcelona. / Ángel Monlleó

Pongamos las cartas sobre la mesa desde el comienzo: el titular es una metáfora. Obedece más a la voluntad de tres películas documentales, en distintas fases de producción, sobre los Centros de Internamiento de Extranjeros (La puerta azul, 2330 Una historia cautiva e Idrissa) que a una efectiva apertura del candado que ciega lo que ocurre en su interior.

Traspasar el velo de invisibilidad y ocultamiento que caracteriza a estos centros de retención de personas no resulta viable ni siquiera para quienes pretenden alumbrar las distintas caras de una realidad vergonzante que las autoridades prefieren mantener en la sombra. Las puertas de los CIE permanecen cerradas también para el cine, de momento, aunque estos tres documentales sean arietes muy contundentes.

Estos proyectos han compartido las dificultades de acceso a las instalaciones e información oficial sobre lo que sucede dentro de los recintos de los CIE, en los que se hacina a cientos de personas hasta sesenta días sin que hayan cometido delito alguno, sólo carecer de una estancia regularizada en España. Ocho de estos centros operan en la actualidad, dependientes del Mi­nis­terio de Interior.

"No hemos podido entrar en ningún CIE a grabar ni a entrevistar a ninguna persona dentro. Tampoco hemos logrado el testimonio de ningún director de centro ni el de altos cargos del actual Gobierno. Ni siquiera a nivel de comunicación. Nada. Pero sí obtuvimos declaraciones muy interesantes de personas directamente involucradas en la gestión directa o indirecta de estos centros: jueces, policías, abogados, políticos… Nos hubiera gustado incorporar la visión de todas las partes porque la idea era hacer un documento lo más abierto y menos sectario posible, donde al margen de mi posición con respecto al tema, las distintas partes pudiesen argumentar y entablar un debate abierto de ideas, pero no ha sido posible. En cualquier caso, las posiciones de todos los actores quedan igualmente reflejadas ya que hemos rescatado documentos y declaraciones de archivo de todas las partes", reconoce David Marrades, director de 2330 Una historia cautiva, que acaba de finalizar el que probablemente sea el montaje definitivo de la película.

 

Alicia Medina, directora de La puerta azul, estrenada el 8 de mayo en el BccN, el festival de cine Creative Commons de Barcelona, corrobora esa censura desde lo oficial. "El obstáculo principal ha sido que no se puede grabar dentro del CIE. Desde la Dirección General de Policía en Madrid nos prohibieron hablar con el comisario jefe del CIE de Zapadores, que había aceptado ser entrevistado para dar su versión de todos los casos de tortura, malos tratos y las condiciones en general que denuncia la campaña CIE No, de Valencia".

Idrissa es un ambicioso proyecto de Metromuster, la productora que realizó Ciutat Morta, que se encuentra en su fase inicial. Utilizando licencias libres y código abierto, pretende superar el producto cinematográfico al uso para tejer una red colaborativa y de investigación sobre el racismo institucional y las po­líticas migratorias europeas. "Que­remos que sea la voz de Idrissa, muerto bajo custodia policial en el CIE de Zona Franca (Barcelona) en 2012, la que hable sobre nosotros, europeos responsables del saqueo postcolonial de África", explica Xapo Ortega, uno de sus directores.

Bofetada contra el silencio

La puerta azul se realizó mediante el seguimiento durante un año de lo que ocurría en el CIE de Zapadores en Valencia, para "tener un discurso global desde una mirada local", dice Medina. Cuenta con el testimonio ante la cámara de cinco migrantes que relatan las experiencias vividas allí, aunque reconoce que otros muchos no se atrevieron a dar ese paso. La gravedad y el desconocimiento general de lo que son los CIE son los motivos que la inspiraron para poner en marcha el proyecto.

El documental de Marrades también comenzó en Zapa­dores, por unos informes que le abrieron los ojos. "Se denunciaba una vulneración sistemática de los derechos de los internos y una falta de garantías bastante llamativa a nivel de regulación. Estos informes estaban extraordinariamente bien documentados, por lo que busqué material audiovisual para seguir profundizando sobre el tema. Lo cierto es que encontré muy poco y eso me animó a investigar e involucrarme en este proyecto", señala.

2330 Una historia cautiva nació para analizar en profundidad la naturaleza de los CIE y las consecuencias legales y morales que pueden tener para la sociedad. Sin embargo, su director admite que cambió el enfoque. "Pronto me di cuenta de que era imposible estudiarlos como un fenómeno aislado y de que era imprescindible abordarlos como un eslabón más dentro de un sistema represivo complejo que tiene como objetivo combatir la inmigración irregular; tal vez el eslabón menos visible y conocido, pero quizás el que pueda presentar más objeciones de tipo ético".

"El CIE es una parte más de las políticas españolas y europeas, forma parte de la misma estructura violenta contra las personas migrantes", apunta Medina, que desvela también el fin que persigue su polifónica película. "Nuestro objetivo es dar una bofetada en la cara a toda la gente que no sabe que existe un CIE. No es un documental activista en el sentido de que tome una postura clara, aunque la mía personalmente sí lo es ya que opino que los CIE no deberían existir, lo que queríamos es llegar a la gente que no lo conoce y obligarla a posicionarse. Si conoces lo que pasa en Zapadores, no puedes ignorarlo, te tienes que posicionar a favor o en contra. Los CIE existen por decisiones políticas y éstas se toman por presiones y por lo que decida la gente. Si La puerta azul sirve para abrir ese debate público y que los partidos políticos se posicionen claramente, habremos cumplido el objetivo".

Por su parte, Marrades afirma que la pretensión en 2330 Una historia cautiva ha sido desmontar el relato oficial y mediático y ofrecer otro punto de vista. "Si tu manera de representar el hecho migratorio es bajo la apariencia de una amenaza a nuestro ya de por sí perjudicado sistema, si exaltas las diferencias entre ellos y nosotros, si en definitiva criminalizas, mediante leyes y consignas a unas personas, tú puedes aprovechar ese discurso para actuar con mucha más impunidad. Y además puedes utilizar estas armas de una forma demagógica y populista. Esto está ocurriendo en prácticamente toda Europa. Si, además, por otro lado, limitas el acceso a la información, todavía puedes manipular mucho más".

Contar sin poder ver

En La puerta azul apenas se ven algunas imágenes de balcones y muros colindantes al CIE de Zapadores, el escenario donde se desarrolla la película. "Hay un patio muy pequeño con rejas, como una jaula, eso nos impresionó muchísimo", recuerda la directora sobre su visita al centro para entrevistar a un portavoz del Sindicato Unificado de Policía.

La opacidad es uno de los rasgos más definitorios de los CIE y el medio ambiente en el que han trabajado para desarrollar las películas. "Son espacios donde el acceso es prácticamente imposible y muy limitado en caso de producirse. Las imágenes del interior del CIE que muestro son las de una visita organizada para políticos al de Zona Franca, después de que uno de los internos falleciese en extrañas circunstancias unos días antes. En estos lugares se han producido muertes, hay denuncias de abusos de todo tipo: sexuales, torturas, humillaciones,... Y la situación de los mismos apenas ha cambiado. Ni siquiera la nueva regulación es más garantista. En definitiva, son en mi opinión una aberración difícilmente justificable si atendemos a que formamos parte de un Estado de derecho", considera Marrades.

Con tales restricciones, la reconstrucción cinematográfica de lo que son los CIE ha de erigirse a través de las vivencias y opiniones de quienes tienen relación con ellos. Así, en estas películas se cuentan desde la primera persona las historias vistas y sufridas en carne propia, las memorias del paso por sus estancias y las motivaciones que les llevaron a emprender el viaje… pero también el punto de vista de quienes, desde la otra orilla, justifican la existencia de estos centros.

Ni Medina ni Marrades han querido filtrar lo que los testimonios relataban, por lo que en los documentales aparecen historias durísimas y versiones opuestas entre el discurso que defiende lo que oficialmente ocurre y lo que cuentan quienes han dormido entre las paredes de un CIE.

"No hemos querido tamizar el discurso en ningún momento. Lo que hemos encontrado, lo hemos mostrado. Hay situaciones brutas, sí", asevera Me­dina. En su película se escucha la historia de un argelino, el único testimonio que permanece en el anonimato por motivos de seguridad ya que aún no tiene la situación regularizada, que llegó en patera huyendo de su país porque es homosexual y allí es delito 'cometer' actos homosexuales. "Al ser internado en Zapadores es testigo de un intento de fuga. La policía cargó y maltrató a varias personas. A él también le dieron un porrazo. Cuando llamó para denunciarlo, le expulsaron esa misma tarde a su país, y eso a pesar de que había solicitado asilo. En Argelia le detuvieron y le torturaron en comisaría. Esto contradice todo el discurso oficial de que en los CIE se respetan los derechos y existe el derecho al asilo, a la protección internacional", resume Medina.

En 2330 Una historia cautiva también hay narraciones muy crudas, como recuerda su director: "Lo verdaderamente duro se articula a partir del relato de los protagonistas. Escuchar a una mujer contar cómo expulsaron a su marido ocho días antes del nacimiento de su hija, que año y medio más tarde aún no se habían conocido, que además este hombre llevaba mucho tiempo en España en el momento en que fue detenido, que aquí había construido su vida y un núcleo familiar y que todo eso lo perdió de la noche a la mañana después de una resolución judicial en la que se produjeron irregularidades… es complicado. Para rematar, fue maltratado en el vuelo que le deportaba a su país… Oírla relatar todo esto y pedir justicia, porque no reclama otra cosa, ya que el daño moral y vital está ya hecho, me parece difícilmente superable a nivel de dureza". 

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comentarios

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    28/06/2015 - 8:06am
    Exelente articulo y  muy buenos documentales, mil felicitaciones...Aprovecho la orportunidad para invitarlos a mi canal de youtube . En mi canal tengo peliculas muy interesantes...   Mi canal: https://goo.gl/OCeEyS   Saludos a todos! Jean Carlos Heigl
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