La editorial Libros de Ítaca recupera en ‘Y el muerto nadó tres días’ la obra narrativa de Rafael Barrett.
Fracasa mejor
Barrett pasa de ser un burgués bohemio y calavera a descubrir la dignidad en el pequeño país americano
En el prólogo de Y el muerto nadó tres días Francisco Corral define la biografía de Rafael Barrett como “la crónica brillante de un fracaso”. Contemporáneo de los noventayochistas, recorre el camino inverso al de muchos compañeros de generación que cambiarán el radicalismo político de juventud por posturas conservadoras. Barrett, a quien la enfermedad no permitirá envejecer, pasa en cambio, en muy poco tiempo, de ser un estudiante prometedor y pendenciero, un burgués bohemio y calavera, a descubrir la dignidad en el pequeño país americano: en los campesinos, en los obreros, en los desheredados. Como comenta Corral: “Esta transformación corresponde exactamente al tránsito que va de un rebelde a un revolucionario”. El periodismo y la literatura será –a pesar de la falta de reconocimiento; a pesar de las represalias y el exilio– la forma que
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