La Comuna (París, 1871) trata una revolución como falso reportaje. Es una reflexión coral
sobre la historia... y las formas cinematográficas.

Para encarnar a los personajes, desde líderes políticos hasta ciudadanos anónimos, el cineasta contó con más de 200 actores, profesionales y no profesionales: tras documentarse, cada uno de ellos modeló su interpretación y sus diálogos en un proceso colectivo. Crítico del lenguaje cinematográfico predominante, del bombardeo de imágenes violentas montadas a una velocidad que dificulta la reflexión, Watkins rodó largos planos secuencia comentados por abundantes intertítulos. Algunos incorporan explicaciones históricas que complementan lo mostrado; otros son apuntes personalísimos sobre lo que se está viendo, sobre la historia o sobre la realidad contemporánea.
Película (casi) imposible
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