TEATRO
Una de tortilla con salsa de barbacoa

'Cinco mujeres que comen tortilla', adaptación de la obra 'Five lesbians eating a quiche', es la apuesta del Teatro Alfil para las tardes de los domingos.

15/04/15 · 8:00
Cinco mujeres que comen tortilla. Dirección: Chos. Reparto: Marta Flich, Cristina Gallego, Almudena León, Celia de Molina y Julia de Castro. Los domingos de abril a las 20,00h en el Teatro Alfil. 
 
Las hermandades en Estados Unidos son como las sociedades gastronómicas en el norte de España: hay una por cada diez personas y siempre tienen un buen pretexto para hacer una fiesta. La excusa siempre es de índole cultural; santos, patronos o un nuevo miembro en la sociedad y el final del encuentro siempre es de índole dudoso; bailes encima de la mesa, chistes verdes y ropa interior en la cabeza. Si bien en lo principal hermandades y sociedades gastronómicas se parecen, para un español los emblemas y los símbolos norteamericanos le resultan del todo ajenos. 
 
Cuando la patrona del encuentro es Gertrude Stein y las 'hermanas' comen tortilla, como en la obra que nos ocupa, el espectador sospecha. Cuando después de una alarma de radiación nuclear –un recurso dramatúrgico un tanto débil– una de las hermanas confiesa su verdadera orientación sexual la sospecha se torna en alivio: por fin una buena causa para que estas mujeres se reúnan, la obsesión por la tortilla se explica ahora por su claro componente fetichista.
 
Cinco mujeres que comen tortilla, adaptación de la obra Five lesbians eating a quiche, todo un éxito en el Off Brodway es la apuesta del Teatro Alfil para las tardes de los domingos. Una farsa burbujeante pensada para despertar risas desde el primer momento con una atractiva caracterización y un vistoso vestuario que nos trasladan de inmediato a los 50´s.
 
Chos dirige con buen pulso este texto plagado de tópicos americanos: desde la expresión lingüística, hasta los modos y las costumbres de sus protagonistas. La adaptación de 'quiche' a tortilla en el título es del todo pertinente pero se queda corta, ya que se echa de menos que vaya acompañada de más cambios temáticos para que resulte una obra más familiar a un público castizo del 2015. La falta de realismo de la sátira se sustenta siempre que venga aderezado por dosis a partes iguales de chistes autóctonos y alusiones a la actualidad más inmediata. Al espectador se le queda un poco frío este plato que viene de tan lejos.
 
Las actrices brillan por su manejo de la comicidad y se mueven con soltura en el registro de la farsa. Siempre atentas a sacudir al espectador de su letargo dominical, bajan del escenario para hablarle, cantarle y hacerle cosquillas. En ningún momento permiten que esta celebración decaiga. Consiguen hacernos llegar el aroma de la buena tortilla  y  el pan recién hecho de un buen picnic a la americana.
 
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