BDSM
En torno a '50 sombras de grey'

La versión cinematográfica de ‘50 sombras de Grey’ desactiva las virtudes de la obra de E.L. James.

22/02/15 · 8:00
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Resulta curioso, por no decir sospechoso, que la mayoría de aquellos y aquellas que han escrito o disertado sobre el fenómeno Cincuenta sombras de Grey aduzcan en el primer párrafo de su crítica o intervención elaboradas excusas que justifican haber tenido que leer/ver un subproducto destinado a las masas. Como la propia Eva Illouz confiesa en los agradecimientos de Erotismo de autoayuda (Katz Editores, 2014), su ensayo sobre la trilogía literaria de E. L. James: “Este libro fue escrito con respeto y desconfianza por las formas culturales populares”. Cincuenta sombras de Grey es una obra larvada desde el prosumo por una mujer de mediana edad sumida en una crisis matrimonial. Que James, una ejecutiva de televisión británica, haya dado con la clave para vender más de cien millones de copias de esta trilogía nacida como fanfiction de otra saga que ha sabido tomarle el pulso a nuestro presente, Crepúsculo (también escrita por una mujer, la estadounidense Stephenie Meyer), es la singularidad que deberían estar estudiando críticos y sociólogos, en vez de pedir perdón por tener que sufrir su consumo.

En tiempos de incertidumbre, lo que las pornolectoras hallan en ‘50 sombras’ es seguridad

Illouz nos recuerda que las narraciones contenidas en los best sellers no son ajenas a las preocupaciones colectivas de una sociedad. Es decir, están ligadas a sus valores, ansiedades y fantasías. En este caso, hablamos de un producto cultural concebido dentro del género
romántico, donde el BDSM (Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión y Sadismo; y Masoquismo) ha servido como distintivo, como etiqueta para penetrar en el mercado literario, pero también como vehículo de una cultura de autoayuda dirigida, principalmente, a las mujeres. Llámenlo programación de género, manual de instrucciones, o estilo de vida.

En este sentido, Cincuenta sombras de Grey puede ser entendida como fantasía, pero también como manual de gestión del yo. La tortuosa historia de amor que viven la joven estudiante de filología inglesa Anastasia Steele y el millonario Christian Grey, representa una utopía contemporánea del amor sexual: los modos de relación sentimental y laboral del capitalismo, encarnados en principio por una becaria sumisa y un empresario sádico, son violentados por la vía de un regreso a la lógica del romance premoderno –las referencias a autores como Jane Austen o Thomas Hardy son esenciales– que destruye la imagen que Grey había construido de sí mismo y otorga a Anastasia un poder de negociación que le permitirá sentirse realizada sexual y sentimentalmente. Ambos acceden así a un estadio de certeza amorosa, sin duda deudora de estrategias tradicionales de lo heteronormativo, pero que subvierte los códigos líquidos del capitalismo de las emociones.

Puede que en ello resida la razón de su éxito: en tiempos como los presentes, marcados por la volatilidad laboral y la incertidumbre afectiva, lo que las pornolectoras hallan en Cincuenta sombras de Grey, a través de la serie de pruebas BDSM que Anastasia no sólo supera sino que emplea como armas arrojadizas contra Christian, es seguridad. Sin embargo, la adaptación cinematográfica a cargo de Sam Taylor-Johnson, devuelve al redil de la compra-venta a amo y sumisa, al arrebatar al texto de James el humor, el delirio, el caudal de palabras entusiastas y sonrojantes, en nombre de una asepsia aceptable por (casi) todos los públicos. La falta de vida en los actores, los escenarios, la realización, dignos de un catálogo de centro comercial con pretensiones, malogra la esencia popular palpable en las novelas de James, que, gusten o no, han arrastrado a casi todos sus lectores a horas de lectura ininterrumpida. Hollywood no se ha atrevido a especular en ningún sentido con la obra de James, ha preferido cosificarla, envolverla para regalo, a fin precisamente de garantizar su consumo. En pantalla sólo se perciben la enunciación, la insatisfacción, la frustración… el aburrimiento.

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comentarios

6

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    04/03/2015 - 10:13am
    Habría que analizar efectivamente qué ha enganchado a millones de lectoras de estos libros y esta película, pero me pica más la curiosidad entender qué es lo que ha indignado tanto a las feministas de una relación consensuada entre dos adultos y por qué se ha ridiculizado el pasado traumático del personaje masculino, pasado plagado de abusos no consentidos: &quot;50 sombras de Grey&quot; como película sobre el abuso (alo)materno* y los círculos viciosos de la violencia: <a href="http://lasinterferencias.blogspot.com.es/2015/03/50-sombras-de-grey-como-pelicula-sobre_3.html">http://lasinterferencias.blogspot.com.es/2015/03/50-sombras-de-grey-como-pelicula-sobre_3.html</a> <h3 class="post-title entry-title" itemprop="name">&nbsp;</h3>
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    24/02/2015 - 4:02pm
    Muchas mujeres no entienden que detrás de todas las escenas de sexo intenso &ndash; bastante repetitivas, por cierto &ndash; y de todos los sueños mojados que puedan haberles provocado, lo que hay es un libro que no llega a ser una historia de amor, es demasiado aburrido para ser pornografía y termina siendo una historia llena de abuso psicológico y físico describiendo una relación más enfermiza que una entre Courtney Love y Keith Richards.Leer más del tema en: <a href="https://www.facebook.com/erudeiteblog">https://www.facebook.com/erudeiteblog</a>
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    George opazo
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    24/02/2015 - 12:40am
    Me parece increíble tanta parafernalia por esta película, y su triología de las sombras &quot;estas&quot;. La acabo de ver en youtube versión completa, creo con algunos cortes y final truncado (me evite votar mi dinero en el cine), pero con casi 2 horas de metraje solo se puede ver una triste versión de romanticona historia para adolescentes tontos y huecos, y de eso no pasa. El Libro al parecer es difícil de digerir, la mayoría concuerda en algo clave: Se vuelve insufrible, y no por el hecho que trata de mostrar y explorar una relación enfermiza de los protagonistas, sino que redunda en sexo explicito, paginas tras paginas, como una verdadera apología de un cliché de estos tiempos: &iexcl;gozar y follar que el mundo se va a acabar! Y no me vengan con que es una novela erótica este relato pornográfico que han elevado al grado de best seller. Para mi no pasa de un relato pornográfico mas de los que abundan en internet del estilo &quot;Con el profesor de la facultad&quot; &quot;El Amigo de mi Padre&quot; o &quot;Lo hice con mi cuñado&quot;...todas por lo demás fantasías o quizás una que otra experiencia real que más de alguien esconde como parte de su propia intimidad, y como el libro esta contado en primera persona, tipo diario de vida, resulta realmente patético. Que decir del autoanálisis de la protagonista en su relato y no sea capaz de darse cuenta que esta haciendo el papel de una autentica tonta, por no decir estúpida. De ingenua nada, ella sabe desde un principio a lo que va, el tipo en ningún momento le da chance al enamoramiento ya que su propuesta es clara desde un principio. Se retrata a una mujer superficial, aunque debería ser inteligente, de hecho va a la universidad y se gradúa y todo, pero se encandila de la belleza física y los lujos, presa fácil para un tipo abusivo y con poder, exitoso y guapo pero que tiene que pagar para tener una mujer. En resumen una bazofia.
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    23/02/2015 - 6:02pm
    50 sombras es la legitimación frente a las mujeres de las aberraciones cometidas sobre ellas en el porno convencional. un paso atrás en la igualdad de género. el sexo e hace aún más sexista. esta es su realidad: http://www.contraelamor.com/2013/05/sexo-forma-ix-la-escuela-de-la.html
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    erudeite
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    22/02/2015 - 10:12pm
    <span style="color: rgb(71, 71, 71); font-family: 'Open Sans', 'Helvetica Neue', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 18px; line-height: 31.5px; text-align: justify; background-color: rgb(255, 255, 255);">Estos libros de &ldquo;Porn for Dummies&rdquo; narran la historia de Christian Grey un tipo abusivo que se aprovecha de una tonta insegura llamada Anastasia Steele (me imagino que no estaban disponibles más nombres de bailarina erótica que le podrían poner) y lo hacen pasar por una relación sana, intentando tapar todos los látigos y nalgadas con que en el último libro se enamoran y son felices para siempre (&iquest;de verdad?). A ninguna mujer psicológicamente estable puede gustarle semejante historia.</span> Leer más sobre el tema en el post&nbsp;<strong>https://erudeite.wordpress.com</strong>
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    Virginia
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    22/02/2015 - 4:56pm
    La B de BDSM no es de &quot;Esclavitud&quot;, sino de &quot;Bondage&quot;, que no suele traducirse y que traducirlo por &quot;Esclavitud&quot; me parece un poco libre.
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