Mari Paz Sayago actriz andaluza ha presentado ‘Desmontando a Isabel’ de la compañía Histrión Teatro en la IX edición del FeSt Sevilla.

La novena edición del FeSt de Sevilla se desplegó entre el diciembre y enero 2015 en seis teatros de la ciudad. Este año 8.200 espectadores pasaron por este festival, que colgó el cartel de “localidades agotadas” en uno de cada tres montajes. Diagonal habla con una de las actrices más valiosas del panorama andaluz, cuya última andadura es la interpretación de Isabel la católica en Desmontando a Isabel de Histrión Teatro, que fue presentada en el marco del festival.
Es la primera vez que trabajas con Histrión Teatro, con la dramaturgia de Luis Felipe Blasco Ibáñez y dirección de Julio Fraga, se trata de una conjunción curiosa...
Novedosa, diría yo. Ha sido un un reto, porque yo soy una actriz cómica. He hecho incursiones en textos dramáticos, pero nunca con la responsabilidad de enfrentarte a un texto dramático sola, con unas características tan determinadas, realizado bajo la petición de la Universidad de Granada. Y lo considero uno de los trabajos que más me ha hecho crecer en el escenario.
Con la serie de televisión Isabel, el personaje histórico se ha conocido más, ¿qué puede ver el público en esta Isabel?
Es una Isabel en los últimos días de su vida, y que a raíz de una noticia terrible que le dan, hace un balance de su vida. Digamos que hay dos partes en el texto, la primera está movida por el enfado que tiene con su hija. Se jacta de muchas de las acciones que ha realizado, poniéndose como ejemplo ante su hija. La segunda parte empieza con la visita del médico, que le informa de su enfermedad terminal. Empieza a tambalearse la Isabel que conocemos, la dura, la fuerte, la segura, y vemos el lado inestable de la persona, esa persona que se hace chiquitita y a la que se le cae el mundo encima. Pensamos en el poema de Jorge Manrique “los ríos son la vida que van a dar a la mar”, antes o después todos vamos a dar a la mar, que nos sitúa por igual, en el mismo rasero. Esto le ocurre a Isabel. Se hace humana a todos los niveles. Hasta entonces era la reina, una persona muy valiosa, con grandes dotes para la guerra. Tiene unas cualidades muy admirables, sobre todo, pensando en la época. Es una señora que, sin ser directamente heredera del trono, consigue una fuerza como nunca había habido en el reino de Castilla. Y traspasa las fronteras y cruza la mar. Es una gesta grandiosa para una mujer en aquella época. Todo ello con sus luces y sombras. Salvando mucho las distancias, creo que a Isabel la católica hoy le iría bien el pensamiento de Marine Le Pen. Ese concepto de ‘nosotros’ somos ‘los buenos’.
Has dicho que te consideras tan vulnerable como fuerte y combativa. ¿Encuentras similitud con esa fragilidad de una reina fuerte y decidida que menciona la obra?
He encontrado muchas cosas de mí para Isabel. A fin de cuenta estamos hablando de la humanidad de las personas. Cuando se nos quitan los rangos, el poder y los cometidos que realizamos en la vida, nos quedamos desnudos ante el espejo. Son muchas similitudes. La diferencia es cómo reacciona cada cual. Yo soy más vulnerable, me dejo influenciar más por lo que hay a mi alrededor. Isabel La Católica era muy inteligente, cumplía sus objetivos como reina, pero había cosas que pasaba por alto. Por ejemplo, quería que los indios en América tuvieran un horario de trabajo y derechos, pero nunca veló por su cumplimiento, ¿no se preguntó de dónde le llegaba tanto oro? Es como la que se encuentra un Porsche delante de casa… A este respecto hemos evolucionado muy poco.
El FeSt de Sevilla aumenta en espectadores cada edición, pero invita a pocas compañías andaluzas, este año seis de las 26 participantes. ¿Qué piensas?
(Risas) Me sorprende. Pero esta crisis se ha llevado por delante a varias compañías importantes. Y luego estamos un poco en “guerra de guerrillas”, que si microteatro, que si me hago un monólogo, que si me tengo que ir a trabajar en otras cosas… Imagino que es difícil hacer frente a una programación. A día de hoy asumir proyectos con una financiación mayor es complicado y, al final, si alguien ha de sacrificar su trabajo siempre somos los actores, que vemos reducidos nuestros salarios y a veces impagos… Parece que somos eternos niños que no tenemos responsabilidades ni una vida que mantener. O como dice un amigo, “es que la costumbre de comer no se me quita”.
Underground a pelo
Además de la programación en sala, este año el FeSt ha convertido en escena las bocas del metro de Sevilla con la microserie teatral Underground, de Teatro A Pelo. El proyecto teatral surgió del deseo del equipo del FeSt por ofrecer un espectáculo casual a la población sevillana.
El público, en su trayecto diario ha sido sorprendido con un mini espectáculo, y ha decidido parar cinco minutos o continuar con su trayecto. Cada semana del FeSt, el público se encontraba con un capítulo nuevo y autónomo. En la última semana de enero los espectadores, algunos ya asiduos, pudieron ver los tres capítulos seguidos.
Según Celia Vioque, una de las actrices del serial, el formato es micro y macro, porque el espacio del metro y el objetivo de enganchar a la gente que pasa por allí son grandes. Teatro a Pelo comenzó su proyecto hace tres años. Un teatro por capítulos que se representa fuera de los teatros. En Madrid ya presentaron la serie Slowtrack Cañizares, historias a partir de un artista expuesto: Andy Goldsworthy.
Una iniciativa afortunada para la IX edición del FeSt, por la que han pasado 8200 espectadores y que ha colgado el cartel “localidades agotadas” en uno de cada tres espectáculos. Y una clausura con los Premios Escenarios de Sevilla, donde José María Roca, uno de los directores del FeSt junto a Pedro Álvarez-Osorio, rescató la frase “sólo la cultura da la libertad”. Palabras de Unamuno.
comentarios
1