Reinas, ranas, gafapastas y pioneras

Los textos de una poeta muerta. Editoriales que nos plantean otras formas de leernos y relacionarnos. Lo que llamamos crisis ha revuelto el estanque en el que chapoteaba la cultura de clase media. La necesidad de narrar de otras formas -de nuestras formas- un desahucio, una enfermedad, una nueva injusticia llamada ley, ha seguido acompañándonos en 2014 en el camino de una cultura libre, no elitista y accesible. Aquí una pequeña muestra.

30/12/14 · 8:00
Edición impresa
Portada de 'Indies, hipster y gafapastas', de Víctor Lenore. / Capitán Swing
'Economía feminista para tiempos de crisis' (Amaia Pérez Orozco, ed. Traficantes de Sueños)
Beatriz García
Algunas ideas de este libro: 
1) Lo que llaman economía, la centrada en los mercados y en la compra-venta de mercancías a partir del salario, es sólo una parte mínima de todos los movimientos necesarios para mantener la vida; 
2) Esas esferas, mayoritarias, que quedan invisibilizadas fuera del mercado, las relativas a la gestión de la economía micro, a las redes en las que estamos inmersas y al cuidado de las personas (no sólo afectivo, sino también físico y material), las ocupan mujeres de forma no reconocida ni valorada; 
3) Además de injusta, esta división sexual del trabajo crea sujetos dañados, en el extremo, hombres subyugados por su vida profesional y mujeres rencorosas por su sobrerresponsabilización en los cuidados;4) Centrarse en los mercados en vez de en la sostenibilidad de la vida también amenaza la naturaleza, que se ve como recurso y no como medio de vida;    

5) Es urgente un debate democrático y radical sobre la vida que queremos vivir y cómo sostenerla de forma colectiva y justa. Casi ná. 

 
'La apuesta municipalista' (Observatorio Metropolitano de Madrid, ed. Traficantes de Sueños)
Beatriz García
Para imaginar nuevas formas de gobierno, la transformación de las instituciones tal y como las conocemos, este texto bucea en distintos campos: las luchas del siglo XIX por otro modelo de Estado, la apuesta por la federación de municipios que garantizara la democracia y el reparto; luchas municipalistas concretas con sus límites y potencias; el análisis del modelo administrativo y económico de los municipios en la actualidad, parte importante en el desastre de la especulación y la falta de democracia; el caso de Madrid, para hacer un breve recorrido histórico de la ciudad, y acaba con un “Manifiesto municipalista” que recoge alguna de las demandas esenciales para la constitución de una democracia real en el plano local. Imprescindible para tener un marco amplio en el próximo curso electoral. 
 
 
'Indies, hipsters y gafapastas' (Víctor Lenore, ed. Capitán Swing)
Ramón Calandria
El periodista Víctor Lenore ha publicado el ensayo que probablemente más visitas haya dado a los medios digitales del año. Si en 2013 Sociofobia, de César Rendueles, supo identificar las fallas sobre las que se asienta el consenso en torno a nuestro uso de las tecnologías de la información, este 2014 Lenore ha presentado este panfleto de acción urgente contra el elitismo y el clasismo. Polé­mico, ácido y en algunos momentos incómodo, el libelo de Lenore cuestiona radicalmente el individualismo como signo de distinción cultural y propone una denuncia sin paliativos del tipo de relaciones sociales que imponen las conductas y tendencias aparentemente más avanzadas. 
 
'La reina de las ranas no puede mojarse los pies' (Davide Cali, ed. El Zorro Rojo)
Julia M. Bermejo
¿Por qué los pájaros vuelan y la hierba es de color verde? ¿Por qué unos humanos mandan sobre otros? La ficción nos lleva esta vez al mundo de las ranas, un mundo a imagen y semejanza del que habitamos, pero desde el que se hace más fácil vislumbrar la sinrazón de las normas y leyes que lo sostienen. Unas normas arbitrarias fruto de argumentos absurdos que llevan al abuso de poder en una sociedad conformada de tal manera que excluye a la mayoría de lo que sería el buen vivir en beneficio de un único miembro de dicha sociedad: la reina de las ranas. Basta un hallazgo casual para que esta rana se convierta en reina. Y una sola pregunta certera bastará para que todo un imperio se desmorone. ¿Qué diferencia a una rana de otra? Un libro para aprender a dirigir la mirada y hacerla crítica, para formular preguntas que convertir en acciones concretas.
 
 
'Contra las cuerdas' (James Vance y Dan E. Burr, ed. Norma)

Julia M. Bermejo
Los editores se esfuerzan por rescatar los primeros años del siglo XX para refrescarnos la memoria: la Gran Depresión, la Gran Purga estalinista, burbujas inmobiliarias y años de intenso activismo obrero. Títulos como Especulación, de Thomas Wolfe, editado por Periférica; Sofia Petrovna, de Lidia Chu­kovs­kaia, en Errata Naturae, o el primer volumen de los diarios de Emma Goldman, Vi­vien­do mi vida, en Capitán Swing nos sitúan en un momento previo del que extrapolar experiencias y saberes acumulados. Éste es también el caso de esta novela gráfica, centrada en la lucha obrera estadounidense de finales de los años 30, precisamente los años de la Gran Depresión. ¿Disfru­taste leyendo Las uvas de la ira? Pues déjanos decirte que este increíble cómic tampoco te defraudará.

 
'Cartas de una pionera' (Elinore Pruitt Stewart, ed. Hoja de Lata)

Julia M. Bermejo
Esta primera entrega de las cartas que Elinore escribe a su antigua patrona de Denver va ya por la segunda edición. Pero existe una segunda entrega: Cartas de una cazadora y otras mujeres de la frontera (en la misma editorial), por si os quedáis con ganas. Ahora que Errata Naturae rescata la obra completa de Thoureau como paradigma del “querer vivir como desafío”, que diría López Petit, son especialmente relevantes las cartas de esta pionera, madre viuda de la pequeña Jerrine, que abandona su trabajo en una lavandería de Denver para convertirse en pionera. Una mujer con un entusiasmo arrollador, decidida a vivir de otro modo, que aprende a sobrevivir en las montañas de Wyoming. Una apuesta individual que se convierte en una forma de vivir en comunidad atravesada por la naturaleza. Un documento histórico que habla, precisamente, de perder el miedo.

 
'Cita con los clásicos' (Kenneth Rexroth, ed. Pepitas de Calabaza)
JM Lander
Rexroth llevó a los clásicos a la hora del recreo. Concibió su lectura como un goce y no como un castigo: leerlos sin pretensiones académicas, sólo por placer dominical. Eligió 60 obras maestras de todo el mundo. Su canon, al contrario que el de Bloom, carece de narcisismo. Rexroth quiso ser una mente libre y no un jerarca del buen gusto. Sus originales reseñas despiertan la bulimia de leer. Todas juntas trenzan un maravilloso libro de libros, un libro borgiano, aunque con una erudición nada anacoreta. Rex­roth, emblema de la contracultura, entendió la literatura como un asunto de salud pública. En vez de aspirinas, recetó clásicos para curar los catarros del espíritu. Porque, ya lo dijo Sócrates, el mal suele ser consecuencia de la ignorancia y la virtud, más bien fruto del conocimiento.  
 
'El mundo de ayer memorias de un europeo' (Stefan Zweig, ed. Acantilado)
JM Lander
La Viena de Zweig debió de ser una fiesta perpetua como el París de Hemingway, sólo que una fiesta menos bohemia y bastante más elegante, de óperas wagnerianas, de poesías sublimes, de palcos reservados para burgueses enriquecidos a costa del sudor proletario. El célebre escritor disfrutó de este ambiente de refinamiento, previo a la I Guerra Mundial, hasta que las élites lo tacharon de aguafiestas. No le perdonaron ni su pacifismo ni su origen judío. Su sueño paneuropeo derivó en una pesadilla sangrienta. Leyendo sus memorias, tan ecuánimes como amargas, a uno le asalta la imagen refinada del concierto de año nuevo. Esos aplausos exquisitos, emitidos a compás, transmiten el escalofrío de un cuchillo. Ni Bernhard logró descifrar el inescrutable misterio austríaco. ¡Tanta cultura junto a tanta barbarie!
 
 
'El color de la leche' (Nell Leyshon, ed. Sexto piso) y 'La hora violeta' (Sergio del Molino, ed. Penguin Random House)
Silvia Nanclares
Los dos libros que han triunfado en mi casa este año tienen como protagonista a la infancia y a la adolescencia. En el primero de ellos, El color de la leche, eres testigo del descubrimiento del lenguaje escrito de una niña trabajadora. Al entrar a servir a una casa de terratenientes, la niña comienza a aprender a escribir y a registrar sus vivencias y su emoción ante su nueva capacidad. Este hecho hará que todo cambie: la niña se empodera y la trama da un giro inesperado, pero consecuente, que vamos intuyendo minuto a minuto hasta dejarnos, en el desenlace, sin respiración. Primera novela de esta autora galesa, hasta ahora dramaturga (y eso se nota en el uso de los diálogos y la acción), ha sido elegida por el Gremio de Libreros (ahí es ná) como el libro del 2014. Leedlo, sin más, que es un pepino. En el segundo, La hora violeta, un niño de menos de dos años podría haber sido el protagonista. Pero no, es el testimonio crudo, pero sin pizca de gazmoñería ni sentimentalismo, de su padre, quien asiste desarmado al avance de la enfermedad mortal que acecha a su bebé. Una crónica de no ficción acerca de la enfermedad, la sanidad pública y la impotencia devastadora de convertirse, como dice el propio padre y autor del libro, Sergio del Molino, en lo contrario a huérfano, esa palabra que no existe, la que nombra a los padres que pierden a sus hijos.
 
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