Entrevistamos a la banda de reggae Train to Roots quienes están de gira por Barcelona, Valencia, Madrid y Euskadi durante las próximas semanas
La trayectoria de la banda sarda de reggae, como la de este medio de comunicación, cumple un decenio en funcionamiento y con él comparte ciertas similitudes: su predicamento de una transformación profunda de la sociedad, las dificultades para avanzar en situación de aislamiento y un amor incondicional por divulgar la cultura a pesar de los impedimentos que se encuentren a lo largo del camino. Es por ello que Diagonal los ha escogido para protagonizar una fiesta que anticipa “10 años de Diagonal” y que tendrá lugar el próximo 23 de octubre en la sala Siroco de Madrid como parte de una gira que les trasladará a Barcelona (15), Valencia (16), Xaló (17), Girona (18), Bilbao (24) y Tolosa (25).
Recuerdo como si fuera ayer vuestra participación en el European Reggae Contest de 2006: sobre el escenario vi una banda que, pese a su juventud, impactaba por una puesta en escena bien trabajada y bailable. ¿Qué representó para la banda la representación de la escena italiana en aquel concurso? ¿En qué medida os ha ayudado vuestro vínculo con Rototom Sunsplash y la participación en varias ediciones del festival, a asentaros como banda e ir logrando los objetivos marcados?
Más que representar a Italia, nosotros siempre hemos pensado que representamos a Cerdeña, la isla mágica de dónde venimos. Nos sentimos más sardos que italianos, pero la emoción en el Contest era la misma. Para nosotros, Rototom ha representado en nuestros inicios una especie de punto de referencia anual con el que crecer. Fue durante mucho tiempo el estímulo más fuerte, la meta a conseguir. Se puede decir que Rototom nos ha hecho crecer, artísticamente hablando, dándonos casi todos los años la posibilidad de medirnos con las mayores realidades del reggae a nivel mundial. Fue nuestra escuela de reggae y lo sigue siendo cada vez que tenemos el placer de volver a tocar.
Otros de los aspectos que siempre me han llamado la atención ha sido el componente estético: los uniformes de camisas blancas que lucís. ¿A qué obedece este atrezzo particular? ¿Se trata de algún homenaje a algo o alguien?
No es ningún homenaje. La elección fue dictada por el hecho de que el blanco comprende todos los colores del espectro luminoso. Una especie de símbolo universal de unidad. Porque es sólo en la unidad del ser humano, en el amor, donde reside la verdadera revolución.
La identificación con vuestra tierra, Cerdeña, es otro de los elementos que os definen, en vuestras actuaciones suelen ser habituales las banderas con la cruz de San Jorge y las cuatro cabezas de moros. ¿Qué simboliza para vosotros esta bandera? ¿Hasta qué punto podemos decir que haber sido originarios de Cerdeña ha contribuido a marcaros tanto a nivel personal como el sonido que hacéis? ¿Qué elementos hacen de Cerdeña un lugar afín a la música de raíz jamaicana?
La bandera de los ‘cuatro moros’, históricamente representa la reconquista por parte de los aragoneses de los territorios de la Península Ibérica controlados por los árabes, en este caso por cuatro generales. Fue adoptada en los años 50 con la convicción de que representaba a los cuatro Giudicati (regiones históricas) de Cerdeña, la primera forma de autogobierno e independencia del pueblo sardo, entre el siglo IX y el XV. Hoy, en todo caso, es conocida por todos como la bandera de Cerdeña, y verla ondear en nuestros conciertos por toda Europa nos llena de orgullo y nos hace sentir siempre en casa. Nos importa mucho que se nos reconozca como una banda sarda porque, como todo sardo, estamos estrechamente ligados a nuestra tierra, a su lengua, a sus raíces y a su historia pluri-milenaria. Todo esto seguramente ha contribuido a marcarnos a nivel personal y a tratar temáticas y valores inherentes al hecho de ser sardos. Además, su insularidad, una naturaleza exuberante y maravillosa, la terquedad y la hospitalidad de su pueblo y unas condiciones económicas y laborales muy precarias, hacen de Cerdeña algo muy parecido a Jamaica, en lo bueno y en lo malo. ¡Hay que ir para entenderlo!
Nuestro subgénero preferido sigue siendo el roots de las producciones jamaicanas e inglesas desde finales de los 60 y toda la década de los 70
No puede decirse que vuestro proyecto se ciña al reggae de raíz jamaicana -pese al nombre escogido para la banda-, sino que interpreta múltiples estilos dentro del amplio espectro de la música popular jamaicana (ska, reggae, dancehall). ¿Fue ésta una decisión tomada desde vuestros comienzos? ¿De qué modo ha marcado vuestra trayectoria?
El nombre de Train To Roots es el homenaje a una de nuestras bandas más queridas: los Misty In Roots. Nuestro viaje musical nos ha visto partir, un poco como todas las bandas de reggae, de las referencias clásicas del género, los gigantes: Marley, Jacob Miller, Tosh, Steel Pulse, Burning Spear, Black Uhuru, etc. Después pasamos por el roots anglojamaicano, con nuestro segundo disco Terra e Acqua, para luego afrontar una parada en el reggae jamaicano de los últimos años con el disco Breathin’ Faya. Nuestro último disco, Growing, salido en abril, representa en cambio nuestro amor a toda la black music, una especie de viaje en el viaje, con intrusiones en el ámbito soul, r&b, funk, hip hop. La heterogeneidad de nuestro reggae es una elección que desarrollamos desde el inicio, nos gusta experimentar, colaborar y, por tanto, ¿por qué no equivocarse? En todo caso, nuestro subgénero preferido sigue siendo el roots de las producciones jamaicanas e inglesas desde finales de los 60 y toda la década de los 70.
En directo sois una banda con un espectáculo enérgico, que implica al espectador y le hace sentir parte de vuestro proyecto. ¿De qué modo planteáis cada directo? ¿Qué trucos empleáis para hacer de cada actuación un éxito y un evento al que apetece repetir?
Antes de nada, ¡nos alegra que te gusten nuestros conciertos! No tenemos trucos particulares, nuestro show es tan participativo porque es como nos gusta, no hacemos nada que no nos guste al cien por cien, que no nos convenza hasta el fondo. Si debe haber un truco, creo que está en la ley universal del you get what you give, recibes lo que das, y nosotros sobre el escenario lo damos todo, tanto físicamente como con el alma. Sobre el escenario estamos en nuestra condición de vida ideal y lo que ocurre es un continuo intercambio de energía entre nosotros y el público, y al final somos todos parte de un mismo flujo de energía y se nos siente como una sola cosa.
Durante el mes de mayo de 2011 tuvisteis ocasión de realizar una gira por España -compartida con Mellow Mood- a fin de conmemorar el 30º aniversario del fallecimiento de Bob Marley y que os sirvió para visitar Barcelona, Madrid, Benicàssim, Valencia y Cartagena. ¿Se cumplieron las expectativas depositadas en aquella gira? ¿Qué impresión obtuvisteis de la escena reggae española y de su público?
Conservamos un recuerdo vivo y muy bonito de aquEl tour. Primero por la espléndida compañía, de nuestros hermanos Mellow Mood y Pier Tosi, pero seguramente porque para nosotros fue la primera vez que pudimos movernos todos juntos en un tour bus por buena parte de la Península Ibérica y de podernos exhibir ante un público conocido en todas partes por su calor. Han pasado poco más de tres años, pero la impresión que nos da es que la escena reggae española ha crecido exponencialmente, tanto en el ámbito musical como en eventos y medios de comunicación. Cada vez son más frecuentes las producciones españolas que consiguen cruzar las fronteras geográficas. A nosotros nos gusta mucho la escena reggae española, sobre todo por su originalidad. Yo diría que ya se puede hablar tranquilamente de una escuela ibérica del reggae, por sus muchas características y peculiaridades, partiendo del uso generalizado de la lengua local en lugar del inglés o el patois.
Vuestro bagaje, como el de la publicación desde la que os entrevisto, es de 10 años, años estos no exentos de adversidades, desafíos y un crecimiento que os ha permitido erigiros en referente de la escena italiana. ¿Cuáles son los retos más complicados a los que habéis tenido que hacer frente en este decenio? ¿Qué aprendizaje habéis obtenido de ello?
Seguro que el desafío más complicado al que nos enfrentamos es el de convertir nuestra pasión en un verdadero trabajo que nos permita vivir dignamente. Otro desafío fue y sigue siendo el de tipo geográfico. Como decíamos antes, algo que hace parecerse a Cerdeña y Jamaica es su insularidad, pero esa misma particularidad nos hace esclavos de viajes no siempre cómodos, pero siempre carísimos. Pero todo esto ha fortalecido aún más la voluntad de seguir adelante y lograr en todo caso nuestro sueño, y quizá sea ésta la lección que nos ha dado esta primera década de Train To Roots: si lo crees de verdad, antes o después algo sucederá.
Desde España se percibe la escena reggae italiana como una escena de masas, bien cohesionada, con un circuito integrado por múltiples festivales, numerosos sound systems y bandas… ¿Cómo se vive esta realidad desde dentro? ¿Es posible mantenerse a nivel profesional como banda de reggae en Italia?
Sinceramente, en los últimos 2 o 3 años la escena reggae italiana, y no estoy hablando del lado musical sino sólo del organizativo promocional, ha visto un claro colapso. Seguramente mucho es debido al actual cambio generacional y a la crisis económica que está atravesando nuestro país desde hace ya algunos años. La percepción que se tiene desde dentro es la de una escena a un altísimo nivel internacional, pero al mismo tiempo incapaz de encontrar en su país una credibilidad por parte de los medios de comunicación y de los organizadores de eventos y festivales musicales. El reggae en Italia aún está muy marginado y no consigue imponerse como, en cambio, está ocurriendo con el hip hop nacional que, entre otras cosas, es de un nivel vergonzoso en comparación con la escena reggae. Para una banda de reggae italiana, mantenerse sólo con su trabajo musical es realmente difícil, si no imposible.
Para vuestro último trabajo “Growing” habéis apostado por un productor como Manuel “Max Stirner” Fusaroli, conocido productor de bandas como Tre Allegri Ragazzi Morti, Zen Circus, Bugo, Giorgio Canali o Nada. ¿A qué se debe esta elección? ¿Qué ha aportado él de novedoso o genuino a vuestro proyecto?
Habíamos escuchado sus producciones anteriores y lo que más nos impactó fue su originalidad y la modernidad de determinadas elecciones estilísticas. Entonces pensamos en experimentar esta fusión entre nuestro reggae y su indie rock, y el resultado ha sido el álbum Growing. Su intervención ha sido muy importante, sobre todo en la elaboración de los textos en italiano. Queríamos un álbum con textos coherentes y que trataran situaciones, emociones o historias que realmente sentíamos y necesitábamos palabras eficaces, cosa que en italiano no es simple. Ha sido una bellísima y constructiva experiencia desde todos los puntos de vista, desde el musical hasta el humano.
En la escena reggae actual ha emergido el movimiento catalogado por Dutty Bookman como “reggae revival” que reivindica un retorno al estilo y mensaje del roots jamaicano de los 70. ¿Cuál es vuestra perspectiva y opinión al respecto? ¿Será algo pasajero o perdurará?
Partiendo de la premisa de que a todos nos gustan artistas como Protoje o Chronixx y de que somos amantes del roots original, todo este revival nos gusta, aunque vemos con cierta desconfianza todo el revuelo mediático que está generando. Aún recordamos, en los inicios de la primera década del 2000, un fenómeno similar que dominó festivales, dancehalls y medios durante años como fue el new roots. Digamos que regularmente, cada diez años, desde Jamaica nace una nueva generación de cantantes y bandas que traen de nuevo el auge del viejo buen roots y sus temáticas y se propone al resto de la escena reggae mundial. Esperamos que esta vez haya más substancia y menos humo.
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