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Se llamaba José Manuel Juan Boix

En la relación de las víctimas de ETA figura un atleta zaragozano de 18 años, herido de muerte en un atentado de 1979.

, Redacción
28/09/14 · 8:00
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Han pasado tres décadas y media. El 18 de agosto de 1979 falleció en el hospital de La Paz de Madrid José Manuel Juan Boix. Tenía 18 años y tres semanas antes había quedado gravemente herido a consecuencia de un atentado en la estación de Chamartín cuya autoría fue reivindicada por ETA político-militar. Juan Boix era una figura prometedora del atletismo aragonés. Medalla de oro en el mundial júnior de Limerick (Irlanda) como integrante del equipo de campo a través, atesoraba una marca 8m 25,2s en los 3.000 metros lisos.

Treinta y cinco años después del atentado que costó la vida a Juan Boix, los paneles de plástico ocultan el falso mármol del interior de la estación de Cha­martín. El edificio ha sido renovado a costurones y los viajeros respiran prisas mal disimuladas y asepsia de franquicias. “Renfe les recuerda que está prohibido cruzar las vías”. Ruido de ruedas de trolley, rumor de una música inocua, portátiles, móviles. “Ato­cha y Príncipe Pío, vía 9”. Nin­guna leyenda visible recuerda a los viajeros que esperaban sus trenes en la mañana del 29 de julio de 1979.

Juan Boix viajaba con destino a su ciudad natal: Zaragoza. Se encontraba en las inmediaciones de la sala de espera a la una de la tarde, no muy lejos de las taquillas automáticas. La temperatura exterior superaba los treinta grados. Era domingo y la canícula del verano ocupaba las calles vacías. La prensa daba cuenta de los primeros cien días de Enrique Tierno Galván como alcalde. En su columna en El País, Francisco Umbral evocaba el sentido de las viejas estaciones madrileñas: “Todas clausuradas o a punto de clausura, sustituidas por ese falso aeropuerto de Chamartín, de donde parece que los trenes van a salir volando hasta Palencia”.

Juan Boix acababa de ganar el campeonato de España júnior en su distancia: los 3.000 metros lisos
Hoy los trenes que van a Za­ragoza esquivan Chamartín. La estación es una reliquia de la modernidad de los años 70, que apenas rozó la ciudad. Todo parece a punto de ser reconstruido o abandonado. Tan sólo los azulejos coloristas de las escaleras que dan acceso a las vías conservan su novedad original. Por fuera, los ladrillos mal envejecidos y el armazón oxidado reducen la estación a un apeadero entre autovías. “Renfe les recuerda que está prohibido fumar”.

Juan Boix acababa de ganar el campeonato de España júnior en su distancia: los 3.000 metros lisos. Disponía además de la marca para disputar el campeonato de Europa júnior al aire libre. Con la camiseta amarilla del club Scorpio 71, su trayectoria presagiaba la carrera de un atleta de fondo con proyección internacional. A decir de quienes lo conocieron, disponía ya de un notable carisma y habría llegado a disputar competiciones al máximo nivel.

13.11h del 29 de julio

En la estación actual resulta muy difícil ubicar el lugar exacto donde ocurrieron los hechos. Las consignas se encuentran ahora al otro lado de la calle, alejadas de la zona de espera, y los viajeros han de pasar sus maletas por un escáner. Sí se escuchan los avisos perentorios del próximo tren. Quizá ése sea el único sonido constante desde la fundación del edificio.

A las 13.11h del 29 de julio de 1979 reventaron las taquillas automáticas de la estación de Chamartín. La cabeza de la estudiante de 20 años Doro­tea Fetiz quedó en el suelo separada del cuerpo. Cerca de 50 heridos fueron trasladados al cercano hospital de La Paz, entre ellos José Manuel Juan Boix. Según las primeras informaciones, el atleta aragonés sufría un politraumatismo de pronóstico muy grave. El atentado en Chamartín era el segundo de una cadena de explosiones que afectó también al aeropuerto de Barajas y a la estación de Atocha. En 14 minutos, entre las 13.01h y las 13.15h, los centros de comunicaciones de Madrid temblaron a consecuencia de los 18 kilos de material explosivo colocados por ETA-PM (en torno a seis kilos en cada atentado). Murieron siete personas y alrededor de cien resultaron heridas.

José Manuel Juan Boix falleció 20 días después de que tuviera lugar la explosión.

Estas líneas sólo pretenden recordarlo a partir de dos elementos: una visita a la estación de Chamartín 35 años después del atentado y la lectura de lo publicado entonces por el diario El País y en 2009 por El Heraldo de Aragón con motivo del 30 aniversario de la muerte de Juan Boix.

El alcalde Tierno Galván visitó aquella misma tarde los lugares siniestrados y los centros sanitarios en los que se atendía a las víctimas. Como conclusión a sus declaraciones a la prensa, afirmó: “Nada de de esto tiene sentido ni explicación”. 

Tags relacionados: atentados Chamartín ETA Madrid
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comentarios

4

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    Alfonso Ibañez
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    10/05/2017 - 3:07pm
    Fui compañero suyo de clase en el Instituto Goya (delegada 2) y también me consideraba amigo, estuve varias veces en su casa, por circunstancias de la vida dejé de tener contacto con él. Sentí una gran pena cuando me enteré. Es un tópico pero éste era un gran deportista y mejor persona, igual que su hermano. Un abrazo para la familia.
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    JUANCHO
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    20/08/2016 - 11:33am
    yo estaba aquel día en la estación.Tenía 8 años y ahora con 45 continuo acordandome de aquel día.Por cierto me parece una verguenza que a fecha de hoy no exista ni una placa en memoria de las dos personas que fallecieron
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    Agustín
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    29/09/2014 - 1:28pm
    Fui compañero suyo de clase en el Instituto Goya en COU y después en 1º y 2º de Derecho en Zaragoza, era muy buena persona y excelente atleta, me lo encontraba muchas veces entrenando sólo en el Parque Grande. !Qué pena sentí aquél día de 1979! Hubiera llegado muy lejos como atleta. Una lástima.
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    Kike Rodríguez
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    28/09/2014 - 5:44pm
    Las pista de atletismo de la Universidad de Zaragoza lleva su nombre y todos los años se organiza en dicha ciudad un Memorial en<strong> </strong>su nombre.
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