CINE
El crack financiero, en seis frases hollywoodienses

La economía especulativa vuelve a la gran pantalla gracias al estreno de El lobo de Wall Street, basada en las andanzas de un delincuente de cuello blanco. Películas recientes como Margin call o Malas noticias ya habían abordado el casino global, valorando su responsabilidad en la crisis económica.

04/03/14 · 8:00
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Con El lobo de Wall Street, el cine estadounidense vuelve a acercarse a la economía especulativa en clave de humor negro, quizá porque ya ha transcurrido un tiempo prudencial desde el estallido de la denominada Gran Recesión. Hasta ahora, en cambio, había dominado el drama con toques de thriller. Margin call, Malas noticias y Wall Street II: el dinero nunca duerme se habían inspirado en la tormenta financiera de 2007, y los consiguientes rescates multimillonarios sufragados con dinero público. A pesar de sus limitaciones, estos filmes incluyeron algunas frases muy significativas.

“¿Hay alguien del Tesoro que no haya estado en Goldman?”

Christopher Cox (Peter Hermann) en Malas noticias

El prestigioso canal de televisión por cable HBO se apuntó al relato de la crisis con un docudrama sobre el rescate bancario. Resultó chocante ver a Hank Paulson, secretario del Tesoro y expresidente ejecutivo del banco de inversión Goldman Sachs, convertido en el héroe de la función. Pero eso no quita que se incluyese en el telefilme alguna referencia a la puerta giratoria: antiguos responsables de Goldman han copado lugares de responsabilidad en los organismos reguladores estadounidenses, bajo presidencias tanto republicanas como demócratas.

“¿Este tipo quiere decirme que estamos viviendo en una comunidad? No me hagas reír. Vivimos en América, y en América cada uno está por su cuenta. América no es un país, es un negocio. Y ahora págame, joder”

Jackie Coogan (Brad Pitt) en Mátalos suavemente

El guionista y realizador Andrew Dominik propuso una especie de Pulp Fiction de la crisis económica. Esta historia coral de criminales usa de banda sonora la cobertura mediática del crack. Uno de los protagonistas, asesino a sueldo, lo tiene claro: que no le menten el código de honor de la Cosa Nostra, ni el amor a la patria. ¿Los discursos antisociales del neoliberalismo acaban cuando se saca a pasear la bandera, o cuando se declara la guerra a algún país lejano? No para Coogan. El sueño del individualismo sin espacio para la ética produce monstruos.

“La raíz de todo el mal es la especulación”

Gordon Gekko (Michael Douglas) en Wall Street II: el dinero nunca duerme

Un icono de la era Reagan, el broker Gordon Gekko, volvió a las pantallas tras la quiebra de Lehman Brothers. Y se reinventa como Casandra mediática que advierte de un futuro negrísimo. Pero sus intervenciones van más allá del argumentario neoliberal de economistas como Gay de Liébana: además de atacar a las instituciones públicas, también señala a unos mercados irracionales e impunes. Quizá se nota la mano de Oliver Stone (JFK, Comandante), a pesar de que esta vez no se encargó del guión. Eso sí: poner estos discursos críticos en boca de un villano de ficción limita el impacto de las reflexiones.

“Quizá tú podrías decirme que está pasando. Y, por favor, háblame como si lo hicieses con un bebé. O con un golden retriever”

John Tuld (Jeremy Irons) en Margin call

A pesar de su buen acabado formal, Margin call no es un retrato fidedigno del crack financiero estadounidense. Quizá para resultar más emocionante, plantea una narración contrarreloj: en apenas unas horas, los jefes de una banca de inversión descubren que están al borde de la quiebra, y venden masivamente productos financieros a sabiendas de que no tienen valor real. El jefe de este trasunto de Goldman Sachs se autorepresenta como inútil e ignorante. Él no sabía nada, y a duras penas puede entender un gráfico bursátil. ¿Hipotecas subprime, ha dicho usted?

“¿Casi hunden la economía estadounidense tal y como la conocemos, pero no podemos ponerles restricciones sobre como gastan los 125.000 millones que les damos porque… podrían no cogerlos?”

Michele Davis (Cynthia Nixon) en Malas noticias

Esta frase, como el desenlace de Malas noticias, es casi un símbolo de la América progresista. Y transmite la mirada abatida de unos cineastas que intentan criticar un presente notoriamente injusto, pero son incapaces de superar su miedo al socialismo o a un gobierno intervencionista. Se afirma que los banqueros abusan del sistema, pero también se insinúa que no hay otro sistema posible. Los protagonistas de la película, reguladores del sistema financiero sin apenas competencias, ni siquiera se atreven a pronunciar “la palabra que comienza por ene” (nacionalización).

“¡Que se joda la gente normal!”

Will Emerson (Paul Bettany) en Margin call

Margin call sugiere que los responsables de la gran banca no eran conscientes de las consecuencias de sus acciones. Pero sí les retrata como seres insensibles y arrogantes, que observan las insignificancias de la economía real desde las torres de Wall Street. Un mando intermedio, con ingresos millonarios, afirma que los ciudadanos deberían estar agradecidos al sector financiero porque les ha proporcionado un bienestar pasajero basado en una burbuja de crédito. Quizá las consideraciones de este personaje de ficción inspiraron a la diputada Andrea Fabra, aquella que celebró recortes de las prestaciones de desempleo con un infame “¡Que se jodan!”.

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