Actriz reaparece vestida de ratón, sujeta una bocina.

Actriz.- Un día me tocó hacer de pirata en una fiesta infantil. SÍ, YO HE PASADO POR ESE CAMINO. YO HE SIDO LA ACTRIZ QUE SE VISTE DE PAYASO EN LAS FIESTAS INFANTILES. Y ese día, una de las niñas que se sienta en mi regazo va y me dice, “¿Pirata, tú crees en dios?”. ¿Y sabéis que le dije? Le susurré al oído algo. Delante de todos sus amigos, delante de sus padres, le susurré la puta verdad. Al oído.

Que yo también odio Lost in Translation, la detesto. Odio el final. Odio el momento de represión del final. Odio cuando el tipo le tenía que haber dicho, me muero por ti, me muero por clavártela una y otra vez. Me muero por correrme en tu boca y en tu culo. Me muero por despertarme a tu lado. Me muero por oír cómo meas por la mañana en el cuarto de baño de la habitación de hotel. Me muero por pasar un fin de semana en la cama contigo. Me muero por tocarte y saber que probablemente se te están empapando las bragas. Me muero por emborracharme en un hotel de Portugal y pasarme el día haciéndote el amor. Me muero por hacer una cosa muy loca contigo. Me muero por coger un tren contigo e irnos a un pueblo de la sierra. Me muero por confiar en ti. Me muero por follar como si no nos conociéramos. Me muero por meterme en un hotel de mala muerte contigo a las tres de la madrugada. Me muero por reconocer tu letra. Me muero por llenarte el teléfono de propuestas indecentes. Me muero por verte bajar las escaleras y sentir cosquillas en la tripa. Me muero por bajarte las bragas antes de meternos en el taxi. Me muero por follarte la boca. Me muero por acompañarte a algún recado sin importancia. Me muero por sentir tu aliento en mi nuca al despertarme. Me muero por plegar tus bragas y meterlas en mi cajonera. Me muero por leer el periódico en un parque contigo un domingo por la mañana. Me muero por cerrar los ojos y saber que estás junto a mi. Me muero porque me mires como miras a todos esos tíos. Me muero porque te quedes dormida encima de mi pecho y pueda escucharte respirar. Pero no, la remilgada de la Sofia Coppola nos quita ese placer. Apuesta fuerte por la represión. Pues que lo sepas, en El Padrino 3 lo haces DE PUTA PENA. Arruinaste la película así como has ARRUINADO ‘LOST IN TRANSLATION’.

Fue justo entonces cuando decidí cambiarme de casa. Y poner la vida en el centro. Como cuando pones un jarrón en el centro de la mesa. Para decorar, como un adorno. Como un centro de mesa. Como esa cosa absurda que está en el centro. Pero si la vida es absurda, en el centro lo es más. Puse toda mi mierda en el centro, la basura en un lugar privilegiado. El no va más de Narciso, en el centro estoy YO. Pronto la casa se llenó de ratones. Había tantos ratones que los muebles no paraban de moverse. Yo les dejaba hacer sus cosas, como los elfos que ayudaban al zapatero por la noche a remendar sus zapatos. Yo me acostaba y cerraba muy fuerte los ojos para que por la mañana me dejaran unos zapatos recién hechos al lado de la cama. Pero no, cada noche que pasaba me movían todos los muebles pero no me dejaban los zapatos. Un día soñé que volvías a mi vida y me movías todos los muebles de la casa, pero no era mi casa ni eran mis muebles. Va, PERDÓN, no nos pongamos freudianos.

Al poco de mudarme me cansé de esperar, de creer que fueran a dejarme los zapatos recién hechos al pie de la cama y empecé a darles órdenes. RATONES, comed el queso que os he dejado. Los ratones lo hacían. RATONES, haced mucho ruido esta noche. Y los ratones no paraban de hacer ruido. RATONES, roed los cables de la casa. Y lo hacían. Los dejaban todos hechos trizas. Y así, llegué a ser lo que soy ahora. LA REINA DE LOS RATONES. SOY LA PUTA REINA DE LOS RATONES. He sido paje, he sido dramaturga, he sido camarera, he sido la amante más guarra de todo Madrid y ahora soy LA PUTA REINA DE LOS RATONES. Los ratones HACEN TODO LO QUE YO LES DIGO. Yo a cambio les hago el baile de la reina de los ratones Yo soy su recurso y ellos mi comunidad. Cada noche se lo hago. Es un baile muy complejo que se baila así. Mirad, mirad cómo bailo el baile de los ratones. Mirad, mirad, no dabais una mierda por mí, ¿¿eh?? Pues soy la jodida reina de los ratones. Mirad, padre, madre, mirad cómo bailo. QUE SOY ALGO EN LA PUTA VIDA. Soy vuestros sueños hechos realidad. Soy vuestro puto sudor convertido en reina. Soy la promesa de un futuro realizado. UEEEE! Bailo el baile de la reina de los ratones. Soy la puta dignidad de haber estudiado fuera. Que he estudiado en el extranjero, cabrones. Mirad qué baile…

Y me hice tarjetas de visita, tarjetas con mi nombre y mi título. Marisol: Reina de los ratones. Después me abrí una cuenta de correo y una cuenta de Twitter. En mi casa acondicioné una oficina con una mesa muy grande, muy moderna, con muchos caballetes y flexos. Tenía tarjetas, mi web, mi flexo, tenía todo todo todo. Hasta me hice una bandera, una bandera con un mástil de madera de roble. En la bandera salía mi escudo de armas. Un bandera que apenas cabía en el apartamento por lo que medio mástil asomaba por la ventana. Me dejé crecer un bigote muy elegante, empecé a soltar status de twitter y FB muy elaborados: parecía y era tan egocéntrica y fraudulenta que los escribía todos muy despacio, estudiándolos previamente en términos de cómo afectarían a la imagen que la gente tenía de mí y, sobre todo, qué era necesario poner ahí en cada cajita, en cada ¿qué estás pensando, qué está pasando?, para crear la impresión que quería que ELLOS, el mundo tuvieran de mí. Ajá. Funcionaría. Y me senté a esperar a que llegaran los correos. ¿Cuál sería primero? ¿El Matadero? ¿La Encendida? ¿El Grec? ¿El Lliure? ¿La Porta? ¿¿Tárrega?? ¿Cuál sería el primer correo en llegar? No me moví del ordenador. Le daba al botón de actualizar cada dos minutos. Cada dos minutos actualizar. F5. ¿Quién me escribiría primero? F5. Tenía mis tarjetas a punto. F5. Mis flexos encendidos. F5. F5. No dejaba el ordenador ni por un minuto. Actualizar, actualizar. Me empecé a mear encima. F5. Apretaba mucho las piernas pero me oriné. Después me cagué. F5. F5. F5. Yo le daba a actualizar y mientras tanto la mierda me llenaba las bragas. Me empezó a resbalar por las piernas. Yo le daba a F5 para ver si llegaban los correos. Mi mierda mezclada con mis orines se empezó a acumular a mis pies. Los ratones ni se me acercaban. Los ratones evitaban mi mierda. Mi bandera se mantenía firme en mi habitación. Mis flexos encendidos. Actualizar. Actualizar. Soy la reina, soy la reina de los flexos… soy… soy la reina de los ratones… soy… soy Marisol… soy yo… Marisol… F5 F5... tengo los pies llenos de mierda pero soy Marisol… sé hacer mimo… puedo contestar al teléfono… me hago cortes en los brazos… tengo flexos… tengo 46 años… F5... soy licenciada en psicología… tengo una bandera… mirad mis nalgas… mirad… mi… ordenador… F5... mirad que seria soy… mirad que start-up tengo… que soy una emprendedora, que voy a acabar con la crisis yo sola, mirad que importante soy… soy el tesoro del final de la calle… soy la reina de los ratones… que ya soy mayor, JOOOODER… que soy muy mayor… estoy toda cagada pero soy muy mayor. QUE TENGO MI PROPIO CHIRINGUITO, JODER, que soy mayor. F5.

¿A que no os desagrada del todo que me haya ido tan mal, eh?

Y ahora, ahora me vais a aplaudir… venga… aplaudidme… Más fuerte, por allí… muy fuerte… Aplaudid que para eso habéis venido…Para poder aplaudir… Más fuerte JODER… Aplaudid… Aplaudid más, coño. ¿A que no os desagrada del todo que me haya ido tan mal, eh? Aplaudid…  Venga. Que se note. Habéis pagado 20 euros para poder aplaudir. Hacedlo. Aplaudid… que tengo EGO, JODER. Aplaudid… aplaudid… A mí no me paga nadie por hacer esto… Aplaudid, malditos… Aplaudid, cojones ya.

Solo de bocina. //