ENCUESTA : LAS CARGA DE TAREAS AFECTA A LAS MUJERES
El trabajo doméstico perjudica la salud

El 70% de la población española goza de una
salud buena o muy buena, según la última Encuesta
Nacional de Salud, aunque las afirmaciones varían en
función del género.

17/04/08 · 0:00
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IRENE CUESTA

El 75,1% de los hombres dice tener
un grado óptimo de salud, mientras
que el porcentaje de mujeres es del
65%. A partir de los 75 años, el 41,6%
de los hombres y el 29,1% de las mujeres
asegura tener una buena salud.

Una de las razones por la que las mujeres
enferman más es la cantidad de
horas que dedican a las tareas domésticas,
que no les deja tiempo ni
energía para cuidar de ellas mismas.
La última Encuesta Nacional de
Salud, del Ministerio de Sanidad y
Consumo, indica que a partir de los
16 años, el 81% de las mujeres asume
las labores del hogar e invierte una
media de 28 horas semanales. Por su
parte, el porcentaje de hombres que
realizan el trabajo doméstico es del
35,9% y 15 horas a la semana.
Para Mayka Cuadrado, de la Federación
de Mujeres Jóvenes, la desigual
distribución de las responsabilidades
del hogar es un problema
educacional y considera que “haber
sido socializadas en los valores femeninos,
en ningún caso es neutral para
nuestra salud. A mujeres y a hombres
se nos han asignado unos roles
diferenciados y esto influye también
en las tareas que desempeñamos”.

Con esta opinión coincide Susana
Covas, psicóloga social y experta en
temas de género relacionados con la
vida cotidiana de las mujeres, quien
piensa que las mujeres siguen un
mandato establecido que dicta: “Vive
en función de los demás, cuida de los
demás a expensas de tus propios cuidados.
Hazlo todo por amor, y cuanto
mayor sacrificio y cuidado de los
demás, más vales”. Covas entiende
que cualquier persona que reciba esta
orden y la cumpla, enferma.

La encuesta plasma que los trastornos
crónicos más frecuentes son
artrosis, artritis o reumatismo, hipercolesterolemia,
depresión, ansiedad
y otros trastornos mentales, alergia
crónica, diabetes, asma y bronquitis
crónica. Todos, excepto la diabetes y
la bronquitis crónica, son más frecuentes
en las mujeres. Covas insiste
en que no se trata de dolencias asociadas
al sexo femenino, sino que están
derivadas del rol asignado. “Las
mujeres están viviendo de una manera
que no les deja ni tiempo ni espacio
para ocuparse de ellas. No es
tanto el cuidado de los demás lo que
las enferma, sino lo que significa estar
tantas horas pendientes del cuidado
de los demás, porque cuando
una mujer tiene que ocupar muchas
horas en esto, son horas que quita al
cuidado de sí misma”, declara. En este
sentido, Cuadrado sostiene que la
mayoría de los casos de depresiones
en mujeres están asociados al cuidado
de personas dependientes. A su
juicio, “los juguetes, la vestimenta,
las expectativas que se tienen de nosotras,
muchas veces nos empujan
hacia el ámbito privado. Aunque esta
educación a menudo sea inconsciente,
el caso es que aprendemos modelos
de conducta insanos”. Por el contrario,
los hombres no tienen asignado
ese papel y por eso, “cuando una
mujer no cuida es una mala persona;
cuando un hombre no cuida no pasa
nada”, subraya Covas. Sin embargo,
añade la psicóloga, “un varón es una
buena persona cuando cuida, mientras
que cuando lo hace una mujer,
es lo que le corresponde”.

La Encuesta Nacional de Salud
muestra también que cuando se convive
con personas de 74 años o más,
el 58,5% de las mujeres dedican 68
horas a sus cuidados y el 32,4% de
los hombres 66 horas. Estos porcentajes
son resultado del reparto sexista
de roles, pues “a las mujeres se nos
ha dicho que nuestra vida privada es
la vida doméstica, es decir, el cuidado
de los demás”, declara Covas, y
critica que la sociedad estime que un
buen hijo es aquel que busca los recursos
para que sus padres estén
bien cuidados, mientras que una
buena hija es la que deja su vida personal
para cuidar de sus padres.

La incorporación de las mujeres
al empleo no ha sido suficiente pa- ra cambiar los papeles tradicionales
y las trabajadoras continúan
asumiendo el trabajo del hogar, no
remunerado, cuando llegan a casa.
Además, están obligadas a encargarse
del cuidado de los hijos, pues
de lo contrario, no se las considera
buenas madres. La psicóloga recalca
que fuera del hogar, “papá está
trabajando por sus hijos, hijas, pareja
o lo que sea, pero cuando mamá
trabaja fuera de casa está en infracción,
y nada de lo que hace
cuenta como buena madre”. Cuadrado,
de la Federación de Mujeres
Jóvenes, lamenta que la sociedad
carezca de ejemplos de corresponsabilidad,
porque “aprendemos a
no pensar en nosotras mismas sino
en el otro”, y denuncia que la educación
sexista sigue vigente en las
jóvenes. Aunque el feminismo ha
logrado avances en la ruptura de
estereotipos, Covas asegura que es
la mujer quien todavía tiene que
transgredir la identidad de cuidadora.
“No tenemos derecho a ser
sujetas sino a ser objetas de satisfacción
de necesidades ajenas. Esto
enferma a las mujeres, a los hombres
y a quien sea”, señala.

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