"SANIDAD : ANÁLISIS CRÍTICO FRENTE AL ALARMISMO Y LA ""JUDICIALIZACIÓN"" DE LA ACTIVIDAD SANITARIA"
Una reflexión sobre las infecciones del hospital 12 de Octubre

Dado el tratamiento mediático alarmista que han
tenido las infecciones del hospital 12 de Octubre, y el
cruce de intereses políticos en el caso, el siguiente
artículo intenta aclarar y contextualizar el proceso.

29/05/08 · 0:00
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LA INFECCIÓN. El brote infeccioso detectado en la UCI del hospital 12 de Octubre
comenzó en febrero de 2006 y ha afectado a 252 pacientes / Olmo Calvo

El tratamiento que han dado
los medios de comunicación
en las últimas semanas
al tema de la infección
por Acinetobacter Baumannii
en la Unidad de Cuidados Intensivos
(UCI) del hospital madrileño12
de Octubre ha suscitado alarma social
y despertado desconfianza hacia
la sanidad pública, de la que
forma parte el hospital. Por su parte,
las reacciones tanto de la Consejería
de Sanidad de Madrid del
PP y del Gobierno central tampoco
han contribuido a asegurar la tranquilidad
y la confianza social, por
lo que parece necesario dar una información
veraz y no partidista
que clarifique la situación.

Para empezar, la presencia del
Acinetobacter Baumannii es frecuente
en las infecciones contagiadas
en todos los centros sanitarios.
Afecta sobre todo a enfermos graves
con déficit inmunitario, que son
los que están en las UCI, en los que
se incrementa el riesgo de muerte.
En concreto, el brote del hospital
12 de Octubre de Madrid ha afectado
a más de 200 pacientes, muy por
encima de lo habitual. La duración
de 20 meses del brote es también
muy superior a la normal. Esto hace
sospechar que se haya podido
actuar de manera incorrecta, aunque
esto no pueda asegurarse.

Lo habitual en la red sanitaria
pública es que las Comisiones de
Infecciones y Mortalidad de los
hospitales abran una investigación
que analice los casos detectados, el
momento en que comenzó el brote,
la adecuación de las medidas adoptadas,
los riesgos para los enfermos
atendidos, las muertes atribuibles a
esta infección y si los responsables
del centro adoptaron las medidas
oportunas en el tiempo preciso para
controlar el brote. Todo esto se
debería recoger en un informe y
trasladarlo a la opinión pública, dada
la relevancia y la alarma que ha
tenido el caso. Hay que dejar claro
a los ciudadanos si estamos ante
un problema que se podría haber
evitado o ante un caso de excepcional
mala suerte.

Resulta llamativo que estos informes
no se hayan producido, lo
que hace dudar de la diligencia con
la que están actuando los responsables
del hospital y de la sanidad
madrileña. Tampoco parecen adecuadas
las declaraciones de la dirección
del centro y del consejero
de Sanidad quienes, en lugar de
anunciar la apertura de una investigación
seria que despeje las dudas
existentes, se dedican a eludir
unas responsabilidades que no sabemos
si existen.

La intervención de la fiscalía es
asimismo sorprendente, ya que sin
más información que la proporcionada
por los periódicos han abierto
diligencias, que pueden parecer,
cuando menos, precipitadas. Es necesario
evaluar científicamente los
hechos por la vía normal de las comisiones
del centro y la inspección
sanitaria, para realizar valoraciones
fundamentadas y exigir responsabilidades,
si fuera el caso.

Finalmente hay que evitar el desprestigio
injustificado de un centro
sanitario público con un alarmismo
injustificado y la ‘judicialización’ de
la actividad sanitaria, por los perjuicios
que esto puede suponer para
los profesionales, el sistema sanitario
y la salud de la ciudadanía.

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