Pequeños grandes cambios

Empezar el año con propósitos
sobre nuestra salud. Un
nuevo hábito de salud es un
metaproyecto, un proyecto
de proyectos, ya que sólo con buena
salud podremos acometer todos
nuestros demás propósitos. Instaurar
rutinas sanas. Fundar, conquistar
hábitos. Sin pretender cambiarlo
todo de golpe. Aún no está del todo
claro si algunos hábitos son sanos o
no, pero hay otros que la ciencia médica
ha validado hace tiempo y son
imprescindibles.

, Médico y miembro del colectivo Sumendi
24/01/08 · 0:00
Edición impresa

Empezar el año con propósitos
sobre nuestra salud. Un
nuevo hábito de salud es un
metaproyecto, un proyecto
de proyectos, ya que sólo con buena
salud podremos acometer todos
nuestros demás propósitos. Instaurar
rutinas sanas. Fundar, conquistar
hábitos. Sin pretender cambiarlo
todo de golpe. Aún no está del todo
claro si algunos hábitos son sanos o
no, pero hay otros que la ciencia médica
ha validado hace tiempo y son
imprescindibles.

Vayamos entonces al meollo.
Estos hábitos son lo que yo llamo
factores de amplio espectro y los he
descrito ampliamente en el libro La
sabiduría de Higea. El poder curativo
del cuerpo. No fumar ni respirar
habitualmente el humo de tabaco de
otros, no abusar del alcohol ni de
otras drogas, seguir unos hábitos alimentarios
saludables (dieta mediterránea,
ovolactovegetariana o similares).
Tener un peso prudente.
Hacer ejercicio físico regular y moderado.
Puede servir dar un paseo
vigoroso de al menos media hora
cuatro o cinco días a la semana.
Descansar bien pero sólo lo suficiente.
Echar una minisiesta o cabezadita
después de la comida. Evitar el estrés
crónico. El estrés es inherente a
la vida ya que ésta es una sucesión
ininterrumpida de cambios. Pero
hay un ritmo de vida que nos va desgastando.
Cuando nos desvivimos.

Y esto es clave controlarlo, ya que si
no lo hacemos puede descentrarnos
y dar al traste con nuestros buenos
propósitos. Nos mete en círculos viciosos.
Así que mejor calidad que
cantidad de actividades. Debemos
ser más selectivos en las tareas o aficiones
que decidimos hacer.
Hay otro factor que puede dar al
traste con todos los anteriores y es la
falta de motivaciones o ilusiones.
Cada cual debería tener algún proyecto
vital, afición o vocación que le
apasione o encandile. Es un motor y
habrá que dedicarle un buen pedazo
de nuestro tiempo. Y por supuesto,
una de estas aficiones puede ser la de
tener amigos o alguna persona especial
con la que podamos compartir
nuestras ilusiones o preocupaciones.
Cada persona verá qué aspectos
de su salud están más descuidados.

Hagamos un plan para ver cuáles necesitamos
mejorar. Y empecemos
desde ya. ¿Cuándo diré adiós al tabaco?
¿Estoy robando horas al sueño?
¿Qué desayunaré cada día? ¿Qué
ejercicio físico haré durante la semana?
¿Pretendo hacer demasiadas cosas?
¿Respiro mucho humo en los bares?
¿Me estoy aislando? Hagamos
un buen plan y seamos persistentes.
En materia de salud el hábito sí que
hace al monje. Sin hábitos no hay salud.
Y sin propósitos firmes no hay
hábitos mejores. De modo que, ¿por
dónde empezamos?

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

separador

Tienda El Salto