MEDICINA / EL FÁRMACO RECETADO EN RELACIÓN CON LA MENOPAUSIA PUEDE CONDUCIR AL SUICIDIO
Nueva sentencia del caso Agreal

El pasado 10 de abril un juzgado de
Barcelona dictó la segunda sentencia
en el Estado español del caso Agreal,
un medicamento muy recetado desde
1983 para tratar algunos síntomas de
la menopausia que no fue retirado del
mercado hasta el año 2005. De nuevo
se reconoce que el fármaco es un producto
defectuoso porque el prospecto
carece de información: se omiten
efectos adversos, interacciones y
contraindicaciones.

26/04/07 · 0:05
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La sentencia también recoge que
Agreal puede provocar graves efectos
secundarios como trastornos
extrapiramidales (daños en los
centros de control del movimiento)
o depresión (tristeza, insomnio,
irritabilidad y otras alteraciones del
ánimo). Asimismo es llamativo que
la jueza del caso aprecia en esta segunda
sentencia que el preparado
de los laboratorios Sanofi Aventis,
causa “síndrome de retirada”, que
aunque el documento judicial
expresa que “no cabe asimilar al
síndrome de abstinencia” es un síndrome
de hiperactividad que ocurre
como producto de la retirada
de un fármaco hipnótico-sedante a
un individuo dependiente física y/o
psicológicamente del mismo, luego
de haberlo utilizado durante mucho
tiempo. En la primera sentencia,
de septiembre de 2006, sí se
apreció que provocaba síndrome
de abstinencia.

En el primer juicio, con 18 personas
demandantes, sólo se reconoció
la relación causa-efecto
del fármaco con los padecimientos
de las mujeres a tres de ellas,
que, a juicio de su defensa, percibieron
indemnizaciones bajas:
menos de 7.000 euros. En este segundo
juicio, cuya sentencia tiene
fecha de 10 de abril de 2007,
se presentaban seis denunciantes
y en tres casos ha sido condenada
la compañía farmacéutica.
Ésta deberá indemnizar con
58.400, casi 51.000 y 6.000 euros
a cada una de las tres.

Un reconocimiento tardío

La Agencia Española de Medicamentos
y Productos Sanitarios reconoció
que el balance beneficioriesgo
de Agreal era “desfavorable”
en 2005, 22 años después de
su aprobación. En la actualidad,
existen unas 4.000 demandas pendientes
en los juzgados. Los daños
producidos en estas mujeres son
desgarradores. Muchas de las
afectadas han afirmado que la mayoría
han sentido en algún momento,
durante el período de su
consumo, ganas de suicidarse y algunas
lo han llevado a cabo. En la
primera sentencia publicada, en el
razonamiento de la indemnización
para unas hermanas que perdieron
a su madre porque se suicidó
tras serle imposible dejar de
consumir el producto “queda reflejado
que el medicamento fue la
causa”, comenta el abogado de dichas
víctimas, Fernando Osuna.
Otras afectadas narran cómo han
debido hacer lo posible por teléfono
para evitar que algunas compañera
llevara a cabo estas ideas
(ver recuadro).

La nueva sentencia significa un
avance en el reconocimiento del
daño producido a las víctimas: la
sentencia se ha dictado con inusitada
rapidez, las indemnizaciones
son mayores que en el primer caso,
y tres de las seis mujeres demandantes
han visto cómo se
fallaba a su favor. El principal motivo
por el que la jueza no cree probada
la relación causa efecto del
medicamento en todas las mujeres
es que Agreal puede causar depresión,
pero se ha considerado
que tres de las denunciantes ya tenían
procesos depresivos antes de
tomar el fármaco.

Las víctimas pueden ser incluso
más de 4.000 en el Estado español,
dado que ha habido mujeres
que consumían el producto que
no han denunciado por haberse
llevado las demandas por la vía
civil y no por la criminal. Creen
que no sólo es responsable el laboratorio
sino que deben depurarse
las responsabilidades de los
cargos de la Administración central
que pudieran haber cometido
alguna irregularidad.

El laboratorio disuade

Lo cierto es que la Ley del Medicamento
dice que la Agencia
Española de Medicamentos y
Productos Sanitarios, máxima autoridad
en este caso, estudia la
prohibición o no de un fármaco
con los datos que sobre el mismo
le envía su fabricante. Éste, desde
que comenzó el escándalo, ha llevado
a cabo una labor disuasoria
con respecto a las acciones legales
que pudieran emprender otras
afectadas. En abril de 2006 el director
médico de Sanofi Aventis,
José María Taboada Mosquera,
mandó una carta a Teresa Pagés,
directora general de Farmacia y
Productos Sanitarios en la que se
ofrecía al Ministerio de Sanidad
para colaborar con cualquier iniciativa
que pueda “dar respuesta
a los requerimientos de información
y atención a mujeres que han
sido tratadas con dicho producto”.
Pero no a todas. Cuando Ángela,
una afectada de Cataluña, se
puso en contacto con el laboratorio
para que le dieran explicaciones,
al comprobar éste que ella
era una de las denunciantes decidió
mirar para otro lado.

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