CIRUGÍA ESTÉTICA // EL ESTADO ESPAÑOL SE SITÚA COMO EL PRIMER PAÍS EN ESTE TIPO DE INTERVENCIONES
El negocio de la insatisfacción

La Internacional Society of
A esthetic Plastic Surgery
 (ISAPS), la organización de
 cirujanos plásticos y estéticos
más importante del mundo ha
publicado en su página web una guí a
de ayuda para poder practicar de forma
 segura y globalizada el turismo
 de cirugía plástica. En el mundo se
 ofrece ya de forma organizada en
bienes y servicios, la posibilidad de
 cambiar el cuerpo con fines estéticos.

06/07/09 · 1:08
Edición impresa
FOTOS: David Roig

La Internacional Society of
A esthetic Plastic Surgery
 (ISAPS), la organización de
 cirujanos plásticos y estéticos
más importante del mundo ha
publicado en su página web una guí a
de ayuda para poder practicar de forma
 segura y globalizada el turismo
 de cirugía plástica. En el mundo se
 ofrece ya de forma organizada en
bienes y servicios, la posibilidad de
 cambiar el cuerpo con fines estéticos.

Ante esto, la pregunta es siempre
 la misma: ¿dónde están los límites
 del “sentirse bien” ante uno mismo?
Es aquí donde la estética se encuentra
 con la ética. Los límites para
los casos extremos están claros; de
hecho, la cirugía estética no está reconocida
 académicamente, sino como
sólo una práctica de la especialidad
 de cirugía plástica y reparadora.

Mientras que la cirugía plástica del
griego plastikos, (modelar, dar forma)
 surgió con un afán milenario de
 corregir defectos funcionales, la estética
 se sitúa en el espacio ambiguo
de los deseos de belleza difusos en la
sociedad mediática, que divulga
unos patrones físicos que tienen que
ver poco con la naturaleza de los
 cuerpos. Y ahí surge la paradoja: de
ser una práctica médica dedicada a intentar corregir los desastres sobre
 los cuerpos humanos de las guerras
o los accidentes, ha encontrado su
mayor éxito en la práctica estética.

Éxito si tenemos en consideración
 cómo se mide éste en las sociedades
capitalistas: conseguir que algo
sea un producto de consumo masiv o
que genera ingresos millonarios
a las empresas y colectivos que controlan
 una determinada tecnología.
Y como en toda producción capitalista
y globalizada que se precie, es
imposible saber cuánto dinero se
 maneja en este negocio, ya que todo
está en manos de la medicina
privada, en la que es fácil maquillar
resultados, gastos e ingresos.

El deseo de intervenir sobre el
 cuerpo pasando por un quirófano está
 marcado por la localización geográfica
y espacial. Se puede hacer un
 mapa de los deseos individuales ‘localizados’:
 las mujeres españolas so n
las que más se operan de Europa, y
 lo hacen sobre todo para aumentar
 el volumen del pecho (50.000 mamoplastias
 de aumento en el año 2008).

En Estados Unidos causa furor el Botox,
 en Argentina las operaciones
 más demandadas son los liftings y
 en Japón la intervención de los párpados,
 que ahora muchas personas
 consideran un signo de orientalización
 inaceptable. Sin embargo, en
 otros países, las intervenciones son
 más bien ‘reductoras’: en Brasil o República
 Dominicana las liposucciones
 y las reducciones del pecho son
 las operaciones más practicadas.

Tal vez deberíamos preguntarnos
 qué liberación es ésta que permite
exhibir el cuerpo de forma mucho
 más libre que en épocas pasadas,
siempre y cuando ese cuerpo se parezca
a los estándares mediáticos.

En este universo, los cuerpos reales
 son intolerables. Ahora no basta vestirlos,
adornarlos... hay que cortarlo s
y ajustarlos como si de trajes a medida
 se tratara, empujados por una industria
que promete no sólo la belleza
sino la felicidad. Mientras tanto,
 personas dismorfóbicas van llenando
 los foros preguntándose qué pueden
hacer con una imagen intolerable
 de sí mismos.

 

Tags relacionados: Número 105
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto