Las drogas más dañinas

Uno de los principios fundamentales
de la lucha antidroga
mantiene que alguna
sustancias deben permanecer
prohibidas por los riesgos y problemas
que conllevan tanto para los individuos
como para la sociedad.
Esta
supuesta peligrosidad es la que justifica
todo un aparato ideológico, médico,
político y policial que destina ingentes
recursos económicos y humanos a proteger
a la sociedad de los efectos nocivos
de determinados psicoactivos.

30/11/10 · 6:09
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Uno de los principios fundamentales
de la lucha antidroga
mantiene que alguna
sustancias deben permanecer
prohibidas por los riesgos y problemas
que conllevan tanto para los individuos
como para la sociedad.
Esta
supuesta peligrosidad es la que justifica
todo un aparato ideológico, médico,
político y policial que destina ingentes
recursos económicos y humanos a proteger
a la sociedad de los efectos nocivos
de determinados psicoactivos.

La práctica ha demostrado la ineficacia
de esta estrategia para conseguir un
mundo libre de drogas. Adquirir cocaína
o éxtasis a las cuatro de la mañana
es mucho más sencillo que comprar
un antibiótico. Pero, además, la idea
de que las drogas ilegales lo son por
ser peligrosas es un argumento que
precisa de demostración.

The Lancet es una de las tres revistas
científicas más prestigiosas del
mundo. Esta publicación presentó a
principios de noviembre un estudio en
el que se pretendía medir de forma
objetiva los riesgos asociados a cada
una de las drogas legales e ilegales
.
Los autores elaboraron una serie de
escalas para medir los daños físicos,
psicológicos y sociales asociados al
consumo de drogas, abarcando un
amplio espectro: mortalidad específica
y asociada, daños cerebrales, dependencia,
pérdidas económicas, problemas
familiares, riesgos para la salud,
etc. Posteriormente pidieron a los
miembros del Comité Científico Independiente
sobre Drogas que evaluaran
20 drogas distintas en estas escalas.

El alcohol, la heroína y el crack son,
según este estudio, las tres drogas que
puntuaron más alto en las distintas
escalas de daños. Su potencial para
producir problemas (tanto individuales
como sociales) resulta desproporcionadamente
elevado con respecto a otras
como el cannabis, el GHB o el LSD.

Los mismos autores publicaron en
2007 un estudio parecido, en el que
un grupo de psiquiatras expertos en
drogas, al utilizar escalas objetivas
sobre daño, señalaban como más peligrosas
la cocaína o el tabaco que los
hongos alucinógenos o el éxtasis.

Los sistemas de fiscalización internacional
de drogas sitúan en la categoría
más restrictiva a drogas tan diferentes
como la heroína, el cannabis o el LSD,
mientras que establecen menos trabas
para sustancias menos seguras como
las benzodiacepinas (Valium, Tranxilium,
Orfidal...) o los barbitúricos.
El
acceso a drogas más sencillo es para
los carcinógenos, neurotóxicos y hepatotóxicos,
como el alcohol o el tabaco.

Como tantas cosas en ciencia, las
conclusiones de este tipo de estudios
son discutibles e interpretables.
Pero el objetivo de estas investigaciones
no es elaborar un ránking de
peligrosidad, sino mostrar que las
clasificaciones internacionales que
someten las drogas a fiscalización no
están basadas en criterios objetivos
de peligrosidad real, sino en criterios
de tipo moral.

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comentarios

1

  • |
    anónima
    |
    29/12/2010 - 4:27pm
    <p class="spip">Un poquito más de información que aporta un punto de vista que creo que no se ha tratado lo suficiente en este tema de las drogas.</p> <p class="spip">100% recomendable para hedonistas radicales y felicistas varios.</p> <p class="spip">“Borracheras No: Pasado, presente y futuro del rechazo a la alcoholización”, de Felix Rodrigo Mora.</p>
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