SALUD
Cómo nos convierten en pacientes

El consumismo ha entrado
de lleno en la Medicina.
Hay gente que se dedica a
convertirnos en enfermos.
Desde hace décadas el complejo médico-
industrial medicaliza nuestras
vidas a pasos agigantados. Una potente
maquinaria se encarga de fabricar
o diseñar nuevas ‘enfermedades’.
Poco importa si estos problemas
son patologías reales o no, lo
que realmente importa es abrir nuevos
mercados. El pretexto, nuestro
bienestar físico y emocional, la tan
cacareada ‘calidad de vida’. Recordemos

, Médico y miembro del colectivo Sumendi
15/05/06 · 16:31
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El consumismo ha entrado
de lleno en la Medicina.
Hay gente que se dedica a
convertirnos en enfermos.
Desde hace décadas el complejo médico-
industrial medicaliza nuestras
vidas a pasos agigantados. Una potente
maquinaria se encarga de fabricar
o diseñar nuevas ‘enfermedades’.
Poco importa si estos problemas
son patologías reales o no, lo
que realmente importa es abrir nuevos
mercados. El pretexto, nuestro
bienestar físico y emocional, la tan
cacareada ‘calidad de vida’. Recordemos
que el concepto de medicalizar
la vida consiste en convertir en
patología algo que no lo es; y también
en convertir un problema personal,
social o político en uno clínico.

El sector de la salud está en auge
gracias a que nos genera sin cesar
falsas necesidades. En estos chanchullos,
que en inglés se han dado
en llamar disease mongering (tráfico
de enfermedades) intervienen varios
agentes: algunas empresas y
multinacionales deciden abrir un
nuevo mercado; buscan especialistas
(mercenarios científicos) que
avalan sus tesis y redactan literatura
‘científica’ (sin presentar estudios rigurosos).
Para rematar orquestan
astutas campañas en los medios, no
siempre como publicidad explícita
sino colando reportajes para ‘crear
conciencia’ entre la sociedad.

Se venden como enfermedades
procesos normales (menopausia,
envejecimiento); se venden problemas
personales como la timidez, como
fobia social, tristezas y crisis
existenciales como depresiones, se
venden los riesgos como enfermedades
(colesterol algo alto como enfermedad
cardiovascular); se venden
los síntomas ocasionales como
indicios de supuestas patologías
(gatillazos eventuales como señales
de una supuesta andropausia); se
venden síntomas leves como indicios
de enfermedades graves (dolores
y gases intestinales como síndrome
del colon irritable).

Y los prejuicios y miedos juegan a
su favor. No siempre hay detrás intereses
lucrativos; existen profesionales
y ciudadanos honrados que sin
embargo muestran una actitud perfeccionista
u obsesiva ante la salud y
crédula ante los supuestos remedios.

Se precisa un mínimo de alfabetización
sanitaria, porque detrás de
todo esto subsiste el mito de que la
salud se puede comprar y vender.
Aprendamos a gestionar los riesgos
y a poner límites al uso de bienes y
servicios. Actualmente Internet está
ayudando a acabar con el monopolio
de la Sanidad por parte de los profesionales.
Si la usamos con espíritu
crítico nos dará una visión más objetiva
de las enfermedades reales y de
las imaginarias.

Tags relacionados: Salud sexual y reproductiva
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