ASOCIACIONES PIDEN QUE SE RACIONALICE SU INSTALACIÓN
Antenas camufladas, información oculta

La Administración facilita
el despliegue de miles de
antenas camufladas sin
apenas información ni
control. Mientras, las
empresas controlan a los
medios con su ingente
inversión publicitaria.

03/05/09 · 18:17
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La UE consagra el principio de precaución
ante posibles peligros para
la salud “en caso de que los datos
científicos no permitan una determinación
completa del riesgo”. Sin
embargo, pese a que hasta ahora
no hay informes concluyentes sobre
las antenas, la Administración
local de quien depende en última
instancia esta cuestión tiene un posicionamiento
diferente.

Así, la Federación de Municipios
y Provincias ha constituido un gabinete
“para responder en el ámbito
local a la alarma social, tanto
desde el punto de vista de la ciencia
como desde la comunicación”
respecto a las antenas. Además,
insta a que en las ciudades, allí
donde no llegue la cobertura, se
instalen pequeñas antenas a pie de
calle (picoantenas) “simulando elementos
ornamentales”. Paradójicamente,
estas recomendaciones
se incluyen en su Código de
Buenas Prácticas.

“Las empresas cada vez requieren
más antenas para ofrecer servicios
como la televisión por el móvil”,
advierte Yolanda Barbazán,
de la Plataforma Estatal contra la
Contaminación Electromagnética.
En su ciudad, Madrid, “han puesto
las antenas donde les ha parecido
y el Ayuntamiento no ha intervenido
para nada”.

Camuflaje y nocturnidad

En todo el Estado español, cientos
de asociaciones piden que se racionalice
la instalación de antenas y
proponen que se prohíba su colocación
en los tejados de las viviendas
(como en Israel o la localidad
vasca de Portugalete). En Toledo
se acaba de acordar el traslado de
un repetidor a la Academia Militar,
pero son numerosos los casos que
acaban en los juzgados con sentencias
variadas.

Algunos vecinos han llegado a
denunciar que operarios sin distintivos
y de noche han puesto picoantenas
en fachadas de comercios.
Otras empresas ofrecen camuflajes
en forma de chimeneas o árboles.
El colectivo vallisoletano Avaate denuncia
además que muchas picoantenas
son clandestinas y piden
más controles. Sin embargo, en el
año 2007 el Ministerio de Industria
sólo realizó mediciones en 149 “emplazamientos
sensibles” de todo el
Estado. El problema es que pocos
parecen estar dispuestos a renunciar
al móvil o el wifi y si se reducen
las antenas, las que quedaran deberían
emitir con más potencia.

Frente a esto, los operadores
tienen una estrategia clara basada
en los maletines: ya están ofreciendo
18.000 euros anuales a las
comunidades de vecinos por poner
una antena. “Una miseria en
comparación con los beneficios
que dan”, apunta Barbazán. Así
debe ser, porque Telefónica, Vodafone
y Orange figuran entre las
diez empresas que más gastan en
publicidad, y en 2008 las dos primeras
fueron las únicas que aumentaron
su inversión a pesar de
la crisis, según los datos del sector
recién publicados por Infoadex.

Puede ser la explicación para que
en 2002 TVE se negara a emitir un
documental encargado por Documentos
TV en el que el consejero
delegado de Telefónica Móviles,
Javier Aguilera, se fue de la lengua:
reconoció como “indiscutible”
que el uso del móvil es un factor
de mortalidad incluso para los
que no lo usan. “Pero joder, el
mundo es como es”, concluía. El
documental, Contra corriente, se
puede ver en internet, en el enlace que aparece a continuación.

El último informe de la UE
_ A principios de abril,
el Parlamento europeo
aprobó un informe no
vinculante sobre las
consideraciones sanitarias
relacionadas
con los campos electromagnéticos.
El
texto reclama que las
antenas de telefonía
móvil o las redes eléctricas
de alta tensión
se instalen a una distancia
mínima de
escuelas, residencias
de ancianos o centros
de salud y que se
publiquen mapas con
los niveles de exposición
a estas ondas. El
informe pide también
que se revise el fundamento
científico y
los límites de exposición
a las ondas electromagnéticas
fijados
en 1999. Se «deplora»
asimismo que la
publicación de los
resultados de Interphone,
el mayor estudio
epidemiológico
internacional sobre la
relación entre el uso
del móvil y ciertos
tipos de cáncer se
lleve aplazando desde
2006. También pide
a los Estados que
reconozcan como una
discapacidad la hipersensibilidad
eléctrica.

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