SALUD SEXUAL / UNA PRÁCTICA ACEPTADA POR LAS FAMILIAS, PERO QUE NO RECOGE EL CORÁN
El 96% de las mujeres egipcias sufre algún tipo de mutilación genital

El pasado 6 de febrero, Día Internacional por la
Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital, se recordaba
que dos millones de niñas sufren cada año
la ablación del clítoris. En Egipto, según datos de la
Organización Mundial de la Salud, el 96% de las
mujeres sufren algún tipo de mutilación genital, sólo
un 1% menos que en 1996, cuando las autoridades
de este país se alarmaron ante semejantes cifras
y legislaron por primera vez al respecto. Diez
años después, las medidas que se pusieron en marcha
entonces para luchar contra estas prácticas
apenas han conseguido reducirlas.

15/02/07 · 0:00
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Foto : Irene Cuesta

En 1996 la Demographic and Health
Surveys (DHS), encuesta de carácter
sociosanitario que la organización
independiente Macro Internacional
realiza en todo el mundo,
demostraba que el 97% de las mujeres
egipcias sufrían algún tipo de
mutilación genital. Esta cifra, sólo
superada por Guinea Ecuatorial, hacía
saltar las alarmas sobre una
práctica aceptada en lo privado pero
que, por primera vez, alcanzaba el
ámbito de lo público.

De inmediato, las autoridades
egipcias tomaron medidas que se
materializaron en una serie de
programas públicos y privados
con objeto de concienciar a la población
y a las autoridades religiosas
del peligro que supone esta
práctica para la mujer. Al mismo
tiempo, y por primera vez, se legisló
al respecto prohibiendo cualquier
tipo de mutilación genital.
Sin embargo, en 2005 una nueva
edición de la DHS situaba la cifra
de mujeres que habían sufrido algún
tipo de mutilación genital en
un 96%, el 98% en las zonas rurales
y el 92% en las ciudades. De
acuerdo con la encargada de relaciones
internacionales del Centro
Egipcio para los Derechos de la
Mujer (ECWR), Rebecca Chiald,
“esta encuesta confirma que los
programas del Gobierno no son
realmente efectivos, ya que tienen
por único objetivo mostrar a occidente
que las autoridades egipcias
hacen algo para atajar estas cifras”.
La Organización Mundial de
la Salud (OMS) hizo público un informe
global en 2006 que mantiene
que el 96% de mujeres egipcias
sufre mutilación genital.

La mutilación genital femenina
(MGF) es una práctica milenaria
en Egipto que se remonta a tiempos
preislámicos e incluso precristianos.
Por este motivo, desde
ECWR resaltan “su carácter no religioso,
pues es algo que no aparece
en el Corán. Bien al contrario, el
Islam exige la inviolabilidad del
cuerpo. Por lo tanto, este comportamiento
depende de la moral, no
de la religión”. No obstante, en la
actualidad, las palabras de las
autoridades religiosas tienen una
importancia capital para su erradicación.
En este sentido, en los últimos
años se empieza a notar una
leve reducción de estas prácticas
en la comunidad cristiana, gracias
a que, según Chiald, “el Papa ortodoxo
ha sido claro condenando la
MGF, y entre los cristianos se sigue
todo lo que dice la autoridad
religiosa”. Sin embargo, señala,
“en la comunidad musulmana [el
85% de la población del país] es
mucho más difícil, pues la mayor
parte de la gente no sigue los dictámenes
de las autoridades religiosas
musulmanas”.

Las organizaciones de mujeres
en el país norteafricano centran sus
esfuerzos en convencer a las propias
familias, ya que se trata de una
práctica totalmente aceptada por la
sociedad. Sin embargo, el trabajo
resulta muy difícil por la propia idiosincrasia
egipcia. “En el África subsahariana
resulta más fácil llegar al
jefe de la comunidad y convencerle
de que es algo perjudicial para el futuro
del propio pueblo, pero en
Egipto no existe la figura del dirigente,
sino que hay que ir familia
por familia”, señalan desde ECWR.
Se trata de un problema de educación
social fundamentalmente, ya
que la explicación para la fuerte
aceptación de la MGF hay que buscarla
en creencias fuertemente
asentadas en el imaginario colectivo
egipcio. “El argumento principal
es que es una forma de controlar el
deseo sexual de la mujer”, afirma
Chiald, “pero también hay causas
mucho más mundanas, como la
creencia de que estirpar el clítoris
hace más confortable la vida en un
clima tan caluroso como el egipcio”.

Segun la OMS, la MGF deja secuelas
físicas y psicológicas de por
vida en la mujer. Según el máximo
organismo de salud mundial, es
habitual que se produzcan hemorragias
que llegan a provocar la
muerte de la niña. Posteriormente,
surgen problemas en la vagina y en
el aparato urinario, así como un
riesgo mayor de aborto y muerte
durante el parto. Si bien, la mayor
parte de las veces las peores secuelas
son las psicológicas. Según Yasmine,
psicóloga en un hospital público
de El Cairo, “todas mis pacientes
tienen graves dificultades a
la hora de mantener relaciones sexuales,
porque para ellas supone
un auténtico trauma”. En muchos
casos, rechazan tener relaciones
con su esposo. “He llegado a tener
pacientes que se han negado a
practicar sexo durante más de siete
años”, concluye Yasmine.

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