Diez notas atípicas sobre el brote de ébola, sus raíces y sus consecuencias políticas.
1. En medicina no existe el "riesgo cero". Esto es una condición fundamental para poder comunicar temas de salud pública, pero especialmente para gestionar sistemas sanitarios en un momento de crisis.
2. En el caso de España y la repatriación de los dos hombres infectados, en su momento no estaba desaconsejada (sino más bien todo lo contrario) por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial de la Salud. Muchos podemos pensar que abordar la crisis desde la dedicación de recursos para el fortalecimiento de los sistemas locales de los países originariamente afectados (montar/dotar en Liberia centros de tratamiento, por ejemplo) era lo óptimo, sin embargo de ahí al "que el misionero que muera lejos" (estilo Manuel Vicent en El País) hay algo más de un paso.
3. Parece que hemos querido jugar en la liga de los países avanzados (ateniéndonos a sus recomendaciones de repatriación, por ejemplo) con un sistema sanitario no dotado para ello en ciertas situaciones (inexplicable que Médicos Sin Fronteras pueda estar años trabajando en zonas de brote de ébola sin tener ningún sanitario infectado y que aquí en el segundo caso ya lo tengamos).
4. Tendrá que haber dimisiones, pero (contrariamente a lo que creo que es opinión mayoritaria) no tengo claro que Ana Mato deba dimitir hoy. Mato no pinta nada y no debe pintar nada, tampoco en lo relativo a llevarse la atención a raíz de una dimisión. La emergencia de salud pública internacional ya afecta a España y el baile de ministros (y carguitos compañeros) no creo que toque ahora. Ana Mato debe dejar claro que se va a ir, pero que ahora va a dejar trabajar (y liderar) a la gente que no va a tomar decisiones en función de las fotos que necesite para ganar elecciones.
5. Repetimos hasta la saciedad que "España tiene un sistema sanitario para tratar pacientes agudos no crónicos", pero vamos a volver a ver que ni siquiera eso. Pocas cosas hay más agudas que una enfermedad infecciosa como el ébola y el pánico que trae consigo... A ver qué tal se da.
6. El caso autóctono de ébola en España es una mujer y es auxiliar de enfermería. Ya lo comentamos aquí a raíz de un artículo en Diagonal, el ébola en África tiene una distribución de género brutal... Similar a la que tiene la distribución de los cuidados en nuestro sistema sanitario.
7. Si antes decíamos que el riesgo cero no existe, hay otra cosa fundamental que hay que saber: "La gente" no cumple los protocolos y eso no es solo culpa de "la gente". Un protocolo tiene que ser coherente con las exigencias del reto que se plantea y tiene que conseguirse que la gente lo siga. Habitualmente los protocolos en materia de control de infecciones no fallan por problemas en la identificación de la fuente o vía de contagio (como he podido leer que insinuaban en algún texto del HuffPost, creo), sino porque la adherencia de los profesionales suele ser baja (en gran parte porque no tienen los conocimientos, los medios o la adecuación de las infraestructuras para ello).
8. El control a posteriori de los contactos con los pacientes infectados ha fallado. Al parecer se mandó de vacaciones a una persona con fiebre y que había tenido contacto con uno de los fallecidos. Identificar a quien tomó esa decisión es sencillo... Tan sencillo como simplista, porque habrá que ver en qué contexto (de presiones, protocolos y recomendaciones "informales") se tomó esa decisión.
9. El daño que las decisiones de Ana Mato y su ministerio han hecho a la salud de la población española (presente y futura) es mayor de lo que el ébola dañará (esperemos). No dejemos que se refugie detrás de un desastre puntual lo que lleva años sembrando (RD16/2012,destrucción de políticas de igualdad, desaparición de sanidad en los temas de aborto, disminución desde el gobierno central de la cuantía de las transferencias sanitarias,...).
Y 10. No disparemos al pianista. En sanidad las decisiones micro se toman en una consulta con información parcial y exigencia de actuación inmediata. Según siga el brote los sanitarios que trabajan al pie de la población se verán sometidos a un escrutinio pormenorizado de sus decisiones y a un juicio a posteriori de las mismas. Exijamos a los responsables de las decisiones macro (con menor exigencia de inmediatez pero mayor repercusión de sus consecuencias) que faciliten el trabajo de los sanitarios, que rindan cuentas ante la población y que, una vez solucionada la papeleta, salgan por donde debieron salir hace mucho tiempo. Controlar un brote es el resultado de coordinar múltiples decisiones técnicas, una vez hecho eso, que dejen que sean otros los que sigan tomando las decisiones políticas.
Estas notas han sido publicadas originalmente en el blog de Médico Crítico.
comentarios
0