Parabenos: cosmética en el punto de mira

La autora analiza el impacto sobre la salud de los parabenes, compuestos químicos presentes en multitud de productos de uso diario.

, endocrinóloga y directora del programa Mujer, Salud y Calidad de Vida de CAPS
22/03/14 · 8:00

Los parabenes o parabenos son compuestos químicos que durante años se han usado ampliamente como conservantes en comidas preparadas, en productos cosméticos como cremas hidratantes para evitar que éstas se licuen, en líquidos para los ojos y párpados, y también en algunas preparaciones farmacéuticas como antibióticos y vitaminas.

Es obligatorio que todos los productos cosméticos contengan su composición detallada en los envases, pero muchas veces se precisa una lupa para leer las etiquetas. A la hora de buscar parabenes en la etiqueta hay que buscar el sufijo “paraben” al final de la palabra: Metilparaben, etilparaben, propilparaben y butilparaben, que los más frecuentes. Hemos podido comprobar, en algunas cremas de manos, la presencia de hasta siete parabenes acompañando al aloe vera o a lo que sea.

En ensayos realizados in vitro en laboratorio en 1998 se comprobó que el metil, etil, propil y butil parabenes eran compuestos que tenían propiedades estrogénicas. Posteriormente, el grupo de la farmacóloga del Reino Unido Philippa Darbre realizó estudios en animales de experimentación y estudios in vitro. En 2002 su grupo publicó que los parabenes puestos en contacto con células mamarias con cáncer en placas in vitro aumentaban su proliferación estimulando específicamente los receptores estrogénicos de las células mamarias cancerosas.

Este equipo científico demostró en 2004 que los parabenes se acumulan intactos a largo plazo en el cuerpo aunque la dosis usada haya sido baja, y los encontró en muestras de veinte tumores de mama, y en los ganglios linfáticos auxilares que conectaban con los tumores de la mama. El revuelo que esta noticia provocó al llegar a la información pública fue muy grande dado que la mayoría de productos cosméticos contenían parabenes en aquella época. Incluso se creó un grupo de trabajo en la Comisión Europea, para decidir si se debían prohibir, que emitió un informe en 2005, en el que argumentaba que no podía llegar a resultados por falta de datos concluyentes ya que no era ético hacer ensayos clínicos en seres humanos. La Comisión recomendó que la Unión Europea no autorizara aumentar los niveles de parabenes en nuevos productos como cremas y champús, pero no su prohibición.

La industria contraataca

En 2008, la revista International Journal Toxicology publicó un informe sobre la seguridad de los parabenes en los cosméticos, abogando por su inocuidad en relación al cáncer de mama. Dicho informe no mencionaba sus autores (caso insólito en la literatura científica) ni declaraba conflicto de intereses alguno, aunque ha quedado claro que fue promovido por la misma industria cosmética. El texto basa sus conclusiones de seguridad para los seres humanos en estudios que sólo se había realizado en animales. Sin embargo, sus conclusiones se contradicen con las investigaciones de la Dra. Philipa Darbre, que en ese mismo año publicó una revisión de las investigaciones realizadas en seres humanos en la que se demuestra la absorción sistémica de los ésteres de parabenes a través de la piel intacta, tanto en mujeres como en hombres.

Cada vez hay más estudios que demuestran, tanto en humanos como en animales de experimentación, que los parabenes pueden imitar en el cuerpo el efecto de los estrógenos, presentando una actividad antagónica de los andrógenos (hormona masculina) con efecto inhibidor de la acción de la testosterona y poseen actividad tóxica para los genes. La profesora Darbre advierte que los efectos estrogénicos de los parabenes se suman al efecto de otros estrógenos ambientales, como los bisfenoles A y los estrógenos que pueden llegar al cuerpo humano a través de la dieta, vía insecticidas que también imitan en el cuerpo el efecto de éstos.

La doctora Philippa Darbre y su equipo proponen que, dada la evidencia actual y la controversia dada la continuación de su uso y ya que está extendido en la mayoría de cosméticos, se impulse una investigación decidida desde salud pública, y los cosméticos puedan ser estudiados antes de su comercialización para testar su efecto potencial sobre el incremento del cáncer de mama.

La industria cosmética, en especial la que tiene su origen en el Reino Unido, ha realizado ya cambios, mucho antes de que lleguen nuevas recomendaciones por parte de salud pública. Actualmente, que sepamos, no se ha vuelto a reunir ninguna nueva comisión en Europa desde el 2005 para estudiar las nuevas evidencias sobre los parabenes. Sin embargo, la misma industria, ha cambiado la formulación de algunos productos, retirando los parabenes, y los ha lanzado al mercado con el adjetivo “Nuevo” delante del nombre comercial.

Recomendaciones de autoprotección

Es muy recomendable que todas las personas que consuman cosméticos aprendan a leer las etiquetas y conozcan los productos que están consumiendo, sabiendo que la piel amplifica el efecto hormonal de muchas sustancias. Y, dado el nivel de información que ya tenemos, es muy importante que las mujeres que tengan parientes consanguíneos cercanos (madre, tías, abuelas) que hayan padecido cáncer de mama no usen productos con parabenes a lo largo de su vida.

El artículo original ha sido publicado por la revista Mujeres y Salud MyS [34-35], editado por el Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS): www.mys.matriz.net

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