La Asociación de donantes de Sangre de La Rioja (Adonar) se planta y no firmará el convenio anual con la Consejería de Salud.
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Adonar lleva cuatro décadas dedicada, según recogen sus estatutos, a abastecer de manera altruista las necesidades de sangre en los Centros Hospitalarios de La Rioja, poniendo como condición indispensable que se garantice la absoluta gratuidad para el receptor. Además, cuenta con 40.000 asociados en una comunidad con 323.000 habitantes. En 2003 se convirtió en la primera asociación que recibía la medalla de oro de la Comunidad por su labor y en el 2005 consiguieron situar a su comunidad tercera en el ranking estatal de donaciones por cada mil habitantes.
Desde la conversión del sistema de salud regional en una fundación (RiojaSalud), las cosas han empezado a torcerse. Hasta entonces “se nos facilitaban los datos de uso y destino y cantidad de la sangre mes a mes”, señala a DIAGONAL José Antonio Álvarez de Eulate, presidente de Adonar. “ Desde que se hizo cargo la fundación RiojaSalud, se deja de pasar información. Cada vez que se piden los datos, se niegan. Se pone mala cara y se acusa de desconfianza”, añade el presidente de la asociación.
En 2005 se les retiró del servicio de extracción móvil y se les asignó exclusivamente una labor de sensibilización. “Progresivamente hemos visto pasar nuestro convenio de colaboración de ocho a 22 páginas, nos van poniendo cláusulas cada vez más restrictivas para hacernos desaparecer”, declara a DIAGONAL Álvarez de Eulate al explicar cómo cada nuevo convenio resultaba peor que el anterior. Así, el firmado el año pasado no incluyó, por error según la propia Consejería, el epígrafe que recogía hasta entonces la voluntad y el compromiso del Gobierno regional de facilitar los datos de utilización y distribución de la sangre donada. Adonar firmó el convenio a regañadientes, “por motivos de necesidad y urgencia”. En junio de este año la Consejería presentó el nuevo convenio para 2014 y volvió a “olvidar” incluir ese epígrafe.
La consejería da marcha atrás
A este convenio presentado en junio se le podría acusar, cuando menos, de exceso de celo, dado el interés mostrado por el gobierno regional en controlar las actividades públicas de esta asociación. Por ejemplo, exigía informar por escrito a la Consejería de cualquier actividad promocional con 20 días de antelación y esperar su visto bueno para poder llevarla a cabo. Además, dejaba fuera de las ayudas muchas de las actividades que realiza la asociación y, según denuncia Álvarez de Eulate, tenía una cláusula imposible de cumplir “Se nos pedía como requisito conseguir 200 nuevos donantes cada mes en el hospital regional San Pedro, al tiempo que impiden que llevemos a cabo iniciativas propias en pro de la donación”.
La denuncia pública de este convenio y el apoyo de la Federación Nacional de Donantes de Sangre y de la plataforma regional en defensa de la sanidad debieron de hacer mella en el gobierno regional. El consejero de salud riojano, José Ignacio Nieto, acabó retirando el nuevo convenio y pide ahora renovar el de 2012 manteniendo, eso sí, el recorte presupuestario.
Adonar pide más transparencia
El 12 de diciembre una reunión de su junta directiva decidió por unanimidad no renovar tampoco el convenio de 2012. “Como hemos ido aceptando los sucesivos convenios, la situación se ha ido forzando hasta un límite en que nos hemos plantado”, declara el presidente de Adonar.
La partida presupuestaria se ha reducido a la mitad en los últimos años. Pero los 93.000 euros en que, con el pretexto de la crisis, se han quedado los 200.000 euros asignados en 2008, no son la razón que impulsa a los donantes a no firmar. Aceptan los recortes económicos pero no la falta de información: “Para que no haya problema de dudas pedimos transparencia. Se debe dar cuenta a las personas que generosamente donan de a dónde va la sangre. Nosotros no donamos a los políticos sino a los enfermos”.
En Adonar no quieren volver a cometer el mismo error que el año pasado, por eso confirman que van a seguir firmes en su decisión de no firmar nada que no incluya algún punto que garantice transparencia informativa en cuanto al uso de la sangre donada. “A nosotros nos da igual. No vivimos de esto. Quienes se juegan más son los donantes, los ciudadanos, no nosotros como asociación”, concluye Álvarez de Eulate.
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