El 2 de septiembre, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Espa­ñola de Pediatría (CAV-AEP) denunciaba el desconcierto que había provocado el desabastecimiento de la vacuna de la varicela en las farmacias de la mayoría de comunidades autónomas. Desde julio, el desabastecimiento de Varivax, una vacuna disponible en oficinas de farmacia y comer­cializada por Sanofi Pasteur MSD, en las comunidades en las que no está financiada, ya había sorprendido tanto a profesionales del ámbito sanitario como a familias, sin que se haya producido ningún tipo de explicación por parte de la Agencia Española de Medica­mentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Salvo en las comunidades de Madrid y Navarra, y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, donde se vacuna a los niños a los dos años de edad, el calendario de vacunación del resto de comunidades pauta la vacunación a partir de los 12 años, edad en la que el 90% de los niños ha pasado ya la varicela, con algún tipo de complicación al menos en un 15% de los casos, según informa el propio CAV-AEP.

Este desabastecimiento contrasta con las indicaciones de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que no sólo autoriza sino recomienda el uso de la vacuna en los países de la Unión Europea. La actuación de la AEMPS tiene como consecuencia la diferencia en el acceso a medicamentos aprobados por las autoridades sanitarias dentro del Sistema Nacional de Salud. Según la farmacéutica Sanofi, de forma privada y bajo prescripción médica se han vacunado alrededor de 180.000 niños al año. El precio de la vacuna Varivax alcanza los 70 euros.

En notas informales a diferentes comunidades autónomas, según recoge la CAV-AEP, se ha insinuado que ha habido un uso elevado de la vacuna y posibles cambios en los patrones epidemiológicos de la varicela (aumento de casos de herpes zóster y varicela en edad adulta). La ficha técnica, sin embargo, no ha sufrido ninguna modificación desde su última revisión en abril de este año.

Ésta no ha sido la única actuación controvertida de la AEMPS en lo que va de año. Las sociedades científicas han manifestado su disconformidad con la reciente medida de limitar al ámbito hospitalario la esperada vacuna contra la meningitis B, Bexsero, desarrollada por la farmacéutica suiza Novartis y aprobada por la EMA a principios de año. Esta decisión convierte el sistema sanitario público español en el único en el que se bloquea la libre comercialización de la primera vacuna frente a este tipo de meningitis. El laboratorio recuerda que la autorización de comercialización obtenida por Bexsero tiene “carácter comunitario”.

Por su parte, la Asociación Espa­ñola de Pediatría (AEP), la Asocia­ción Española de Vacunología (AEV) y la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) han manifestado su desacuerdo con dicha restricción para una “enfermedad poco frecuente, pero devastadora, que se acompaña de una letalidad uniforme del 10% y entre un 10% y un 30% de secuelas permanentes”, afirman.

Calendario cuestionado

El enfrentamiento de las sociedades científicas a las medidas acordadas por el Ministerio de Sanidad se había mostrado también a raíz de la aprobación del calendario vacunal único de mínimos. Con el comu­nicado Calen­dario vacunal único: no es esto, las sociedades científicas hicieron pública su oposición al calendario y la precipitación con la que se aprobó, sin ser consensuadas las modificaciones que presenta con los principales agentes involucrados en cuestión de vacunología.

Si bien comparten la necesidad de uniformizar los criterios de vacunación de las distintas autonomías, las sociedades científicas se desmarcan de las medidas acordadas por el ministerio, cuestionando la edad de algunas vacunas y también las restricciones: “Ninguna vacuna debiera ser de uso hospitalario”. En el mismo comunicado, los profesionales se manifiestan partidarios de la inclusión de la vacuna del neumococo en el calendario. El CAV-AEP mantiene la recomendación de introducir una de ellas, la conjugada heptavalente, a todos los niños sanos menores de dos años, ya incluida en los calendarios de vacunación pediátrica de la mayoría de países europeos. La Comunidad de Madrid, después de haberla introducido en 2006, la retiró del calendario de vacunación en 2012 siguiendo los planes de ahorro de gasto público. Galicia, única comunidad que mantenía la vacunación, dentro de un programa piloto implantado en 2011, se verá obligada a retirarla a finales de año tras la aprobación del calendario único.