reflexiones feministas sobre la maternidad
Criar sin mapas

Este grupo de madres critica las dicotomías en los modelos de crianza, cuestiona algunos presupuestos de la crianza con apego y lanza alguna propuesta inicial.

31/10/13 · 8:00
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Isa

Texto de Violeta Buckley, Laura Cortés, Beatriz Garde, Marta Monasterio y Beatriz Navarro. Grupo feminista de discusión en torno a la crianza
Imaginemos que vas a ser madre. O que lo estás pensando. Y eres feminista. Tu imaginario está poblado de distintos modelos de maternidad y probablemente no te reconozcas en ninguno. Así comienza tu búsqueda de referentes que te sirvan en ese camino hacia lo desconocido.

La idea de maternidad como esclavitud y encierro permanece en el inconsciente colectivo; no hay que olvidar que uno de los grandes logros del feminismo ha sido desvincular la sexualidad de la reproducción Primero buscas en los discursos feministas y encuentras que éste sigue siendo un tema controvertido. La idea de maternidad como esclavitud y encierro permanece en el inconsciente colectivo; no hay que olvidar que uno de los grandes logros del feminismo ha sido desvincular la sexualidad de la reproducción.

En la otra cara, ser madre se representa como la plenitud de la experiencia femenina. Además, la maternidad como práctica revuelve nuestros grupos feministas y activistas, tanto a las que parimos como a las que no. Los planes se dividen y lo que antes se compartía parece ahora más difícil. Unas esgrimen que las madres dejan de poner energías en el proyecto colectivo para ponerlas en el privado, las otras denuncian que los espacios políticos hiperproductivos de la militancia no son compatibles con la crianza.

Vuelves a abrir el mapa para orientarte, y te encuentras con los discursos sobre crianza. Hay fundamentalmente dos modelos: uno, el dominante, donde el bebé se ha de acoplar al ritmo adulto. Otro, el de crianza con apego, que surge como alternativa y busca respetar los tiempos que marcan las bebés. Ambos modelos cuentan con expertos que dicen a las madres y padres qué es lo que tienen que hacer y cómo, con la correspondiente culpabilización de quien no sigue estos consejos. Pronto descubrirás que las madres comienzan a estar en tela de juicio desde el embarazo. Tu barriga se convertirá en un espacio ‘público’ sobre el que todo el mundo podrá emitir opiniones o juicios, lo que continuará con la persona recién llegada.

Pronto descubrirás que las madres comienzan a estar en tela de juicio desde el embarazo. Tu barriga se convertirá en un espacio ‘público’ sobre el que todo el mundo podrá emitir opiniones o juicios En muchos casos la balanza se inclina hacia el modelo de crianza natural. De este paradigma hay muchas prácticas rescatables, dado que ponen el cuidado en el centro. Sin embargo, este modelo también coloca a la mujer como cuidadora exclusiva del bebé, lo que además ha de hacerla sentir plena y feliz. Por lo tanto, ¿cómo nosotras, mujeres feministas, hemos aceptado de forma tan acrítica un modelo de crianza que nos coloca en un lugar tan difícil? En el contexto actual de crisis económica, esta pregunta despierta nuevas sospechas: ¿no será también que interesa que las mujeres vuelvan al hogar?

Partiendo de este punto de vista y de nuestras experiencias, creemos que algunos aspectos de la crianza con apego son problemáticos. Frente a ellos, proponemos diversos ingredientes para la crianza y que cada cual haga su guiso. No queremos construir un nuevo paradigma. No existe una forma ‘correcta’ de criar, depende de las necesidades de cada situación, aunque es prácticamente imposible escapar de la contradicción.

Por un modelo sin mandatos

En primer lugar, el concepto de ‘natural’ resulta en sí mismo cuestionable, porque valora y justifica ciertas prácticas por una suerte de esencialismo. Lo supuestamente ‘natural’ se antepone a lo social en la escala de valores; pero las prácticas de la crianza con apego están tan socializadas como cualesquiera otras. Sobre estas prácticas (colecho, pecho a demanda, no vacunas, no escolarización temprana, etc.) existen debates intensos e incluso virulentos. Pero nos damos cuenta de que, si se asegura la vida digna de la criatura a partir del amor, el contacto y la escucha, ninguna de estas cuestiones es determinante para su felicidad y desarrollo. ¡Lige­reza frente al drama!

Cuando las necesidades del niño entran en conflicto con las de la persona cuidadora, ¿tiene sentido escuchar solo a una de las partes? En segundo lugar, pensamos que escuchar y atender las necesidades de la criatura en todo momento puede suponer una ruptura estimulante con el modelo de crianza tradicional, basada en la jerarquía entre la persona adulta y la pequeña. Pero, cuando las necesidades del niño entran en conflicto con las de la persona cuidadora, ¿tiene sentido escuchar sólo las de una de las partes? El bebé cuenta, pero su madre también, más cuando a las mujeres se nos ha socializado para anteponer las necesidades ajenas a las propias.

La maternidad es una expresión máxima de esta entrega desinteresada y socializada de generación en generación. Para que ésta se disfrute es importante escuchar también los propios deseos. Se trata de atender las necesidades del ecosistema familiar interdependiente y entablar un diálogo para encontrar consensos diarios, donde las pócimas mágicas no existen.

En una organización social en la que los apoyos escasean, el estatus de madre como única responsable del bienestar material y emocional del bebé supone un nuevo mandato que, como una losa, nos ha caído a las madres modernas. Una responsabilidad que puede transformarse fácilmente en culpa. El desafío pasa por pensar formas de crianza y ecosistemas de convivencia que permitan que las mujeres que son madres también puedan mantener sus espacios propios y puedan gozar de tiempo para sí mismas.

Politizar la crianza

No queremos seguir hablando de todo esto de puertas para adentro. Es necesario pulverizar la frontera entre lo público y lo privado e impulsar el debate sobre los diferentes modelos de crianza, sobre cómo y quiénes cuidamos. La crianza (como la enfermedad o la vejez) constituye un buen lugar desde el que pensar en cómo gestionamos el trabajo de cuidados. Se trata de una cuestión fundamental si queremos construir sociedades que pongan en el centro las necesidades de las personas.

El estatus de madre como única responsable del bienestar material y emocional del bebé supone un nuevo mandato que, como una losa, nos ha caído a las madres modernas Y no basta con mirar sólo a los posibles modelos de crianza, cada cual en su casa, cada cual con su ecosistema familiar. La organización del trabajo, la distribución de los tiempos, las políticas de conciliación, el acceso a escuelas infantiles y colegios públicos, la sanidad, el urbanismo y los espacios públicos de encuentro... la dimensión social concreta la batería de decisiones ‘libres’ que tomamos continuamente al criar. No es suficiente con pensar, por ejemplo, en que hay que facilitar que la madre o el padre trabajen menos para poder cuidar, sino que necesitamos una organización del trabajo que integre y visibilice los cuidados de forma global y deje tiempo para disfrutar de los hijos, de las amigas y de la vida.

Los expertos te responden todo

Las madres y padres primerizos suelen recurrir a toda una pléyade de expertos que les dicen cómo tienen que cuidar, alimentar y dormir a los hijos en libros que se venden bastante bien. Eduard Estivill, con su superventas Duérmete niño, representa el modelo más tradicional de “meter a los niños en vereda”, mientras que Carlos González, Rosa Jové, Laura Gutman o Adolfo Gómez-Papí, hablan desde la crianza con apego, conocida también como crianza natural.

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comentarios

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    06/10/2016 - 1:59pm
    Enhorabuena por el artículo. Estoy básicamente de acuerdo. Cuidado con lo que esconde cierto discurso sobre el apego. Gurús de la crianza hay muchos. Y no faltarán los "fieles"... Un poco de sentido común para no volver a patrones y estereotipos sexistas de siglos pasados es imprescindible. El apego es un asunto de la madre y del padre. Es deseable pero no es incompatible con la conciliación. El problema de la conciliación es económico y social. Adelante con vuestro proyecto. Ánimo.
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    Carlos Diez
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    16/12/2014 - 9:46pm
    Aplaudo el debate... Sólo matizar que&nbsp;<strong style="box-sizing: border-box; vertical-align: baseline; margin: 0px; border: none; padding: 0px; color: rgb(60, 61, 60); font-family: Georgia, Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 16px; line-height: 22px;">&quot;el modelo de crianza natural (...)</strong><span style="color: rgb(60, 61, 60); font-family: Georgia, Times, 'Times New Roman', serif; font-size: 16px; line-height: 22px;">&nbsp;coloca a la mujer como cuidadora exclusiva del bebé, lo que además ha de hacerla sentir plena y feliz&quot;, me parece una afirmación muy arriesgada... Basta leer a Laura Gutman&nbsp;para ver que habla más bien de una socialización del proceso de crianza.</span>
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    IB
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    11/11/2013 - 10:03pm
    Este comentario no es mío, lo copio de un foro porque creo que vale la pena. Ya he entrado al enlace y esta es mi crítica: -cuando una mujer quiere ser madre, no creo que se detenga a pensar en si es muy feminista o poco feminista. En general y en caso de pensar algo se piensa en cuestiones logísticas. -siempre recuerdo &nbsp;a mi abuela diciéndonos a mi hermana y a mí: &ldquo;no os caséis ni tengáis hijos, os convertiréis en esclavas&rdquo;. Cuando la oía pensaba que estaba amargada y que desde luego yo iba a hacer lo que quisiera siempre, que nadie me iba a esclavizar si yo no me dejaba y que todo consistía en tener esto muy claro y no dejarse. Hoy en día pienso diferente. Sigo con mi idea de que la clave es una misma y las decisiones que tome al respecto, pero ya no soy tan taxativa respecto al &ldquo;la que se deja esclavizar&nbsp;es porque quiere&rdquo;. <strong>-&rdquo; los espacios políticos hiperproductivos de la militancia no son compatibles con la crianza.&rdquo; </strong><strong>Esta cuestión puede ser aplicada al mundo laboral en general, no solo a la militancia.</strong> <strong>La respuesta es que entonces lo que hay que reformar es el mundo laboral o la estructura de trabajo de la participación en la militancia para que la mujer que ha sido madre no se sienta apartada si no &ldquo;renuncia&rdquo; a su hijo para dedicarse a otras tareas. Yo pienso que esto sucede porque el mensaje es de ultimátum y de exclusividad, de entrega exclusiva: &ldquo;o esto o lo otro&rdquo;. Si el mensaje fuera diferente las reacciones de las madres también lo serían.</strong> <strong>&nbsp;-</strong><strong>&ldquo;Hay fundamentalmente dos modelos: uno, el dominante, donde el bebé se ha de acoplar al ritmo adulto. Otro, el de crianza con apego, que surge como alternativa y busca respetar los tiempos que marcan las bebés. Ambos modelos cuentan con expertos que dicen a las madres y padres qué es lo que tienen que hacer y cómo, con la correspondiente culpabilización de quien no sigue estos consejos.&rdquo;</strong> El error está en considerar que hay modelos de crianza prefigurados. Yo no sé el resto de mujeres que se declaran o se sienten feministas, pero para mí ser feminista es resultado de una forma previa de verme y sentirme a mí misma y al mundo que me rodea, es una elección de rebeldía desde la honestidad personal y desde la aspiración a la libertad. <div>Esto que digo choca frontalmente con cualquier modelo prefigurado. Yo me reservo el derecho a modelar mi maternidad según la vaya descubriendo yo misma o me la vayan descubriendo a mi alrededor mis propios hijos o las demás personas.</div> <div>&nbsp;</div> <div>El problema de sentirse juzgada o no juzgada es estrictamente una cuestión de elecciones y posiciones personales. Ahora bien, la capacidad de elección viene dada por la capacidad de honestidad personal y de afirmación en el yo mismo. Si se ha descubierto algo como el yo, claro.</div> &nbsp; Para la concepción del feminismo como una mera declaración de igualdad de derechos esto no aplica, claro. -Respecto a &ldquo;<strong>Pronto descubrirás que las madres comienzan a estar en tela de juicio desde el embarazo&rdquo;</strong><strong> yo diría que desde que uno nace y los demás se enteran de su existencia está en tela de juicio, es propio de lo humano, emitir juicios y opiniones sobre los demás. &iquest;Y qué?</strong> -Sobre la cn:&ldquo; <strong>este modelo también coloca a la mujer como cuidadora exclusiva del bebé&rdquo; &iquest;</strong>cómooooor?,&iquest;y yo todo este tiempo por aquí y sin enterarme? &iquest;La madre cn es la cuidadora exclusiva del bebé? &iquest;pero qué estupidez es ésta? Cuánto miedo y cuánto egoísmo se detecta en esta afirmación... &nbsp;Y esta otra cosa&rdquo;, <strong>&iquest;cómo nosotras, mujeres feministas, hemos aceptado de forma tan acrítica un modelo de crianza que nos coloca en un lugar tan difícil?&rdquo;</strong><strong> vamos a ver, en primer lugar una persona libre &nbsp;y que se autodefina &ldquo;feminista&rdquo; no se deja &ldquo;colocar&rdquo; en ningún lado que no quiera (al menos en nuestro privilegiado primer mundo) y una mujer que se autodenomine feminista no se deja imponer ningún modelo de crianza por el artículo 33. Esta pregunta es capciosa y está formulada por alguien con muy mala intención. </strong> &nbsp;<strong>&iquest;Y la cn te coloca en un lugar difícil?&iquest;por qué? &iquest;no será más bien, que te colocas en ese lugar tú misma si piensas en ser madre como una experiencia egocéntrica?&iexcl;demasiados anuncios de nenuco?solución: bájete un pou no tengas un hijo. el pou no te coloca en ningún sitio raro y te deja libertad para ser tú misma...</strong> <strong>&nbsp;-</strong><strong>La respuesta a la pregunta: &ldquo;</strong><strong>&iquest;no será también que interesa que las mujeres vuelvan al hogar?&rdquo;</strong> &acute;pregunto: &iquest; quién se le atribuye esta manipulación? &iquest;A los poderes &ldquo;fácticos&rdquo;? si, claro, es muy interesante que después de invertir en formación, promoción e incorporación de un nuevo valor a la &ldquo;empresa&rdquo; se renuncie a utilizar ese valor en beneficio de la empresa que lo ha formado. Muy razonable, sí. &iquest;Somos idiotas o qué? &nbsp;-&ldquo;<strong>No existe una forma &lsquo;correcta&rsquo; de criar, depende de las necesidades de cada situació</strong>n&rdquo; Esto es FALSO con todas las letras. Muy consolador según en qué situaciones, pero falso igualmente. Claro que si afinamos podemos colocarnos en varios supuestos dependiendo del sentido que le demos al hecho de criar: -si criar es para nosotros:&nbsp;traer hijos con cualquier otra intención que no sea procurar su felicidad y volcar en ellos el amor que surge espontáneamente en cualquier madre sana, entonces imagino que las circunstancias deciden cómo criamos a nuestros hijos y deciden qué clase de atención reciben y qué clase de amor reciben. -si criar es para nosotros un acto de amor consciente, no hay otra forma de criar más que con apego. Esto no significa ir pasando lista a los ítemes de una lista a ver si los cumplimos, pero implica necesariamente una perspectiva &ldquo;bebecéntrica&rdquo; (que no obsesiva)&nbsp;Y cualquier persona medianamente sensible puede saber qué es mejor para un bebé: &iquest;que lo dejen llorar o que lo consuelen? por poner un ejemplo, vaya. &nbsp;-sobre lo natural y la socialización de la crianza con apego, ahí estoy de acuerdo. Yo no veo la cn como una vuelta a nada sino como una evolución de la civilización. -&ldquo;<strong>El bebé cuenta, pero su madre también, más cuando a las mujeres se nos ha socializado para anteponer las necesidades ajenas a las propias.&rdquo;.</strong> &nbsp;Para mí, esta frase encarna el rencor en estado puro. Ahora resulta que va a tener que pagar el bebé la represión de las mujeres a lo largo de la historia. Si sientes que el mundo te debe y no te paga, no es culpa de un bebé inocente. Simplemente no seas madre, en nuestro privilegiado mundo esto se elige. Eso de considerar al bebe y la madre como a <strong>dos partes</strong>, &iquest;de dónde sale? Parece como si fueran dos boxeadores en un ring: &ldquo;en el rincón derecho el bebé, en el rincón izquierdo la madre&rdquo;. Es terrible lo que esta opinión trasmite. El bebé es un adversario. Blandito, agradable y querido, sin duda, pero un adversario. &iquest;De qué oscuro lugar de la psique surge este enfrentamiento? &nbsp;- primero dice que la maternidad es una entrega desinteresada y luego dice que si los deseos de la madre y que si el disfrute de la maternidad. A ver, los deseos de la madre van detrás de las necesidades del bebé, eso sí es un imperativo biológico. El disfrute de la maternidad parece como visto desde una parte, desde el derecho de la madre a disfrutar. El artículo en general es una perspectiva muy de nuestra generación, una perspectiva egoísta y egocéntrica a más no poder, un revolverse panza arriba ante la perspectiva de que cualquier cosa venga a quitarnos nuestra mismidad egocéntrica, un colocarse a la defensiva ante la posibilidad de que alguien o algo nos venga a exigir entrega. y luego el último párrafo pues bueno, es basntante demagógico a la vista de lo susodicho.
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    Sonia
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    08/11/2013 - 1:26pm
    No iba a responder pero noté que me mencionaron.... Yo no me siento juzgada jajajaja... Lo que pasa es que en el artículo se dicen mentiras! Y es preciso decirlo, pues veo que lo han difundido y lo han leído varias personas. El que me quiera creer bien y el que no tiene toda la libertad de pensar lo que dice el artículo, yo por mi parte y desde mi humilde opinión y experiencia planteó lo que dije. Sí es verdad que se nos juzga a todas las madres (no desde el artículo sino en la sociedad en general...) Repito, se puede criar con respeto y apego con vacunas, con el biberón, en la cuna, con mamá trabajando y escolar izando tempranamente... El asunto es que sea una decisión libre alejada de presiones sociales ( y económicas)... Y cuando tomas la decisión necesitas apoyo, sí.... Y en libros como los de Carlos González encuentras una mano amiga que corrobora que no estás haciendo las cosas tan mal como muchos te dicen, que no estás malcriando a tu hijo... Que no dejas de ser mujer y de realizarte si te quedas en casa... Es curioso pero de todos los trabajos que he tenido, el más difícil es el de madre... Y sí, soy profesional, con posgrado, trabajé durante 8 años y tengo una empresa, cumplí con la tarea... Pero me encanta estar en casa con mi hijo! Una pena que no sea un trabajo remunerado! Invito a las madres y padres a leer &quot;bésame&nbsp;mucho&quot; (antes de ser padre o madre no tiene mucho sentido) y si no les gusta leer, en Youtube&nbsp;hay una conferencia de más de 2 horas de Carlos González muy interesante... En conclusión, que cada cual críe a su hijo como quiera, pero por favor, no es necesario usar la violencia física y emocional, esa que nuestra generación hoy refleja en el día a día con actitudes egoístas, competitivas y destructivas. La verdadera revolución está en la crianza, pero sólo te das cuenta de eso cuando eres madre... Antes pensaba que desde la sociología cambiaría el mundo y por eso la estudié, pero tuve que replantearme absolutamente todo lo establecido el día que fui mamá...
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    martamm
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    08/11/2013 - 1:10pm
    Buenos días: como co-autora de este texto me gustaría explicar, matizar / responder a&nbsp; algunas de las comentarios que han aparecido. Lo hago a título individual y personal, no como colectivo. En primer lugar, explicar que desde el principio, lo que hemos pretendido con el artículo es alejarnos de juicios o moralinas de cualquier práctica de la crianza.&nbsp; Este artículo es el resultado de un año de trabajo grupal en el que madres (que nos consideramos feministas, sí) hemos compartido nuestras experiencias y vivencias en torno a la maternidad. A lo largo de este tiempo, todas coincidíamos en las muchas presiones que por todas partes te llegan desde que te quedas embarazada: desde las opiniones de expertos (luego explico esto), hasta el entorno más cercano, las abuelas, los vecinos, la señora del autobús, o el hombre que va en el asiento de atrás de un avión y te dice que tu hija está llorando porque &quot;tiene hambre y no está mamando bien&quot;. Todo el mundo se permite el lujo de decirle a una madre lo que opina, desautorizándola y también, por tanto, juzgándola (el feminismo nos ayuda a entender que es una manera más de controlar e infravalorar a las mujeres) Creo que en el artículo nos hemos esforzado por expresar esta realidad que rechazamos y por defender un entorno donde no haya culpas ni mandatos. No entiendo, por tanto que alguna lectora se haya sentido ofendida, y lo lamento. En segundo lugar, efectivamente, no hemos hecho una &quot;investigación&quot;. No hemos escrito en calidad de investigadoras sino como madres. Unas hemos leído algo, otras mucho. Hemos hablado y compartido mucho. Y tenemos bastante experiencia en esto de ser madre de criaturas de cero a cinco años. Así que nos vemos muy autorizadas a escribir sobre lo que hemos vivido (en respuesta al cometnario #6). Nuestra experiencia es que al acercarnos a las &#39;guías&#39;, &#39;ayudas&#39; &#39;consejos&#39; de crianza, vemos que sí hay dos modelos polarizados. Y sí están cargadísimos de juicios: &quot;ESTO ES LO MEJOR PARA EL NIÑO, SI NO LO HACES, TÚ VERÁS&quot;: &quot;si vacunas, envenenas&quot;. &quot;SI no vacunas, pones en peligro la salud de tu hijo y la de la sociedad&quot;. &quot;Si lo atiendes todo el rato, le malcrías&quot;. &quot;Si no le atiendes el llanto, le traumatizas&quot;. &quot;Si le coGes en brazos todo el rato, se te va a subir a la chepa&quot;. &quot;Si no lo cojes, vas a criar una persona sin cariño&quot;. (&iquest;acaso no se desprenden este tipo de consejos de los diferentes libros de crianza?) Tercero: Es verdad que Carlos González no es el gurú de la crianza natural, si ésta incluye la no vacunación. Ahí nos hemos explicado mal, porque el tema es complejo. González critica mucho la no vacunación (de manera bastante despreciativa, por cierto). Y auqnue en el artículo no hemos querido hablar de este autor, sí me gustaría dar mi opinión al respecto, para responder a algunos comentarios. C.González es el gurú, o un referente indiscutible, en la literatura sobre lactancia materna, que es el pilar de la crianza natural (aunque no esté escrito en ningún lugar). A demanda, es decir, siempre que el bebé quiera. Y ha contribuído mucho a su promoción dentro del Estado Español, lo cual es de reconocer. Sin embargo, los libros de González están repletos de juicios a quienes no sigan sus consejos (maneja unos ejemplos que superan la demagogia) y pone una responsabilidad sobre las madres que no me parece de recibo: &iquest;dónde está el padre en &quot;Un regalo para toda la vida&quot;? Y&nbsp; &iquest;Por qué nos dice González que la lactancia es facilísima (a no ser que se esté haciendo algo mal) y que el destete es sencillo y natural? &iquest;Por qué nos cuenta lo que supone esta lactancia para la vida de las mujeres, para sus cuerpos, sus espaldas, sus noches sin dormir? No estoy criticando la lactancia, de hecho soy una gran defensora de la misma (para quien la quiera). Estoy cuestionando la manera de transmitirla y de hacernos creer que va a ser fácil, nos tiene que hacer muy felices y tiene que responder siempre a los deseos del bebé (se nota que Carlos Gonzáles es padre, no madre). En el artículo nos posicionamos cercanas a la filosofía de la crianza con apego en el sentido en el que defiende una relación de escucha (y por tanto, como dice #6, la no violencia). Ese es nuestro enfoque, creo. Lo que ponemos en duda es que para lograr relaciones de amor y no violencia con las criaturas, haya cumplir con unas u otras prácticas que a lo mejor no están escritas en un decálogo pero que permean a partir de mucha literatura, blogs, webs, etc. (&iquest;le da menos amor una madre a su hijo si lo duerme en una cuna? yo creo que no, y eso que el colecho me parece que es maravilloso (para quien lo quiera)) Por último, me gustaría reivindicar el término &#39;feministas&#39;. Ni de la igualdad, ni de la diferencia (estos tienen muchos puntos de encuentro de los que a veces no se habla). Hemos participado en diferentes experiencias feministas y grupos de mujeres y nos identificamos con su crítica al patriarcado y al machismo que todavía pesa nuestras vidas (la de mujeres y hombres). Reivindicamos la autonomía de nuestros cuerpos, nuestras vidas y decisiones. También somos muy críticas con la división sexual del trabajo, la fata de valoración y la no corresponsabilidad de los trabajos de cuidados. Saludos, marta
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    Gloria
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    08/11/2013 - 12:02pm
    @#4 Decir que determinados trabajos remunerados no suponen ninguna liberación para las mujeres es repetir un tópico que oculta más que revela. Partimos de que el trabajo asalariado, con el grado de explotación que implica, no es liberador para nadie. Pero hay que contextualizar. En los años 60 y 70, para la mayoría de las jóvenes de familias pobres del medio rural la opción era quedarse en casa cuidando de los mayores, irse de sirvienta a otra familia o emplearse en una fábrica o en un comercio. Muchas optaron por esto último porque al menos salvaba su autonomía personal al no tener que permanecer bajo la tutela de un cabeza de familia-amo, como era el caso de las criadas. De la servidumbre al trabajo asalariado extra-doméstico hay un salto cualitativo ya que este último,&nbsp; si bien representa una nueva forma de esclavitud, al menos garantiza un mayor grado de independencia personal. Limpiar el WC de la vecina puede no ser gratificante, pero para muchas mujeres sin recursos ni cualificaciones profesionales representa un vía de ingreso monetario que, por escaso que sea, las &quot;empodera&quot; en cierto modo dentro y fuera de sus familias, así me lo manifestó un grupo de ellas en unas Jornadas de Mujeres rurales en las que participé hace unos años en Andalucía. En este asunto, como en otros, conviene escuchar a las mujeres afectadas y aplicar una perspectiva de clase. Aunque parezca extraño, para estas mujeres, dejar a sus bebés llorando en la guardería o al cuidado de la abuela o la hija mayor, para cuidar los de otras (caso frecuente también entre las trabajadoras migrantes), representa ciertas ventajas en circunstancias concretas. Por eso no conviene generalizar.
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    di
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    08/11/2013 - 11:42am
    Leyendo algunos comentarios como el de Sonia detecto esa desgraciada polarización del tema de la crianza.Veo que algunas personas se sienten ofendidas y juzgadas, una pena, porque el artículo es ante todo respetuoso con la mujer y con sus decisiones. Con respecto al tema de los padres y su papel, en mi experiencia sigo escuchando eso de &quot;me ayuda mucho...&quot; &quot; se lo curra&quot; pero desde un sentido de responsabilidad que sigue recayendo en la madre, debe ser agotador para los padres tener que estar dando &quot;la talla&quot; todo el rato y tener que demostrar que ellos &quot;también&quot; pueden encargarse de sus hijos.
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    IB
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    08/11/2013 - 11:28am
    <a href="http://crianzanatural.com/forum/forum_posts.asp?TID=193459">http://crianzanatural.com/forum/forum_posts.asp?TID=193459</a>
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    Sonia
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    07/11/2013 - 9:38pm
    No se realizó una investigación adecuada de lo que se ha denominado la crianza con apego...o respetuosa, o natural. No existe tal polarización. Lo único que como premisa fundamental plantea la crianza con apego es la no violencia física o emocional hacia la infancia e invita a los padres a asumir con paciencia y responsabilidad la maternidad y paternidad. El resto de datos son falsos. Y los que nos apoyamos desde la crianza con apego no somos &quot;expertos&quot; sino padres y madres que compartimos experiencias. El propio Carlos González realiza sus planteamientos como padre, no como pediatra. Y no se trata de juzgar, por el contrario de apoyar a las familias... Más que un modelo es una ayuda, una guía... Lo único no tolerable, insisto, es la violencia. Es importante no estigmatizar, ni juzgar... No hay nada más hermoso que la llegada de un bebé y ya se encuentra uno con suficientes ocupaciones como para pensar en un modelo de crianza que es innecesario porque ya cada cual lo trae en sus genes. Por último, no se debe olvidar que la crianza con apego como &quot;movimiento&quot; surge para reivindicar las prácticas de &quot;toda la vida&quot; que se vieron afectadas por las publicaciones de &quot;expertos&quot; a lo largo de la historia. Creo que hay que informarse desde las fuentes y desde las prácticas... No sólo leer sino ser padres...
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    Bertinha
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    07/11/2013 - 8:40pm
    @#2 Te invito a que leas lo que dice la RAE en el Panhispánico de dudas. La lengua es algo vivo y cambiante, y le damos vida las personas. Si del artículo lo único que te llama la atención es el lenguaje, con todo lo que hay que debatir en algo tan complejo como la crianza en este mundo capitalista y patriarcal...<a href="http://lema.rae.es/dpd/?key=beb%C3%A9">http://lema.rae.es/dpd/?key=beb%C3%A9</a> &nbsp; &nbsp;
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    emm-a-ma
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    07/11/2013 - 8:22am
    Bueno, me parece que en este artículo se mezclan muchos conceptos... En primer lugar, decir que la crianza con apego incluye entre sus dogmas la &quot;no-vacunación&quot; y decir a su vez que Carlos González es el <em>gurú</em> de esa secta es caer en una profunda contradicción. Carlos González es precisamente un defensor acérrimo de las vacunas, algo que deja bien claro en su libro titulado precisamente <em>En defensa de las vacunas</em>, publicado en 2011. La lactancia materna &quot;a demanda&quot; no es algo que defienda la crianza con apego, sino todos los profesionales formados en la materia, todas las academias de pediatría de prestigio y cualquier manual serio sobre lactancia, además de la OMS y del sentido común. De hecho, ya no se habla de lactancia &quot;a demanda&quot;, sino de lactancia irrestricta ya que muchas madres interpretan &quot;a demanda&quot; como &quot;cada vez que el bebé llora&quot; y el llanto es síntoma tardío de hambre, y en pleno llanto a menudo ni siquiera son capaces de agarrarse al pecho. Carlos González, como profesional y no como opinador, ha escrito guías para profesionales, es presidente de ACPAM y colabora en los Congresos y cursos de Fedalma, donde la mayoría de alumnos y participantes son profesionales de la salud. Parece que me caiga bien y todo, a que sí? Luego, cada madre y cada bebé encuentran su propio ritmo y conveniencia con el paso de las semanas y los meses (o años). Decir que hay expertos en ambos bandos y citar&nbsp;en el opuesto a la crianza con apego únicamente a Estivill, cuyo método ni siquiera le pertenece (es tan sólo la traducción al castellano y al catalán del método del Dr. Ferber en América, del cual se desdijo), es cuanto menos indicar que la balanza está seriamente descompensada. Sin contar que en el otro &quot;bando&quot; faltan unos cuantos, entre ellos la amplia bibliografía que podemos encontrar en la parte final de todos los libros de González, un apartado del cual carecen las formulaciones y reformulaciones de Estivill, quien se atreve a afirmar barbaridades como que los niños tienen que &quot;aprender a dormir&quot; cuando ya lo hacen en el útero, o a dar lecciones de buen comer después de haberse sometido a una reducción de estómago y admitir haber estado sobrealimentado&nbsp;y haber tenido trastornos alimentarios y obesidad mórbida. Por último, hablar de feminismo, así, en general, es no decir nada. Hay muchos feminismos, no es una teoría homogénea y es un concepto de gran complejidad. Como mucho podemos hablar de dos líneas feministas básicas: la de la igualdad, y la de la diferencia. La primera es anterior y defiende la igualdad entre hombres y mujeres. La segunda defiende la diferencia femenina y la reivindica como un valor añadido del cual las mujeres deben sentirse orgullosas. Que las feministas lograron sacarnos de la esclavitud de la casa y la crianza para liberarnos y podernos realizar como personas a través del trabajo remunerado es cuanto menos elitista. Hay un determinado número de profesiones que pueden suponer un enriquecimiento y un reconocimiento social, pero para fregar el WC de la vecina de la escalera de enfrente y cuidar a sus hijos mientras yo dejo a los míos llorando en la guardería para que yo pueda ir a trabajar cuidando a los hijos de otra que los deja llorando conmigo... por muy digno que sea no me parece ninguna liberación. Por mucho que Badinter y compañía desprecien que las mujeres se queden cierto tiempo en casa para la crianza de sus hijos y aparquen momentáneamente su carrera profesional, no me parece que ningún trabajo tenga más responsabilidad y poder que la crianza y la educación de los niños, y eso lo reivindican también los maestros y profesores. Nadie pide venir a este mundo, la maternidad no es obligatoria (logro feminista, según el artículo) habiendo desvinculado el sexo de la reproducción, y si no nos vamos a ocupar de los hijos más vale no tenerlos, no? Criar sin mapas es un concepto que comparto, cada mujer debe crear su propia hoja de ruta, pero sin duda es muy difícil en una sociedad que condena la maternidad a la soledad y el aislamiento, ya no criamos en comunidad, ya no tenemos ejemplos, modelos (como las monas del zoo que no saben amamantar porqué ya llevamos generaciones alimentando a sus crías con biberón y no han visto a nadie hacerlo). Siempre se ha criado con mapa, el mapa interior que teníamos todos en nuestro cotidiano, ahora no lo sabemos hacer sin la voz del experto de turno, y cada cual decidirá a quién escuchar. Los comentarios de vecinas, conocidas, desconocidas, familiares y amigas a las madres primerizas desestabilizan sus sentimientos y le provocan mil y una dudas sobre sí misma y sobre su capacidad para identificar las necesidades de su bebé. Tener las cosas claras a partir de varias lecturas, intercambios y principalmente el propio INSTINTO (al que ya ni reconocemos) permite cierta estabilidad y tranquilidad, así que quizás que no les quitemos los mapas de las manos a aquellas que comienzan a construirlos porqué se van a perder... y están muy solas!
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    jorgeherga
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    03/11/2013 - 5:01pm
    Enhorabuena. Es el primer artículo que leo sobre crianza que trata de algo más que de aproximarse a una de esas dos tristes orillas en las que se ha convertido la ideología de crianza en muchos ámbitos. Las dos Españas, pero en este ámbito. Me parece de una imbecilidad supina criar desde la militancia, aceptando el 100% de lo que sostiene uno de los dos supuestos bloques. &iquest;O eres de Estivill o de Carlos González?. &iquest;Qué tipo de mediocridad estúpida es esa?. Si te gusta algún postulado de Estivill eres conservador, y si aceptas a pies juntillas los postulados de González y compañía eres mas &quot;natural&quot;, equilibrado....izuierdosillo de algún modo?. Me niego a aceptar esa realidad. Supongo que para toda esta pléyade de &quot;autores&quot; esta supuesta batalla está siendo el chollo de su vida y se estarán hinchando a vender libros (muchos de los cuales se parecen peligrosamente a libros de autoayuda bastante casposos). Me da mucha vergüenza ajena ver como en los libros del ególatra insufrible Carlos González se hace referencia a Estivill una y otra vez, alimentando esa especie de morbo rayano en la rivalidad que alimenta este frentismo absurdo. No creo que haya que meter a los niños en vereda ni sometidos a disciplina espartana como en la residencia de los Niños del Coro...&iquest;eso me hace contrario a Estivil?. Me parece que la manía de Carlos González de proponer que todo sea a demanda de los niños como si fueran adultos es un sinsentido que probabiliza niños egoistas, tiranos y malcriados, y encuentro ridícula la situación de niños de 5 y 6 años colechando con sus padres...&iquest;Me convierte eso en una persona reaccionaria?...seguramente ni lo uno ni lo otro. En este país existe la tendencia a formar bandos graníticos con una facilidad demasiado fluida. Basta ya de dogmas sectarios en la crianza y en la educación en general.
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    Manel
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    03/11/2013 - 4:39pm
    Decir &quot;la bebé&quot; es una aberración y error gramatical absurdo e irracional, EL BEBÉ no tiene sexo, puede ser de sexo femenino o masculino, igual que LA PERSONA.. &iquest;Entonces según la autora o autoras también tendremos que decir &quot;el persono&quot; y &quot;los personos&quot; si la persona tiene sexo masculino?&nbsp; Estupidez al poder confundiendo género gramatica con sexo, el pseudofeminismo vigente. Lo único cierto es que entre tanta ignorancia y las bebés, los niños y las niñas...el sexismo sólo ha crecido los últimos años y no va a dejar de hacerlo por ser tan totalitario para pretender cambiar el lenguaje. Que a los géneros gramaticales se les califique como &quot;masculino&quot;, &quot;femenino&quot; y &quot;neutro&quot; en la tradición europea no significa que tengan nada que ver con sexos, es una clasificación puramente arbitraria, podrían llamarse &quot;género 1, 2 y 3&quot; y nadie plantearía que es sexista. Por otro lado, las comunidades lingüísticas SIN GÉNERO GRAMATICAL en sus lenguas sufren sexismo y machismo (p.ej. el vasco y un montón más en el mundo), las pocas que tienen lo que vosotras confundís con algo relacionado con &quot;mujer&quot;, el llamado &quot;genéro gramatical femenino&quot; como género NO MARCADO (lo que es el &quot;género masculino&quot; en lenguas romances) TAMBIÉN SUFREN sexismo y discriminación hacia las mujeres. En irlandés NIÑA tiene el mismo género masculino que HOMBRE, es género gramatical masculino, en neerlandés y alemán NIÑA tiene género gramatical neutro...y mil ejemplos más, hay lenguas que tienen más de 10 géneros, que es una simple clasficación de los substantivos con efectos sobre la morfología totalmente ajeno y sin ninguna incidencia sobre el sexismo. Hace 15 años nadie tenía en su mente niños varones al oir NIÑOS, podían ser de sexo masculino o femenino, hoy en día hay que desdoblar &iquest;y? &iquest;qué cambia si los adolescentes de hoy son más sexistas que entonces? &iquest;mejora algo para las mujeres? La irracionalidad al poder y a callar es lo que nos toca a las personas que sabemos que se trata de una soberana idiotez.
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    silvia_
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    03/11/2013 - 12:00am
    &iexcl;Enhorabuena por el artículo! Un gusto leer sobre este asunto desde un punto de vista distinto. De él, me parecen fundamentales tres cosas que decís: &nbsp; Que la crianza no es el punto de vista privilegiado para mirar los cuidados, sino uno entre otros como la enfermedad o la vejez (y diría: uno más amable que otros cuando se trata de una crianza deseada y con ciertas condiciones materiales, no hay que olvidar que el cuidado de la vejez nos coloca frente a la muerte y que la enfermedad no se elige). &nbsp; Que tenemos que ampliar la mirada y politizar la crianza hablando de la organización estructural de la sociedad, lo que permite además hacer alianzas con otras no-madres y problemáticas en temas diversos.&nbsp; &nbsp; Que no existen&nbsp; modelos únicos mejores o peores en torno a cómo criar, pero que hay criterios que pueden ayudar a orientarnos: por ejemplo, la importancia&nbsp; que señaláis de no olvidar la entrega de las mujeres y la dificultad de poner los deseos propios en primer plano. &nbsp; También veo algunas cosas para la discusión: &nbsp; Por una parte,&nbsp; me parece problemática la dicotomía entre los diferentes modelos dentro del feminismo y dentro de la crianza. Por ejemplo, en relación al feminismo,&nbsp; me faltan los espacios que sí tratan de tener en cuenta otros ritmos y formas de hacer. En este sentido, a veces no es solo una ausencia de espacios amables, sino deseos diferentes: todo colectivo exige algo, pero a veces, no queremos dar ni lo mínimo, sea porque preferimos dedicarnos exclusivamente a la maternidad o hacer otras cosas en un momento determinado. Y, en relación al modelo de crianza, a mi alrededor veo modelos mucho más variables en los que se mezcla tanto una crianza no servicial como apegada.&nbsp; No sé si puede plantearse de manera menos polarizada. &nbsp; Por otra, cuando se dice que a las madres modernas les ha caído la losa de la responsabilidad de la crianza, me pregunto cuál es el papel de los hombres en las parejas heterosexuales que sí se están tratando de implicar en esa crianza; y también si esa losa no cae de manera diferencial según diferencias de clase, raza, sexo, etc. Las dificultades que se plantean en la crianza, &iquest;no están también muy condicionadas además del género por otras variables de poder? Aquí echo en falta mencionar que no hay una única cultura del cuidado, sino diferentes: lo que para algunas madres pueden ser dificultades, para las de otra generación o procedencia pueden ser condiciones muy buenas. &nbsp; Y, por último, me pregunto si algunos tipos de crianza y prácticas&nbsp; (la lactancia principalmente) no conllevan en sí una rearticulación de los roles de género. Si es deseable más implicación, &iquest;cómo lograrlo con prácticas que priorizan durante un tiempo largo el papel de la madre en la relación con el hijx?&nbsp;&nbsp; &nbsp; Lo dicho: enhorabuena por el artículo. &iexcl;Un gusto leeros! &nbsp;
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