Una cadena humana de dos kilómetros ha rodeado este mediodía el parque de la Ciutadella de Barcelona –donde se encuentra la sede del Parlamento de Cataluña– para denunciar la sentencia del Tribunal Supremo contra ocho manifestantes acusadas de la acción Aturem el Parlament. La movilización comenzó a media mañana con columnas de los barrios de Sants, Raval y Vallcarca. Todas ellas han confluido en la puerta lateral del parque de la Ciutadella, junto a la estación de Francia. Desde allí, mediante megáfonos y pancartas, la gente se ha dividido en cuatro grupos. Uno de los bloques se ha encargado de cubrir el tramo de la calle Pujades, otros dos grupos han dibujado la cadena en la calle Wellington y el paseo Picasso, y un último bloque se ha desplazado a lo largo del paseo de Circumval·lació. Gente de todas las edades, muchas criaturas y muchas reivindicaciones con el predominio del color amarillo. Hoy la camiseta contra los recortes en la educación –también amarilla– tenía tanta presencia como las que se han elaborado especialmente para hacer la acción de la cadena humana. El Gobierno ha querido que la presencia policial fuera muy discreta. Un pequeño destacamento de ARRO Barcelona, grupo de antidisturbios, ante el Parlamento de Cataluña, una unidad de la Brigada Móvil en el paseo de Lluís Companys, y todas las puertas de acceso al parque de la Ciutadella abiertas y sin restricciones. Eso sí, un equipo de agentes de paisano del Grupo de Obtención y Análisis de la Prueba (GOAPI) de la Brigada Móvil se mezclaban entre las manifestantes, haciendo fotos y grabando vídeos.

2.500 personas para completar la cadena

Cuando pasaban cinco minutos de la una de la tarde se ha hecho estallar una traca de petardos en la calle Wellington, la señal convenida para que todos se tomara de las manos y se pudiera tomar testimonios gráficos de la protesta. Han sido necesarias 2.500 personas para completar el perímetro. Se ha escuchado insistentemente el lema "Yo también estaba en el Parlamento" y ha habido momentos álgidos como cuando se ha entonado el himno de la revolución de los claveles portuguesa, el Grândola Vila Morena, o cuando se hacían olas al paso de una bicicleta que grababa en vídeo del evento. Antes y después de la cadena humana, se han hecho parlamentos desde un equipo de sonido instalado en el lateral del paseo Picasso. Rubén Molina, uno de los condenados, calificó la sentencia como política y ha agradecido la presencia de tanta gente. "Cuando estamos juntas somos más fuertes, cuando estamos juntas lo podemos todo", sentenció. Molina ha recalcado que si se mantienen las movilizaciones "no nos podrán encarcelar". El padre de una de las condenadas a tres años de prisión manifestó el total respeto y orgullo hacia la actuación de su hija y señaló que "ellos dijeron a los políticos lo que mucha gente pensamos y no nos atrevemos decir ". Para el abogado Hibai Arbide los hechos del Parlamento, la reacción de las instituciones catalanas y la sentencia condenatoria responden a la lógica "del Partido del capitalismo contra el Partido de la democracia, entendiendo que el Partido del capitalismo a veces puede llevar una bandera española, una bandera o una cuatribarrada, y que el Partido de la democracia no debe porque tener forma de partido, sino que es la gente que, desde abajo, lucha por el reparto justo de la riqueza".

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Ramón Fornell

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