ESTADOS UNIDOS // EL PERIODISTA FUE CONDENADO EN UN JUICIO, A PESAR DE LAS MÚLTIPLES IRREGULARIDADES QUE LO RO
El caso de Mumia entra en su fase decisiva

La Fiscalía de Pensilvania ha recurrido el respaldo que el
Tribunal de Apelación del Tercer Circuito (TATC) dio hace
dos años al dictamen que, en 2001, supendió la pena
de muerte al activista y periodista Mumia Abu-Jamal
.

- Entrevista al abogado de Mumia: “Abu Jamal no va a callar para salvar su vida”

19/04/10 · 16:54
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El 19 de enero de este año, la Corte
Suprema de EE UU ha tomado una
decisión que podría terminar con la
reimposición de la pena de muerte
para Mumia Abu Jamal. En marzo
de 2008, el Tribunal de Apelaciones
del Tercer Circuito (TATC) respaldó
el dictamen de diciembre de
2001 promulgado por el Juez Yhon
que revocó la condena a muerte por
el asesinato de un policía en 1982,
pero confirmó los cargos y reafirmó
la culpabilidad de Mumia.

Si la Corte Suprema hubiese
aceptado la petición de la Fiscalía,
ésta podría haber ejecutado a Mumia
casi inmediatamente. Por el
contrario, si la hubiese rechazado,
la Fiscalía no tendría más remedio
que aceptar la cadena perpetua en
vez de la pena de muerte, o convocar
una nueva audiencia y pedir
otra vez la pena capital. Esta decisión
hubiese sido, dentro de lo que
cabe, más favorable para Abu Jamal
que la que finalmente tomó de
reenviar el caso a un tribunal menor
(de nuevo el TATC) para que reconsidere
el caso a la luz de las nuevas
circunstancias. Las nuevas circunstancias
son que la misma Corte
Suprema, reimpuso la pena de
muerte en otro caso totalmente
opuesto al de Mumia –el de un dirigente
neonazi que alardeó de cometer
tres homicidios en una ‘fiesta de
caza’ con el objeto de “limpiar”
Cleveland–. En esta situación, si el
TATC considera que la decisión de
la Corte es aplicable también al caso
de Mumia es muy posible que le
sea restaurada la pena de muerte.

Un juicio irregular

El 9 de diciembre de 1981, Mumia
Abu Jamal fue detenido, acusado de
disparar y matar a un policía. Fue
condenado a muerte al año siguiente.
Desde el principio las irregularidades
y los componentes racistas
del caso fueron evidentes para su
defensa y los grupos de apoyo de este
integrante de Panteras Negras.
Mumia era presidente de la Asociación
de Periodistas Negros de Philadelphia.
Gran parte de su trabajo era
denunciar y criticar la brutalidad y
corrupción policial de Philadelphia,
cuyas fuerzas del orden tienen el raro
honor de ser consideradas las segundas
más corruptas del país (las
primeras son las de Los Angeles).
El juicio lo llevó a cabo el juez
Sabo, quien tiene el récord de haber
condenado a más afroamericanos
a muerte de todo EE UU. Del jurado
popular se excluyó, expresamente
y a petición del fiscal, a todos
los afroamericamos. Incluso, el juez
declaró que iba a hacer todo lo posible
por “freír a ese negrata”. Con estas
premisas, la condena no podía
ser otra que la pena capital.

Preso por sus opiniones

Mumia lleva casi 30 años en una
celda del corredor de la muerte de
la que sólo puede salir una vez a la
semana. En ese tiempo se han desvelado
muchos detalles de su caso.
Sí había una pistola al lado de Mumia
que era de su propiedad, pero
ésta no fue disparada y tampoco le
hicieron las pruebas para detectar
si tenía pólvora en las manos con
las que se hubiese demostrado si
disparó o no algún arma. La confesión
fue “recordada de repente” por
la Policía varios meses después y
dicen que se hizo en el Hospital
mientras se recuperaba del disparo
en el pecho. Cinco testigos que afirmaron
haber visto huir de la escena
del crimen a una tercera persona
fueron desestimados. En cambio,
otros testigos declararon haber
sido presionados por la policía para
testificar en falso y varias personas
han sido obligadas también por la
policía a dar falso testimonio. Se
manipuló la escena del crimen, se
ocultaron pruebas y se entregaron
a los tribunales materiales alterados.

Y aún hay más, en junio de
1999, un asesino a sueldo llamado
Arnold Beverly, se confesó autor
del asesinato del policía por el que
había sido condenado Mumia. Asimismo,
confesó que le habían contratado
policías y mafiosos para liquidar
a ese agente que estaba investigando
precisamente una trama
de corrupción. Numerosos grupos
de ultraderecha están haciendo
campañas y boicots para pedir la
muerte de Beverly.

Pese a todas estas evidencias todas
las apelaciones y peticiones de
la defensa de Abu Jamal han sido
sistemáticamente rechazadas. ¿Por
qué? Sencillo. Porque, como dicen
sus familiares y amigos, no está
preso por el asesinato de un policía,
sino por sus opiniones y conducta
política. Por su compromiso
social, porque, como dicen sus grupos
de apoyo, siempre ha defendido
la libertad real para los afromericanos
y un mundo antirracista en
Estados Unidos. Mumia se ha convertido,
denuncian, en un chivo
porque informa de la corrupción y
la brutalidad policial; porque denuncia
su total impunidad si las víctimas
son jóvenes afroamericanos;
porque les dice que son prepotentes
y salvajes y están al servicio del
Estado y el Capital. Por las incómodas
verdades contra el sistema del
país que se proclama el más libre
del mundo y tiene el 25% de la población
reclusa del mundo.


40 AÑOS DE MILITANCIA

1968
Con 14 años ingresa en los Panteras
Negras (fundado dos años antes en
Oakland por Huey Newton y Bobby Seale).

DICIEMBRE DE 1981
Es acusado de disparar y matar al agente de
policía Daniel Faulkner y es juzgado por un
tribunal absolutamente ‘blanco’.

1999
La Fraternal Order of Police llama a hacer
un boicot económico a quienes hubiesen
apoyado alguna vez a Mumia. En junio, un
asesino a suelo (Arnold Beverly) se confiesa
autor del asesinato de Faulkner.

DICIEMBRE DE 2001
El dictamen del juez William Yohn revoca la
pena de muerte de Mumia. En marzo de
2008, el Tribunal de Apelaciones respaldó
dicho dictamen.

ENERO DE 2010
La Fiscalía de Pensilvania apela a la Corte
Suprema el respaldo al dictamen del juez
Yohn y ésta devuelve el caso al TATC que
podría reimponer la pena capital a Mumia.


EL CASO DE
LEONARD PELTIER

Leonard Peltier fue condenado a
dos cadenas perpetuas, acusado
de matar a sendos agentes
del FBI. La mayor prueba la
aportó Myrtle Poor Bear, una testigo
ocular de lo sucedido, que
después se retractaría. Su presencia
en el juicio, a petición de
la defensa de Peltier, no fue permitida.
Tampoco diferentes
documentos que prueban la inocencia
de este activista del American
Indian Movement.

“Dadas las dudas existentes
sobre su posicionamiento y dado
el hecho de que se han agotado
los posibles recursos ante el Tribunal
y que Peltier ha pasado más
de 32 años en la cárcel, pedimos
a la autoridad competente que
reconsidere su decisión”, explica
Angela Wright, de Amnistía Internacional.
Además, según reclama
Peltier de acuerdo a la legislación
por la que fue condenado “deben
concederme la libertad bajo palabra.
Pero por lo que hemos aprendido
del pasado, no podemos
estar seguros de nada”.

Campaña de recogida de firmas en apoyo a Mumia Abu Jamal
Firma [aquí->www.mumialegal.com].

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