EDUCACIÓN // CRECER EN LIBERTAD
Educación creadora

La Educación Creadora (EC) es expresión, creación y
juego en plena libertad, que extiende su aplicación a
cualquier faceta de la vida.

14/02/08 · 0:00
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APRENDIENDO. “El auténtico aprendizaje sólo se puede conseguir mediante el juego”.

Josemi Castro y Vega Martín, partiendo
del trabajo sobre pintura y dibujo
realizado por Arno Stern, han
investigado y profundizado la aplicación
de la EC al trabajo con arcilla,
el movimiento del cuerpo, el juego
y a cualquier otro aprendizaje.
Definen la EC como “la creación de
unas condiciones en las que es posible
afirmar nuestras propias necesidades
sin depender de condicionantes
ni modelos externos, aceptando
plenamente las diferencias y peculiaridades
personales”.

Josemi, tras conocer el trabajo de
Arno Stern, abandonó la educación
artística a la que se dedicaba.
Actualmente imparte clases en la
Universidad, en Santander, desde
donde expone su visión crítica sobre
la escuela y el aprendizaje: “La enseñanza
reglada entorpece el aprendizaje
al no permitir desarrollar intereses
personales”.
Las condiciones de la EC son difíciles
de encontrar en nuestra sociedad,
por lo que promueven talleres,
cursos y conferencias difundiendo y
formando a personas en sus criterios
metodológicos.

Grupos heterogéneos

Trabajan con grupos muy heterogéneos
(de edad, sexo, formación…)
porque consideran que “así
es más sencillo aceptar las diferencias
como algo consustancial a cada
persona, sin comparaciones,
manifestándose cada cual tal como
es, respetando sus propios intereses.
La solidaridad y el respeto se
dan de forma espontánea”.
Consideran que cuando la escuela
agrupa a los niños por edades y
los somete a unos mismos objetivos
y programas de aprendizaje, los incita
sin pretenderlo a que compitan
entre ellos por demostrar quién es el
mejor. En sus talleres se habla de todo
pero nunca de lo que se trabaja.
Lo habitual es que desde la infancia
‘otros’ juzguen todos nuestros
actos, por lo que tendemos a condicionar
nuestras acciones a buscar la
aceptación de los demás. Los talleres
de EC, sin embargo, son espacios
de no juicio: promueven la libre
expresión de cada quien desde sus
propias necesidades, sin buscar
aprobaciones de nadie.
La función del educador en EC no
es enseñar, corregir, dirigir, juzgar,
interpretar, acelerar o retrasar procesos,
sino asistir, respetar el ritmo
de cada persona y hacer más agradable
el trabajo.

Según Vega, “la EC puede aplicarse
a cualquier proceso de aprendizaje
pues confía en la capacidad
innata de toda persona para relacionarse
con el mundo que le rodea
y para decidir los conocimientos
que necesita para su vida en función
de sus propios ritmos, necesidades
e intereses”.

Cada vez son más las personas en
Cantabria que aplican y difunden
los principios de la EC en diferentes
ámbitos: tiempo libre, educación
formal, familias… demostrando que
otra educación es posible

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