La apología al Franquismo sigue
vigente en las calles y plazas de
Cantabria. Mientras los grupos
parlamentarios cántabros siguen
debatiendo acerca de la aplicación
de la Ley de Memoria Histórica,
monumentos que rinden homenaje
al dictador y a ministros franquistas
continúan ‘adornando’ las
calles de diversas ciudades y pueblos
de la Comunidad Autónoma.

En Santander, la estatua ecuestre
del dictador preside la plaza
principal de la ciudad. Pese a la
aprobación de la ley y al informe
presentado hace seis años por una
subcomisión oficial de expertos
historiadores, el grupo parlamentario
del PP, liderado por el alcalde,
Iñigo de la Serna, cree necesaria
una nueva comisión para debatir la
aplicación de la ley. Por otra parte,
el obispo de Santander, Vicente
Jiménez Zamora, ha declarado la
“innecesariedad” de la aplicación
de la ley y, en consecuencia, del derribo
de los símbolos franquistas.
La postura del PP de rechazo a la
aplicación de la ley es apoyada en
Santoña por la alcaldesa, Puerto
Gallego, del PSOE. En sus declaraciones,
a principios de noviembre
de 2007, abogó por no retirar el monumento
a Carrero Blanco, a pesar
de posicionarse a favor de la ley.
Además, Leoncio Calle Pila, edil de
Falange en este Ayuntamiento, declaró
provocativamente: “No hay
cojones de tirarlo”.