REINO UNIDO // EL GOBIERNO TORY BLOQUEA LAS INVESTIGACIONES QUE DEBEN ESCLARECER LAS CAUSAS DE LAS PROTESTAS D
Cameron ofrece represión tras los disturbios

El Gobierno de Cameron aprovecha los disturbios de
agosto para dar un contundente giro a la derecha
en sus políticas de orden público.

26/09/11 · 8:00
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Foto: Todd G

Tras las revueltas callejeras de
agosto en Reino Unido, el primer
ministro del Gobierno británico
ha aprovechado una opinión pública
sensiblemente crispada para
endurecer los mecanismos represivos
del Estado.
David Cameron
se ha mostrado duro e inflexible y
ha ignorado las voces críticas de
la oposición y diferentes sectores
sociales que demandan una investigación
oficial de las causas socioeconómicas
que se esconden
tras las revueltas.

Del 7 al 11 de agosto, miles de jóvenes
se lanzaron a quemar casas y
comercios, destruir y saquear todo
lo que encontraron a su paso. Tras
unos primeros días de desconcierto,
con el Gobierno en pleno de vacaciones,
Cameron dio carta blanca a
la policía para controlar los disturbios.

Usaron pelotas de goma y cañones
de agua. Un extremo, este
último, inaudito en la historia reciente
de Inglaterra, que contó con
el beneplácito de la población: el
90% se declaró a favor de dicha medida.
Se barajó sacar el Ejército a la
calle,
posibilidad que según la misma
encuesta llegó a contar con el
apoyo del 77% de la opinión pública.
La encuesta de The Sun mostraba
incluso que un 33% de la población
era partidaria de la utilización
de munición real.

“Os vamos a buscar”

El 13 de agosto, Cameron prometió
mano dura contra los autores de las
revueltas: “A la minoría de los sin
ley, a los criminales que se han quedado
con todo lo que han podido,
os vamos a buscar, os vamos a encontrar,
os vamos a acusar ante los
tribunales, os vamos a castigar y
vais a pagar todo lo que habéis hecho”,
aseguró el primer ministro.
Veinte mil sospechosos fueron
detenidos.
Un número importante
de ellos juzgados y algunos condenados
a varios años de cárcel.

Llama la atención la dureza ejemplarizante
de sentencias
como la
de los jóvenes Jordan Blackshaw y
Perry Sutcliffe-Keenan, de tan sólo
20 y 22 años respectivamente, ambos
del noroeste de Inglaterra, que
han sido condenados a cuatro años
de cárcel por convocar revueltas
en internet que no tuvieron seguimiento
alguno y a las que únicamente
acudió la policía, o el caso
de un estudiante que fue condenado
a seis meses de prisión por robar
una caja de botellas de agua en
un supermercado.

Frente a la polémica sobre lo
desproporcionado de dichas condenas,
el primer ministro se ha reafirmado
en su defensa de la actuación
judicial. Ha argumentado
que las sentencias pretenden enviar
un mensaje claro de que “todo
acto tiene consecuencias”, e ignorado
las advertencias de las asociaciones
que trabajan en defensa de
los derechos humanos: “No vamos
a consentir que ningún tipo de queja
sobre derechos humanos se interponga
a la publicación de las fotos
de estos individuos”,
ha declarado.
Muchos de los autores de los
disturbios eran menores.

A la espera de estudios más exhaustivos,
todo indica que los altos
índices de desempleo juvenil,
racismo, marginalidad, y un sistema
educativo crecientemente clasista,
junto a los nuevos recortes

asociados a la crisis financiera, están
en el origen de los disturbios.
En los últimos meses las tasas universitarias
se han triplicado (han
pasado de 3.800 libras a 10.600 libras
anuales), se han cerrado espacios
dedicados a la inclusión social
como las asociaciones juveniles
de los barrios y se han suspendido
ayudas sociales destinadas a
los sectores más desfavorecidos.

Problemas sociales de fondo

Anteriores incidentes de desorden
público, como los disturbios de
Brixton en 1981 u Oldham en 2001,
llevaron a investigaciones y revisiones
oficiales que evidenciaron que
las revueltas eran una llamada de
atención ante la problemática social.

Tim Newborn, presidente de
la Asociación Británica de Criminología
y consejero de la policía
metropolitana y la Home Office, ha
señalado que existe “una necesidad
urgente de efectuar una investigación
social rigurosa que mire sin
prejuicios hacia las causas y las
consecuencias de las revueltas”.
Incluso el príncipe Carlos y su mujer
Camilla han dicho que detrás de
los acontecimientos “hay una juventud
pidiendo ayuda”.

No obstante, el Gobierno conservador
ha desoído una y otra
vez las llamadas hacia una investigación
nacional pública sobre
las causas socioeconómicas del
conflicto y ha amenazado con emprender
toda una serie de reformas
aún sin concretar que prometen
limitar derechos y libertades a
corto y medio plazo.
Entre estas medidas podría estar
la imposición de toques de
queda.
La ministra de Interior
Theresa May, considera “insuficiente”
que actualmente la ley sólo
permita acordonar y desalojar
zonas concretas con notificación
previa. Desde 2009, Londres, también
bajo poder conservador, ya
había establecido en zonas determinadas
de la capital el toque de
queda para menores de 16 años
dentro de las medidas contra el
antisocial behaviour (comportamiento
antisocial). La medida podría
extenderse al resto de Reino
Unido.

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comentarios

1

  • |
    anónima
    |
    26/09/2011 - 3:50pm
    Sr. Cameron: ¿Piensa poner medidas ejemplarizantes contra la corrupción política de su país? ¿Se autorizaron medidas "excepcionales" en los interrogatorios? ... Seguro que a los incendiarios les caen las mismas condenas que al ladrón de botellines de agua.
  • Foto: Todd G
    Foto: Todd G
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