A Jesús lo apedrearon, me parece. O no. Había uno al que lo apedrearon y Jesús dijo: “ey, no; que lance la primera piedra quien no haya pecado”. Y la masa enfurecida escondió la mano y arrojó la piedra hacia otro sitio, con vergüenza. Era algo así, ¿verdad? Lo recuerdo porque yo hice la primera comunión y la confirmación, vestida de blanco y con una vela en la mano, y la profesora Teresita, que era muy buena persona, nos contaba estas cosas que estaban escritas en la biblia. La profe también decía que un día Jesús convirtió el agua en vino y los panes en peces. Y dijo: que se multipliquen los panes y, voila, pan para todo el mundo. Sí, y también nos contó que quien dio a luz a Jesús, lo hizo sin haber mantenido relaciones sexuales previamente. Es decir, el niño nació sin que hubiera habido una fecundación.

Por si las dudas: Jesús en general me parece un muy buen tipo. La cosa no va con él. La cosa es otra. A mí lo que siempre me ha llamado la atención es que convertir panes en peces, agua en vino o dar a luz sin haber mantenido relaciones sexuales previamente se haya asumido durante siglos como natural, cuando no lo es, ¿no?

A propósito de lo natural, ESO que parece preocuparle a usted mucho, Dra. Hernández, a los ecuatorianos nos ha llegado una carta dirigida al Sr. Presidente. En ella, parece ratificarse un casamiento entre usted y el Presidente. Una unión que se corona nombrándola directora de la ENIPLA (Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar y Prevención del Embarazo en Adolescentes). Un casamiento con la bendición de la Iglesia. Una boda ideológica, no me malinterprete. Ay, no, ideológica no, que usted dice que las cosas que son ideológicas no tienen validez, como el género por ejemplo.

¿Qué tipo de boda sería, entonces? No sé qué revistas lee usted o si lee revistas. Las del corazón son buenísimas. Allí una puede enterarse de parte de la vida social de las clases altas en Guayaquil, Quito y Cuenca. Matrimonios, inauguraciones, bautizos. Allí, en esas revistas, a una le pueden explicar qué es una boda:

"Una boda es uno de los momentos más especiales en la vida de muchas personas y, en particular, para muchas mujeres. Por ello, si se desea que quede grabada en la mente de los asistentes se le tiene que dar un estilo que la haga destacar de las demás. ¿Te has dado cuenta de que cada boda tiene su propio estilo? Piensa en las que has ido y seguro recordarás algunos detalles que las caracterizan y que las hacen totalmente distintas unas de otras."

También se puede una encontrar diversas clasificaciones de los tipos de bodas existentes, algo que es de sumo interés: la clásica, la glam, la romántica, la campestre, la étnica, la minimalista o la temática personal. Si se me permite el atrevimiento, si a mí me diesen a elegir yo diría que usted y el señor presidente han contraído una boda más tradicional, es decir, que se apega a los detalles exquisitos, pero que no gusta de probar cosas diferentes, ni mucho menos extravagantes. Ahora bien, si el Sr. Presidente decidiese utilizar una camisa estilo más folk –como a él le gusta- entonces sería más bien una boda étnica. No puedo imaginar qué traje le correspondería utilizar para la ocasión, Dra. Hernández.

Bien.

Hablábamos de lo natural. Al leer el análisis que usted ha preparado para el Sr. Presidente sobre los cuadernos metodológicos de la ENIPLA, se nota una gran preocupación por su parte en subrayar que las diferencias entre hombre y mujeres son naturales y no producto de una construcción social. Dice que el género es una mirada ideológica y no científica y que se fundamenta en algo, a su modo de ver, insostenible: el patriarcado. Ni hablar del feminismo. Esa cosa innombrable. Satánica. Peor aún, de anticonceptivos, educación sexual y reproductiva; del derecho de las mujeres a decidir sobre nuestros cuerpos. Ni hablar.

Yo no voy a entrar en discusiones epistemológicas (aunque no deja de asombrarme el uso curioso que se hace de lo científico en su análisis) ni a preguntarle si ha leído alguna vez a Simone de Beauvoir o si conoce la producción académica y las luchas llevadas a cabo por mujeres en todo el mundo para que usted y yo, por ejemplo, hayamos tenido la oportunidad de asistir a la universidad. Yo no sé si usted o alguna mujer a la que tiene afecto ha experimentado algún tipo de violencia sexual, si alguien en su familia es homosexual o si alguna vez ha tenido que escuchar el testimonio de una amiga o hermana que ha sido víctima de maltrato y abusos por parte de su pareja. Si las estadísticas le parecen lo suficientemente objetivas, es más que probable que sí y seguramente usted o alguien de su familia ha sufrido algún tipo de violencia sexual o sea víctima de maltratos. Es un hecho que las hijas adolescentes de sus amigas mantienen relaciones sexuales, que más de una se ha quedado embarazada y que ha abortado en una clínica privada. Si usted tiene hijos, a lo mejor algún nieto o bisnieto será transexual o intersexual. Quién sabe.

Yo no voy a preguntar. Lo que sí sé es que, gracias a usted y a las ideas del grupo al que representa (Opus Dei), la cifra de mujeres asesinadas por sus parejas sentimentales, los abusos sexuales y las violaciones, las muertes de adolescentes que abortan, la exclusión de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y personas intersexuales, no sólo seguirán reproduciéndose, sino que aumentarán. En suma, gracias a usted y a su matrimonio con el Sr. Presidente de la República, el mundo, para las mujeres, será peor. Usted, Dra. Hernández, a través de la ideología a la que representa, hará de éste un lugar peor para vivir.

En nombre de las mujeres ecuatorianas, le pido, Dra. Hernández, renuncie a su cargo. Regrese a su iglesia. No, no es cuestión de milagros. Es cuestión de vida, Dra. Hernández. De la de los suyos. De las de los nuestos. De todas las vidas.

SIN DIOS, SIN PATRIA Y SIN MARIDO

María Fernanda Moscoso

(mafe)