Movimientos
Interrogando la "crisis" desde miradas feministas
07
Jun
2013
22:56
Nuestros cuerpos, nuestras vidas
Por Vidas precarias

Hace bien poco tuve que escuchar diversos alegatos en contra de la capacidad de las mujeres a decidir sobre sus propios cuerpos. Fue durante unas jornadas de bioética (bio¿ética?) celebradas entre la universidad Deusto y la UPV/EHU en Bilbao. Estas jornadas destacaban, cómo no, por estar compuestas mayoritariamente (y en las posiciones de mayor poder) por hombres, blancos, heterosexuales, académicos, de clase ¿media?-alta, de edades avanzadas (entre mayores a secas y muy mayores). Hablaban desde los más lujosos salones de conferencias de las dos universidades (más en la privada, claro está, aunque contando con financiación pública, por supuesto). Alguno criticó a Gallardón por estar siendo “demasiado flojo” en su defensa del embrión como “ser humano” y otros explicitaron categóricamente que estaban “en contra del aborto en todos los casos”. No todas las jornadas fueron así y este post no versa sobre las mismas, pero esta gente, con toda la legitimidad que le estaban brindando dichas universidades, desde sus cómodas posiciones, afirmaba así su cultura del odio. Supongo que sólo desde la distancia que da la superioridad moral que creen poseer y la posición socio-económica y geopolítica desde la que hablan se puede sentenciar a muerte a esas otras sobre las que pesan semejantes discursos.

En paralelo, Beatriz, desde San Salvador, ciudad a la que había viajado desde el área rural en la que reside habitualmente, grababa este vídeo pidiendo al presidente Funes alguna intervención para salvar su vida. Diferentes colectivos feministas y defensores de los derechos sexuales y reproductivos han peleado junto a esta mujer de 22 años en El Salvador y, finalmente, tras esperar catorce semanas que han podido derivar en secuelas de por vida para Beatriz (además de poner en riesgo su vida), se le ha practicado una cesárea (tras la que el feto, anencefálico, ha muerto por ser incompatible con la vida, como ya se sabía) y podrá, esperemos, a partir de ahora recibir el tratamiento adecuado para la enfermedad que sufre.

Ha tenido gran repercusión mediática y la historia no es nueva para nadie. Pero no es sólo Beatriz. Las palabras de María Teresa Rivera, trabajadora de una maquila, muestran en este video otras de las consecuencias de la legislación que prohíbe el aborto en todos los casos. Esta mujer nos cuenta desde la cárcel cómo se le acusa de homicidio agravado, penado con cuarenta años, por no darse cuenta de estar embarazada y haber perdido al feto de manera involuntaria. La legislación y los grupos anti-derechos (autodenominados “pro-vida”) están condenando a lxs hijxs reales de ambas mujeres a vivir separados de sus madres. Al hijo de Beatriz (de un año y poco) le han separado de su madre durante el tiempo que ésta ha tenido que estar ingresada esperando, al hijo de María Teresa Rivera (de ocho años) le han obligado a crecer sin su madre. Está claro, por supuesto, que el motor y motivo de los grupos anti-derechos y de los obispos es la protección de la infancia.

No puedo copiar un vídeo con la voz de Manuela, que murió en una cárcel salvadoreña, pero Morena Herrera, activista de la Colectiva Feminista, nos cuenta su historia en este otro video [también aquí] Ella tuvo un aborto natural provocado por un cáncer linfático. En el hospital, al que fue tras sufrir el aborto, no le atendieron en condiciones y no le detectaron a tiempo el cáncer, demasiado preocupados por denunciarla por lo que, creyeron, había sido un “aborto clandestino”. Las vidas, reales, de estas mujeres no son, desde luego, de las que hablan los obispos, los “pro-vida”, los fascistas que tratan de imponer sus credos sobre nuestros cuerpos cuando hablan de “la vida”.

En el estado español, entre otros muchos lugares, el caso de Beatriz se ha recogido con indignación y desde el movimiento feminista se ha tratado de dar apoyo a nuestras compañeras salvadoreñas con concentraciones frente a la embajada (el martes en Madrid, aquí la lectura del comunicado y fotos; y convocado para el miércoles en Barcelona). Estos días está teniendo lugar en Euskadi, en Bilbao, el Tribunal de Derechos de las Mujeres, con la participación de Sara Beatriz García, activista feminista salvadoreña (que habla aquí con eldiaro). Feministas a lo largo y ancho de América Latina se han solidarizado con Beatriz y nos han recordado, una vez más, que esta lucha es de todas, que nosotras parimos, nosotras decidimos y si nos tocan a una, nos tocan a todas. Y, sin embargo, en este sistema, en esta Escandalosa Cosa que diría Haraway, la iglesia católica con el vaticano a la cabeza, los políticos irresponsables, los catedráticos de turno que hablan desde sus cómodos sillones, desde sus placenteras posiciones, tratan de imponer una moral que sólo llega a hacerse carne en las mujeres con menos recursos, las que habitan los márgenes. Estos señores (y mayoritariamente lo son) son quienes tienen el poder de modelar y decidir las leyes, los que pueden hablar y definir “la vida”. Tanto para prohibir el aborto y condenar a las mujeres a la muerte, como en el caso de Manuela, a torturas, como la que ha vivido Beatriz, a la cárcel, como el caso de Teresa Rivera o al sufrimiento, y riesgo de muerte, de abortos inseguros en condiciones precarias o al horror de tener que pasar un embarazo, un parto y una maternidad no deseada, como es el de millones de mujeres a lo largo y ancho del mundo. Pero no es sólo eso, también tienen el poder de influir en las políticas en torno a la adopción, la reproducción asistida, las pruebas durante el embarazo. Hay muchos frentes abiertos que necesitan respuestas feministas, millones de debates en marcha, millones por empezar.

Aunque estos casos tan extremos los veamos ahora en El Salvador, no podemos perder en ningún momento de vista que aquí, en el estado español, hay grupos con fuerza que quieren imponer exactamente lo mismo, tratando de definir qué vidas merecen ser cuidadas y cuáles no, qué cuerpos merecen tener control sobre sí mismos y cuáles pueden ser colonizados. Estoy siendo repetitiva, lo sé, pero de nuevo termino diciendo que ni allá ni acá tienen nada que decir ni estos “expertos”, ni los obispos, ni los chulos de turno, que acá y allá:

Las mujeres deciden
El Estado garantiza
La sociedad respeta
Las iglesias no intervienen

sara
 

 

Beatriz, la negación del derecho a la salud from Mariana Moisa on Vimeo.

Las consecuencias de la penalización absoluta del aborto en El Salvador from Mariana Moisa on Vimeo.

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Vidas precarias

Hoy, en medio de una de las tantas tormentas de la lluvia ácida del capital, mezclamos voces, deseos y miradas feministas para interrogar la realidad desde otros lugares que no sean el sujeto obrero-blanco-heterosexual-urbano que hace tiempo dejó de representarnos. Aquí nos encontramos amaia orozco, Haizea M. Alvarez, Martu Langstrumpf, Sara LF y Silvia L. Gil, partiendo de nuestros cotidianos para conversar entre nosotras y con otras en las fugas y resistencias que visibilizan conflictos y generan otras formas de vida.

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