Me acuerdo que miré al médico y ni siquiera me miró a los ojos, o sea, de eso me acuerdo... ningún médico me miró a los ojos...fue como...y yo buscando como... eso de... eh, tío, estoy viendo a una persona que me puede decir... llama a mi mamá, ¿no?.... nada, nada, ahí cero... ahí quedé alucinando, con el servicio médico aluciné... como si estuvieran acostumbrados a la situación.
Rodrigo Lanza (en "Ciutat Morta")
Hace un par de semanas vi Ciutat Morta, largometraje que aborda el conocido como "caso 4F", del cual había leído mucho desde que sucedió. El documental habla de violencia policial, de torturas, de juzgados corruptos, de una ciudad que vive luchando contra los movimientos sociales que crecen en ella, de injusticia... El largometraje habla de todas esas cosas y en un momento concreto menciona algo que a mi me dejó helado.
Cuando Rodrigo Lanza relata el párrafo que abre este post no pude sino revolverme por dentro.
"...miré al médico y ni siquiera me miró a los ojos,..."
"...con el servicio médico aluciné... como si estuvieran acostumbrados a la situación."
A nadie que haya realizado asistencia clínica en Urgencias de un centro de salud o de un hospital se le escapa la situación genérica que Rodrigo Lanza particulariza. La policía lleva a un detenido al centro sanitario, entra con él en la consulta y en cierto modo trata de establecer una relación con el médico basada en que tanto policía como sanitarios llevamos uniforme y, en ese momento, representamos a dos aspectos distintos (o no tanto) de "el poder".
No hay nadie de mi entorno sanitario con quien haya comentado estas situaciones y que no confiese, aunque sea en voz baja, sentir aprioristicamente tendencia a posicionarse del lado del detenido o de la policía. No es la función del médico la de esclarecer si esas costillas rotas son consecuencia de una patada intencionada por parte de un policía o de una caída huyendo de la misma, pero sí está en mano del médico tener claro si ante una situación de asimetría de poder se sitúa del lado del fuerte o del débil.
Rodrigo Lanza cuenta que llegó con el cuerpo reventado a hostias y los médicos ni le miraron a la cara. Hacer eso en un país en el que se producen torturas a personas detenidas (Amnistía Internacional) -y donde la investigación de esas torturas se obstaculiza o se margina (Tribunal Europeo de Derechos Humanos)- mirar hacia otro lado no es indiferencia, sino una clara toma de partido.
La profesión médica siempre ha estado íntimamente ligada a brutalidades ejercidas desde el poder en nombre de la justicia y la seguridad; el caso típico es el de la pena de muerte, pero leyendo el resumen del informe del Senado de los EEUU sobre las técnicas de interrogatorio de la CIA durante la administración Bush uno puede encontrar varias referencias a la participación directa (acreditando buen estado físico para resistir ciertas prácticas, por ejemplo) de sanitarios -médicos, asistentes médicos,...- en estas prácticas:
In the case of Abu Hazim, on May 4, 2003, the CIA regional medical officer examined Abu Hazimand recommended that he avoid all weightbearing activities for an additional five weeks due to his broken foot.^^^ In the case of Abd al-Karim, on April 18, 2003, a CIA physician assistant recommended that al-Karim avoid extended standing for "a couple of weeks."^^^ Six days later, onApril 24, 2003, CIA Headquarters reviewed x-rays of al-Karim'sfoot, diagnosing him with a brokenfoot, and reconmiending no weight bearing and the use of crutches fora total ofthree months.^^^ Despite these recommendations, onMay 10, 2003, CIA interrogators believed that both Hazim and al-Karimwere "strong mentally and physically due to [their] ability to sleep in the sitting position."^^^ On May 12, 2003, a different CIA physician assistant, who had not been involved in the previous examinations determining the need for the detainees to avoid weight bearing, stated that it was his "opinion" that Abu Hazim's and Abd al-Karim's injuries were "sufficiently healed to allow being placed in the standing sleep deprivation position."^^^ He further reported that hehad"consulted with [CIA's Office of Medical Services] via secure phone and OMS medical officer concurred in this assessment."^^^
When asked about the possibility that detainees subjected to standing sleep deprivation could suffer from edema, OMS (CIA Office of Medical Services) doctors informed the Department of Justice attorneys that it was not a problem as the CIA would "adjust shackles or [the] method of applying the technique as necessary to prevent edema, as well as any chafing or over-tightness from the shackles."
The OLC repeated the CIA's representations that "the effect of the waterboard is to induce a sensation of drowning," that "the detainee experiences this sensation even if he is aware that he is not actually drowning," and that "as far as can be determined, [Abu Zubaydah and KSM] did not experience physical pain or, in the professional judgment of doctors, is there any medical reason to believe they would have done so." The OLC fLirther accepted that physical sensations associated with waterboarding, such as choking, "end when the application ends."
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Somos un grupo de médicos (jóvenes que van dejando de serlo) de diferentes lugares de España que, tras compartir pasados comunes de asociacionismo utilizamos este blog como espacio de reivindicación y toma de conciencia para hablar sobre medicina, sanidad, salud y sus determinantes sociales y económicos.
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