Artículo escrito por Nestor Salvador. Responsable nacional de coordinación interna del SAT y miembro del Grupo de Estudios Juan Díaz del Moral.
En Andalucía como en el resto del estado español tras este ciclo electoral hemos visto como el bipartidismo ha ido perdiendo terreno tanto a nivel municipal, como a nivel andaluz y a nivel estatal, pero frente a otros pueblos como el valenciano, el gallego o el catalán en Andalucía no se ha sido capaz de construir una herramienta política que diera voz a Andalucía como sujeto político y que se trasformara en una auténtica marea política que rompiera la hegemonía del PSOE en el caso andaluz (el PP en el caso gallego y valenciano, o CIU en el caso catalan).
En el plano municipal hemos visto cómo se han ganado ayuntamientos importantes en ciudades como Cádiz o Puerto real, que se han mantenido o ganado pueblos históricos como El Coronil, Marinaleda, Gilena, pero más allá de eso la mayoría del poder municipal se sigue mantenido en manos del bipartidismo.
En el plano andaluz los 15 diputados de PODEMOS y la no mayoría absoluta del PSOE y el consiguiente apoyo de Ciudadanos ha puesto de manifiesto 2 cosas:
1-Que Ciudadanos era una herramienta política para mantener al bipartidismo en Andalucía tenemos 2 muestras en su apoyo al gobierno de Susana Díaz, y a nivel munipal en el apoyo al PP en ciudades como Jaén o Granada.
2- Que el PSOE andaluz ha construido una hegemonía en Andalucía que además de sus redes clientelares y su grupo mediático de apoyo, se sustenta en un discurso andalucista y de izquierdas, presentándose como los defensores de Andalucía, cualquier partido que quiera romper su hegemonía tendrá que hacerlo partiendo de estos marcos ganadores.
En el plano estatal las elecciones del 20D confirmaron la fortaleza del PSOE andaluz, y la ausencia dentro de PODEMOS y del resto de fuerzas políticas del debate para construir una marca andaluza electoral que llevara la voz de Andalucía al congreso, como si ocurrió en el país valencia, Cataluña, Galicia. En ningún momento se ha planteado o a salido al menos a nivel público que los parlamentarios andaluces de PODEMOS tuvieran grupo propio, los requerimientos en el parlamento de Andalucía del parlamentario de PODEMOS Andalucía, José Luis serrano a los grupos políticos para que respetaran a Andalucía que se ganó su voz política en las movilizaciones del 4 de diciembre y en las votaciones del 28 de febrero, han quedado en papel mojado en la propia praxis de PODEMOS en las elecciones estatales configurando unas listas y con unas dinámicas impuestas desde Madrid.
Con lo cual pese a reconocer avances en el plano político, creemos que es del todo insuficiente en los momentos actuales. Son momentos donde la política está entrando en un periodo de incertidumbre que nos hace pensar que nuevas oportunidades, momentos en los que Andalucía tiene que tener voz propia.
En el 22-M tuvimos un claro ejemplo. Al amparo de aquellas movilizaciones, en las que el SAT tuvo un papel predominante, antes, durante y después de las mismas, diferentes fuerzas de la izquierda política obtuvieron sus recompensas en las pasadas elecciones europeas del 25 de Mayo. La falta de referente político claro hizo que el andalucismo político no se encontrara entre ellas. Nuevamente el soberanismo andaluz parece llegar mal y tarde a los cambios políticos que se están desarrollando en estos mismos momentos y que parecen imparables.
Nuevos espacios políticos se están abriendo ahora mismo y los soberanistas andaluces, los andaluces de conciencia que tenemos claro la necesidad de luchar por nuestro pueblo, no podemos ser ajenos a la apertura de nuevas posibilidades en los mismos. No basta con pensar que tenemos la razón en nuestros argumentos para defender tal lucha, debemos tratar de tener éxito en ella, ser capaces de llegar a la gente allí donde la gente esté, hacer ver a nuestro pueblo que la realidad andaluza tiene unas peculiaridades presentes e históricas, y, por tanto, futuras, que no se pueden obviar en el debate político actual. Para ello hay que tener altura de miras y darse cuenta del peculiar momento, con todo un proceso destituyente del régimen español del 78 en marcha, que estamos viviendo.
El pueblo andaluz necesita tener su propia voz en todos aquellos espacios donde se vayan a tomar decisiones importantes en los próximos tiempos. Necesita tener representantes políticos capaces de impulsar tal voz y llevar la problemática andaluza a tales espacios. Creemos que la experiencia del SAT en estos dos últimos años nos ha demostrado que tal hecho es posible. Que el discurso en clave andaluza puede y debe tener éxito entre los andaluces y andaluzas. Y que ello, además, se puede hacer de diferentes formas, por diferentes vías, pensando siempre en clave futura, a objeto de hacer crecer el soberanismo andaluz de izquierdas entre nuestro pueblo de cara a una futura unión común del mismo.
Porque si Andalucía no tiene voz en este proceso de cambio constitucional va salir un estado desigual donde Andalucía va salir perdiendo una vez más, se va traducir en un estado confederal del norte y ni autonómico del sur, en la práctica la traducción va ser que Andalucía en este proceso histórico que se abre sale perdiendo, a no ser que seamos capaces de organizar el cambio en Andalucía, si somos capaces de tomar ese espacio andalucista.
Nosotros tenemos que creernos que Andalucía sea y ejerza como sujeto político propio es vital para el futuro político de nuestro pueblo y para la aportación al cambio político en el estado, como han demostrado en estas elecciones otros “pueblos periféricos”, el cambio no vendrá del centro.
Además pensamos que el nacionalismo de izquierdas es una herramienta de cambio, lo que no soporta hoy la Unión europea y el bipartidismo del estado español es el nacionalismo de clase, el nacionalismo revolucionario, el nacionalismo que mezcla la lucha de clases con la lucha nacional, la mejor forma de lucha nacional es la lucha de clases.
Las fuerzas andalucistas podemos o no participar en las elecciones estatales o en procesos de marco estatal, lo que si debemos ser es hegemónicos en Andalucía, ese papel le corresponde un trabajo importante a la CUT en el plano institucional y al SAT en el plano sindical.
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Pensar la tierra es un espacio abierto de reflexión, debate y análisis del contexto de las luchas sociales rurales y los movimientos de transformación desde el campo en Andalucía. Pensando desde el sur, junto al resto de luchas y pueblos que entienden sur como rumbo de emancipación. Construyendo nuestra Andalucía desde sus luchas, sus latidos y sus sueños de tierra y libertad, sabiendo que hay ya un mundo que nace a cada paso de un pueblo que camina.
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