08
Nov
2013
13:04
De vuelta del Agora99
Por Fundación de los Comunes

¿Qué ha pasado en Roma este primer fin de semana de noviembre? Aquí algunas apreciaciones sobre el encuentro Agora99.

                       

 

El encuentro ha superado ligeramente en número a los participantes del año anterior en Madrid. Pero hay un hecho más destacable que este: la pluralidad de procedencias (15 países europeos, incluyendo a Turquía) y la fuerte presencia de instancias de lucha del sur de Europa (sobre todo de Grecia, de donde acostumbra a ser muy complicado que las luchas se impliquen en este tipo de encuentros). Esto ha hecho que el encuentro haya tenido un carácter fuerte en relación a las distintos conflictos abiertos: sanidad, vivienda, educación, derecho a la ciudad, red y tecnopolítica, comunes urbanos y comunes medioambientales. También ha contribuido a ello la metodología de trabajo de los workshops, facilitada por la presencia de esa pluralidad de peleas concretas. Los workshops han permitido una transversalización y una transnacionalización de las luchas y los procesos organizativos. Han operado no como simples presentaciones o talleres (en el sentido laxo de la palabra), sino como espacios de trabajo y organización directamente europeos. De ahí el surgimiento de discusiones estratégicas y tácticas de gran interés que han logrado superar la alternancia entre el “anecdotismo” (nosotros hacemos esto, nosotras esto otro...) y el “convocatorismo” (convoquemos esta acción, convoquemos esta otra...).

Un ejemplo interesante se ha dado en el workshop “Health and Healthcare”, que ha puesto en discusión la red de CAPs autogestionados de Grecia (¡ya son más de 50!), Yo sí Sanidad Universal, experiencias emergentes de ambulatorios autogestionados en Roma y Milán, y otras similares de Alemania. La salud no solo empieza a ser un campo sólido de batalla, sino que también está iniciando su transnacionalización. Otro resultado positivo de esta metodología fue el taller “Struggle for housing rights”, donde una interesante presentación de la PAH sirvió para entablar una discusión estratégica con colectivos griegos que se están organizando para crear una PAH, ya que la derogación de la ley griega que prohíbe los desahucios de las primeras viviendas (efectiva a partir del 1 de enero de 2014) permitirá que bancos y rentistas expulsen a miles de personas de sus casas.

Si bien los tres ejes del encuentro siguen funcionando muy bien (derechos, deuda, democracia), se ha cuestionado en algunos momentos la necesidad de mantenerlos así de cara a próximas citas. En relación a esto es importante destacar la emergencia de discusiones sobre la cuestión tecnopolítica, que han alcanzado una importancia muy destacable en este Agora99 a raíz de la presentación y discusión de la investigación realizada por @Datanalysis15m el primer día del encuentro. La red abre nuevos potenciales para la acción política que habrán de ser estudiados, desarrollados, discutidos y puestos en práctica para el desarrollo de un movimiento europeo. Esta necesidad empieza a ser percibida por un espectro cada vez más amplio de luchas.

En relación a la cuestión tecnopolítica,  otro elemento que ha adquirido una dimensión transversal es la cuestión constituyente. El debate fue abierto por enRed en el workshop "Constituent process in Europe: the charter for democracy" a partir de La Carta por la democracia que esta red ha redactado con la intención de usarla como elemento de articulación política en pos de un movimiento de revolución democrática desde abajo. Lo que mostró la discusión fue la enorme pluralidad de posiciones a partir de las cuales se asume la cuestión constituyente en los diferentes territorios de Europa, lo que evidencian tanto la gran diferencia de marcos jurídicos como la enorme riqueza de las luchas. Si bien la producción de nuevos ordenamientos constitucionales debe ser reconsiderada teniendo en cuenta esta pluralidad de contextos, lo que sí se reconoce como un elemento ineludible -de ahí su carácter transversal- es el hecho de que las luchas asuman un carácter constituyente, es decir, que produzcan nuevas instituciones y nueva subjetividad.

Sensación, por lo tanto, de que este Agora99 marca un cierto momento de inflexión en el proceso de organización europeo. De que empezamos a tomar con seriedad el espacio continental y a comprender la importancia de la transnacionalización de los conflictos. Es fundamental, por lo tanto, que las distintas redes y colectivos abran espacios de discusión sobre la cuestión europea y que estos encuentros ocupen un lugar central en la agenda común.

Como se ha dicho este fin de semana, lo que está en juego no es tanto La Europa (en un sentido unitario), sino las muchas europas del 99%, las múltiples instancias y realidades que pueblan el continente y quieren transformarlo de abajo a arriba.

 

Adriá Rodríguez

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