Saberes
Aprendizajes desclasados e inclasificables
17
Jul
2013
16:42
Conocimientos, euro dreams y neo-colonialismo
Por Fuera de clase


 

Para Caroline Betemps, Andrea Kropman y Nicolás Mazzini

¿Eres de Ecuador? me preguntan en España. Yo respondo que sí. Silencio y sonrisa. Aguardo porque a continuación escucharé dos respuestas automáticas. La primera tiene que ver con mis 1.76 cm. de altura y la segunda alude a aquella chica, también ecuatoriana (o colombiana o peruana, ¡da igual!), que cuida a la abuela de la persona en cuestión o que limpia los desechos de su casa su cuerpo su vida. A la muchacha le han cogido cariño todos en la familia. Lo que viene a continuación se ha vuelto fácil de predecir también: el argumento que se utiliza para justificar este afecto es su buena educación. La conversación suele concluir allí porque casi nunca tenemos más que decirnos; excepto una vez en la que decidí saltarme el guión y pregunté por la educación de esas mujeres. La buena educación consiste en ser, cómo te digo, como sois allí mujer, silenciosas, suaves, limpias, trabajadoras y obedientes muy obedientes. No sé si me explico. ¡Claro, claro que te explicas!

Un estudio del colectivo IOE refleja que un buen número de esas mujeres presenta un nivel académico alto, es decir, títulos y esas cosas importantes. Pero en realidad no hace falta recurrir a datos para comprender que en aquellos días en los que hubo trabajo en España, el mercado se caracterizó por estar poderosamente etnificado: las mujeres llegaban, ocupaban ciertos puestos pocos valorados que no correspondían con sus titulaciones, estudios y experiencias y que, sobre todo, no estaban vinculados a la capacidad para construir, producir y reproducir unos conocimiento de los que eran portadoras pero que ni eran ni son reconocidos. ¡Eso no!

Luego, la historia es al revés y Ecuador y el sur de América se han convertido en lugares en los que se han creado nichos de trabajo para algunxs de lxs expulsados del euro dream. “No nos vamos, nos echan” cantan lxs bellos euracas en las plazas. Sin embargo, en todo esto hay algo que resulta inquietante o al menos contradictorio. ¿Cómo es que lxs así llamados especialistas, investigadorxs, expertos y académicxs españolxs son capaces de insertarse de manera más o menos fácil en un sector del mercado latinoamericano y no al revés? Se me responde que en Ecuador, por ejemplo, hace falta aquello que lxs tecnócratas del conocimiento llaman cuadros, es decir, personas con títulos altamente valorados en el mercado –léase PhDs y doctorados o conocimientos muy concretos en temas diversos. Por supuesto, el fenómeno de los mercados laborales etno-segmentados no es una situación peculiar de España y las posiciones que cada quien ocupamos no son estáticas, sino móviles: no es igual migrar desde Ecuador a España gracias a una beca doctoral que hacerlo con un título obtenido en una universidad ubicada en una zona rural y no es lo mismo migrar desde España a Londres con un título y varios idiomas bajo el brazo y trabajar de panaderxs o ir a colaborar en una universidad latinoamericana ocupando puestos y cargos de poder -como parece ser que ocurre cada vez con mayor frecuencia. Que no se me malinterprete: yo también sueño con un mundo sin fronteras y yo también opino que los centros de pensamiento deben ser espacios en los que es preciso articular, con otras regiones del mundo, proyectos intelectuales, políticos y éticos. Pero también creo que si en América Latina nos proponemos configurar un sistema de conocimiento que de verdad sea revolucionario, es preciso ocuparnos de dinamitar las lógicas coloniales que están en la raíz del mismo. Con esto quiero decir, por poner otro ejemplo, que mientras en España existe la tendencia a considerar que los títulos académicos obtenidos en Ecuador tienen poco valor social, paradójicamente, en algunos países del Sur de América ocurre lo mismo, esto es, también se desvalorizan los títulos obtenidos en la región. Claro, porque buena parte de la producción científica que se desarrolla en Latinoamérica está en manos de personas que nos hemos formado en el norte–léase Europa y EEUU. Nos repetimos y repetimos un régimen de repartición del conocimiento en el que la mayoría se queda fuera, perpetuando un sistema social clasista, racista y sexista.

Apostar, como se está haciendo, por un sistema de conocimiento que promete romper con las desigualdades sociales sólo podría ocurrir si éste es disidente, es decir, si implica des-colonizar la producción del conocimiento desde la práctica. En consecuencia, hacer una revolución educativa no puede significar trasladar los privilegios y reproducir las novedades académicas surgidas en otros lugares del mundo. Al contrario, esto recrudece, encubre y renueva las prácticas de neo-colonización y subalternización de un pensamiento excluyente y homogeneizador. Pregunto, sólo pregunto: ¿de verdad nos interesa calcar unas humanidades que perdieron terreno en razón del avance de la razón instrumental y la razón estratégica, cada vez más omnipresentes en las universidades yanquis, europeas y en los centros de estudio y de investigación desde el siglo XVI?

Quizás habría que reflexionar cada vez más junto a Silvia Rivera Cusicanqui en Bolivia, no tanto en términos de una geopolítica del conocimiento, sino también de una economía política del conocimiento en la que es preciso desmenuzar las estrategias económicas y los mecanismos materiales que operan detrás de los discursos sobre el conocimiento y sus flujos. El conocimiento neo-colonial es un aparato que se reproduce a nivel local y transnacional y que crece y se expande. Esto, por supuesto, no quiere decir que en los días que corren no sea urgente pensar juntxs y alegres porque, entre otras cosas, la tendencia (neo) liberalizadora del sistema educativo se extiende con bombos y platillos más allá de las fronteras y porque “solx no puedes, ¡con amigxs sí!”.  La clave, eso sí, estaría en los puntos de partida: no es sólo cuestión de cambiar los contenidos sino los términos mismos de la conversación. Se trataría de generar un pensamiento de frontera como diría Escobar, esto es, moverse más allá de las categorías creadas e impuestas por la epistemología única. Porque digo yo: ¿no sería liberador proponernos pensar desde nosotrxs mismxs, conectar horizontalmente con otras mentes, cuerpos, conocimientos y saberes allí y aquí, dentro y fuera de las aulas; poner en diálogo, debate y discusión pensamientos críticos cuyos objetivos sean comprender y confrontar problemáticas y por supuesto, reflexionar fuera de los límites definidos por el capitalismo? El debate sigue abierto. No sé si me explico.

*María Fernanda Moscoso R. (mafe)

comentarios

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    Ayllu
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    Sáb, 09/14/2013 - 23:46
    El artículo me parece muy bueno, da para reflexionar varias cosas, entre tantas la tarea política de "descolonizar" las prácticas de la producción de conocimiento en nuestros pueblos, o en otras palabras, cómo producir conocimiento pertinente a nuestras realidades, y que alumbren problemas de éstas antes que la pereza intelectual planteada por quienes solamente repiten teorías, o en el peor de los casos conceptos sin sentido y cliches de autores (que abundan en la academia y que solo aparentan), lo que implica trabajar en el sentido de que no solo sería un problema de condiciones, que obviamente no las hay, sino, también de poder trabajar una mirada más autocrítica de la producción de conocimiento, para desde ahí empezar un proceso de reflexión colectiva que nos lleve a "descolonizarnos" y a dejar de mirar al pensamiento construido, como un ente inmodificable, creiéndole todo a europa, y sin reflexión de nuestros propios problemas.  
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    Mauro
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    Mié, 07/24/2013 - 22:38
    Las universidades en ecuador no son buenas, en Europa si los son. Dentro de Universidades de buen nivel, hay diferencias, la U de Quito no esta mal, la FLACSO tampoco, la San Francisco tiene algo de nobmre...pero no se pueden comparar con ninguna Europea. Claro yo espero que Ecuador salga adelante con el Yachay y otras propuestas muy buenas para mejorar el nivel educativo, pero hacen falta profesionales que no hay. Yo (extranjero)tenia que corregir un compa de trabajo (con master) que escribia baca y vasura... Negar que hay limites en el sistema educativo nacional Ecuatoriano significa mentir. Mejorar con ayuda de extranjeros no es algo negativo (vean el caso de Singapur).
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    Ricardo Buitrón
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    Mié, 07/24/2013 - 21:24
    Muy claro, lo comparto.  Vean lo que dice uno de los ideólogos de esta  importación de cerebros, ahí se comprende eso del pensamiento colonizado. "Es pasar de la epistemología y la pedagogía yo le llamo de los ojos cerrados o de la indolencia a la epistemología y a la pedagogía de los ojos abiertos, de los sentimientos, de los sentidos, de estar abierto en los cuales justamente sabemos que partimos de verdades plurales y la única certidumbre es la incertidumbre y justamente en la cual la sociedad y el medio ambiente es el aula, la ciudadanía es justamente compañera, es la compañera de clase y justamente rompemos con esa mirada en la cual la vinculación de la educación superior o este famoso extensionismo es unilateral sino es bilateral porque yo comparto con la sociedad en la construcción del conocimiento en términos de ejemplo nosotros tenemos que señalar que estamos debatiendo el tema del régimen académico, uno de los puntos fundamentales para que se dé esta vinculación entre sociedad y universidad por ejemplo, por poner un ejemplo, además de hablar del tema de lo multidisciplinario transdisciplinario…" http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/izquierda-feliz-densa-y-hermetica-586507.html#.UfAUW5gRyaY.facebook
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    Mié, 07/24/2013 - 11:17
    Me encantó este artículo. Pero creo que sí se debe diferenciar títulos y títulos en el mismo Ecuador, hay universidades que no llegarán ni a las primeras 5.000 universidades del mundo. Ahora estudio en Alemania planificación urbana y de transporte. Me sobrecogió el nivel de conversación que puedo tener con mis compañeros de España acá en Alemania (les ha tocado salir a buscar trabajo en otros países europeos), no va más allá de su sentido de sentirse aún descendientes de reyes y príncipes. Les cuesta aprender otros idiomas. Tampoco es que sepan mucho más del mundo que nosotros, los "sudacas". Ahora mirando al otro lado, el colonialismo mental que aún tenemos se evidencia en otros amigos ecuatorianos estudiando maestrías en España. Valoran más lo que ahí se imparte sin un análisis crítico del nivel de profundidad académica y realmente útil para el país. Tal vez será porque muchos no piensan volver a Ecuador. Yo aún espero la oportunidad para aplicar lo poco que he podido aprender (aunque no sea mucho, pero creo que puede ser útil: transportes y planificación urbana) en mi amado Ecuador y en América Latina. (extraño el bolón de verde y el sango de pescado por cierto, y ya me harté de la cerveza).
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    Mié, 07/24/2013 - 06:54
    me gustó tu nota, me pareció muy clara y un buena análisis del capital social que involucran determinados templos del saber, y como ello debe mucho a la colonialidad del saber. sin embargo creo que si se trata de la critica descolonial lo que cuenta como revolucionario no es tanto una revolución (en el sentido del ya criticado momento mesiánico-secularizado) sino en su gesto micropolítico..en ese punto creo que la fisura que necesitamos no es solo inter-nacional sino, y más aún, inter-epistémica, este último punto me hubiese gustado encontrar en tu trabajo que se interroga por la educación revolucionaria. un abrazo, e. 
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    Andrea Kropman
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    Mar, 07/23/2013 - 13:43
    Muy buen artículo y felicitaciones por la inauguración de Fuera de Clase. A raíz del artículo una parece que comienza a ver noticias relacionadas transmitidas desde otra perspectiva.... <a href="http://economia.elpais.com/economia/2013/07/22/agencias/1374497892_001560.html">Ecuador ofrece miles de plazas de trabajo para docentes españoles</a> Pienso... el continente es grande (integrado por 9 países de habla hispana sólo en el Sur) y con muchxs profesionales sin trabajo. Profesionales que cuando les dan un trabajo cualificado no cobran ni de lejos las cifras que se mencionan en esa nota informativa de EFE. Tampoco se les da ni ayudas de vivienda ni de transporte, pero según el &quot;pacto&quot; a lxs españolxs que vayan si: &quot;Además del sueldo, los que finalmente sean contratados recibirán ayudas para la vivienda, la alimentación y el transporte y los visados que reciban estos docentes se adecuarán al contrato laboral que acuerden con la Universidad Nacional de Educación (UNAE) de Ecuador.&quot; Así también hay profesionales dentro de Ecuador y otrxs migrando fuera. Recordemos que en el último flujo migratorio Ecuador perdió la mitad de su población, aproximadamente 12 millones, había y 6 se quedaron. No se podrá cubrir esas plazas con una parte de esos 6 millones que residen en otros países? O buscar en las universidades de países fronterizos Venezuela, Colombia? Y si toda esa gente no alcanza para la increíble demanda, empezar a pensar en profesionales de otros países hispanohablantes cercanos (CentroAmérica) y si no basta se cruza el Océano.... Algunas políticas de Rafael Correa de intercooperación latinoamericana no se ven en la práctica ni en los &quot;pactos&quot;.
  • Fuera de clase

    Somos un grupo heterogéneo de personas que habita tanto los dentros como los fueras de clase. Nuestra intención es acercarnos de modo crítico y transformador a los procesos de aprendizaje en un sentido amplio. No nos interesa desarrollar un conocimiento experto y sí facilitar la formación de una comunidad de aprendizajes no unidireccionales en la que las prácticas, las ideas y las metodologías sean situadas, abiertas, liberadoras y resistentes. El blog que ensayamos tiene vocación de ser un laboratorio común en el que se ponen en juego diferentes lenguajes y conexiones entre lo local y lo global, lo de dentro y lo de fuera, lo viejo y lo joven, lo de arriba y lo de abajo, el norte y el sur. Nos gusta soñar con una educación desplegada, crítica, inclusiva y anticapitalista.
    Pilar Cucalón, José Carlos Loredo, María Fernanda (Mafe) Moscoso, Marta Morgade, Jara Rocha y Tomás Sánchez Criado.

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