Por Antonio Lozano Grande.
El mes de octubre, como todos los años, nos trajo el cambio de hora, la caída de la hoja y entre otras cosas el fallo de los Premios Nobel, que en el caso del de economía este año es menos fallo que en ediciones anteriores. El agraciado este año ha sido Angus Deaton, merecedor del galardón (y de los 860.000€ con los que va dotado) por sus estudios sobre la determinación de la demanda de un bien, no sólo a través del precio del bien en sí, sino también por otras variables tales como la renta o el precios de otros bienes. Partiendo de esta base, es decir, que determina el consumo de los individuos, se podrá deducir los mecanismos del desarrollo económico y de la pobreza.
Angus Deaton se considera a sí mismo como keynesiano y entra a formar parte del club de los Nobel a pesar de esto y de apoyar políticas de estímulo, así como, defender la participación del estado en la economía. Deaton es uno de los "raros" galardonados junto a personalidades y excepciones como:
· Paul Krugman cuyos méritos radican en sus estudios sobre comercio internacional. En concreto, amplió el modelo keynesiano de demanda agregada introduciendo en el análisis el sector exterior, explicando una realidad económica donde los intercambios comerciales son esenciales. Superó y amplió los modelos económicos de los años setenta (como la paridad del poder adquisitivo) que habían supuesto un parche a las carencias del keynesianismo en este campo.
· Amarthya Sen, estudioso del estado del bienestar. Sen fue más allá de la función de bienestar social rawlsiana que indicada que no existe tal función que cumpla las condiciones de óptimo de Pareto (yo no puedo mejorar mi calidad de vida a costa del empeoramiento de la calidad de vida del resto), eficiencia-equidad (asignación justa y lógica de los recursos) y no dictadura (sólo existirá esa función de bienestar social bajo regímenes dictatoriales) y nos alumbró la función de elección social. Función que no existe al no cumplir las condiciones de óptimo de Pareto, eficiencia-equidad y grupo no dictatorial (sólo se dará la función de elección social si existe un grupo de personas que detenta el poder).
· Joseph E. Stiglitz merecedor del galardón por sus estudios sobre el sector público y su papel en la economía y célebre por sus críticas a la globalización financiera.
La existencia de estos cuatro galardonados como excepciones en la historia de los Premios Nobel tiene su origen en las críticas internacionales recibidas por la institución en los años noventa. Los premios Nobel de Economía fueron instaurados en 1968 por el 300 aniversario del Banco de Suecia quien los otorga, originalmente Alfred Nobel no concibió ningún premio para esta doctrina. Desde su origen, siempre han tenido un sesgo liberal, premiando a aquellos que alababan la eficiencia de los mercados con complejos aparatos econométricos en un intento de dar objetividad a un área del conocimiento que intenta explicar el comportamiento y las expectativas de los individuos. Este sesgo liberal llegó a su cenit en la década de los noventa y tuvo como consecuencia críticas internacionales generalizadas, la dimisión del presidente de la comisión de los premios y que estos recayeran en las personalidades como las ya citadas.
Angus Deaton ha desarrollo modelo econométricos para explicar el comportamiento de la demanda y de los deseos de consumo de los individuos. Las primeras lecciones de microeconomía en las facultades enseñan que la cantidad demandada de un bien depende, como ya he dicho, del precio del bien, del precios de otros bienes, de la renta del individuo y de sus gustos. Este último componente se está olvidando en las explicación de las preferencias de los individuos (y más aun su análisis agregado a o nivel macroeconómico), obviando que la economía es una ciencia social y que tienen como fin la explicación y el análisis del comportamiento humano. Un comportamiento que no tienen que ser siempre racional ni tiene que ser paradigma del homo oeconomicus que economistas cuantitativos y econometras alaban y consideran que opera en merados puros y perfectos. La matematización de la economía avalada por los Premios Nobel da lugar a una reestructuración de la enseñanza de la economía que abandona el estudio del comportamiento de los actores económicos y de la macroeconomía real para centrarse en la microeconomía de la empresa o de lo individual, en la abstracción matematizable de la teoría de juegos o en la eficiencia y modelización financiera de los mercados.
A pesar de las excepciones mencionadas dentro del mar de neoliberalismo que han supuesto estos premios, los Nobel no dejan de premiar a la ortodoxia económica. El keynesianismo, fue calificado por el propio Keynes como poco radical, tal y como lo plasmó en la Teoría General y consideraba que para evitar un nuevo crack del 29 era necesario una mayor intervención y regulación. Premiar a economistas dentro de esta corriente de pensamiento implica premiar a un capitalismo descremado, que durante sus gloriosos treinta no consiguió acabar con las desigualdades en la distribución de la renta, no consiguió acabar con el subdesarrollo (el mayor logro del Banco Mundial, institución que presidió Stiglitz fue acabar con la ceguera del agua) y favoreció un desarrollo salvaje y nada sostenible.
Por último, indicar que queda dentro del campo de las utopías y de las quimeras que modelos económicos realmente alternativos, como la Economía Participativa, y sus creadores Michael Albert y Robert Hahnel, engrosen las listas de este galardón. Modelo económico que permita una verdadera habilitación y emancipación social de los individuos , pues responde a las necesidades de justicia social y política, y que son capaces de crear una "función de economía social", frente a las funciones de bienestar y elección social, que cumpla los principios de democracia económica superando el concepto de libertad friedmanita; autogestión económica tanto en consumo como en producción siendo os trabajadores y consumidores quienes deciden qué producir y qué consumir; justicia económica en la redistribución de los bienes; sustentabilidad y equidad intergeneracional dejando las generaciones futuras las mismas condiciones que nosotros nos hemos encontrado; eficiencia en uso de los recursos frente a la teocracia mercantil y el óptimo de Pareto y solidaridad como generadora de bienestar y no siendo considerada como externalidad interpersonal.
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David Marty es un activista franco-español, jurista y miembro del Instituto de Ciencias Económicas y Autogestión (ICEA) y de la Organización Internacional para una Sociedad Participativa (IOPS-España). Es co-autor del libro Occupy Strategy (2012) con Michael Albert y Jessica Azulay.
Antonio Lozano Grande es economista por vocación y metrero por obligación. Militante de S.O. desde el 2004 y miembro del ICEA desde el 2012.
José Luis Carretero Miramar, es miembro del ICEA, jurista, profesor, escritor, en ocasiones poeta, investigador de terremotos y buscador impenitente de Eldorados.
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