Global
Notas y debates desde el colectivo que edita este periódico
17
Jun
2016
06:42
¿Están de moda los temas feministas?
Por Colectivo DIAGONAL

'Crianza en tribu', 'eyaculación femenina', el anuncio de Pavofrío "alimentando otro modelo de mujer", micromachismos, la copa de luna, la lucha por la igualdad salarial, equidad de género en los programas de los partidos políticos...

¿El feminismo está de moda? ¿O vender temas 'femi­nis­tas' y 'cuestiones de género' sale rentable? Internet, la presencia de feministas en distintos medios de comunicación y la entrada en la política institucional de mujeres vinculadas a los movimientos sociales ha contribuido, sin duda, a que el feminismo cale en el panorama mediático. Algo, en principio, para celebrar.

Las dudas surgen, sin embargo, cuando en ese mismo medio te encuentras, dos páginas o dos clicks más adelante, con una sección de opinión donde las plumas femeninas brillan por su ausencia, un anuncio de ginebra o Carrefour sexista irrumpe en medio de tu lectura sobre los recortes en la ley de dependencia o un titular habla de que han "hallado a una mujer muerta a manos de su marido".

Resulta ine­vitable preguntarse si las decenas de artículos que se mueven en las redes sobre el poliamor y amor romántico, sobre el derecho a decidir de las mujeres o el sexismo de los políticos, tienen capacidad de transformar algo, de ge­ne­rar nuevos ima­ginarios y movilizar.

Porque si se nos ha recordado algo en el actual ciclo político es que los grandes medios contribuyen a crear hegemonía, construyen lugares de sentido común que normalmente no son cuestionados porque se identifican con lo cotidiano, con la verdad. ¿Cuestionan estos medios los mandatos de género, las estructuras de poder y las relaciones de clase que fundamentan las desigualdades?, ¿es ése su papel?

Algunas teóricas hablan de instrumentalización o de "lavado de género": utilizar como estrategia de marketing cuestiones relacionadas con la igualdad de las mujeres o los feminismos para promocionar productos o, en este caso, medios de comunicación.

El debate está ahí, también entre los movimientos feministas, y la respuesta hay que trabajarla de manera conjunta, ver si se puede abrir la grieta para que el discurso no sólo cale sino que tenga capacidad transformadora.

Sin embargo, para tener un mapa más completo resulta imposible no preguntarse quién está detrás de esos grandes medios. La objetividad no existe, ya que todo conocimiento se sitúa en contexto determinado, en unas coordenadas espacio temporales que nos hacen ver la vida de manera diferente. Por eso, lo más honesto es enunciar desde qué lugar estás hablando. Ninguno lo admitirá, pero el denominador común suele ser lo que se denomina como el BBVAH: burgués, blanco, varón, adulto y heterosexual.

Para eso sólo hace falta echar un vistazo a los equipos directivos y de ahí pasar a las secciones y analizar su contenido. ¿Cómo representan a las mujeres? ¿Y otras identidades que no entran en los cánones heterosexuales? ¿Qué fuentes se usan en las noticias? ¿Qué imágenes? ¿Cuántas mujeres aparecen como objeto de noticia? ¿Y como redactoras? ¿En qué secciones: economía, política institucional, sociedad? ¿Se habla del físico y de la ropa de las políticas? ¿Y de su vida personal? Enfoques que banalizan y exotizan, breves listas para construir una opinión rápida sobre el tema de la semana, titulares morbosos que invitan a hacer clic y compartir en la burbuja de las redes.

Hace unos meses Diagonal participó en un encuentro organizado por La Marea sobre violencia de género y medios de comunicación junto a periódicos de tirada nacional y grandes televisiones. El grueso del debate giró en torno a lo poco vendible y atractiva que resultaba la violencia de género y lo difícil que resultaba hacer una "buena cobertura" por la falta de tiempo y los tiempos de las redes y las televisiones.

No parece fácil que el asesinato de mujeres pueda competir con otros temas. ¿Cuál es la responsabilidad social de los medios de comunicación? ¿A quién o a qué se deben estos medios para vivir a golpe de retuit y like? De nuevo la respuesta está en ese sujeto de privilegio, el BBVAH, y la dependencia que se genera de la publicidad o de los contenidos patrocinados.

Mientras, desde otros proyectos comunicativos buscamos resignificar el periodismo como concepto y como práctica. Apostamos por organizarnos de otra manera, por sostenernos gracias a las suscripciones, por reflejar los procesos y no la mera anécdota.

Defendemos, desde la humildad, hablar de periodismo a secas, sin coletillas, porque el buen periodismo debe ser en esencia crítico, y la perspectiva de género no debe quedar relegada a una sección. Y en este camino nos encontramos con compañeras que también hacen periodismo, como es el caso de Pikara Magazine, cuyas integrantes defienden, frente a las etiquetas, que no hacen periodismo especializado sino que miran la realidad desde los feminismos.

Por eso creemos que siempre es buen momento para reconocernos, para sumar esfuerzos y agendas y hacerlo desde el rigor pero también desde la alegría y el gamberrismo.

comentarios

0