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07 de Mayo 2013
javierpadillab

Estos días tiene en Madrid una consulta por la sanidad pública bajo la pregunta "¿Está usted a favor de una sanidad de gestión pública, de calidad y universal, y en contra de su privatización y de las leyes que lo permiten?" (1). 

Algunos han llamado "antidemocrático" a este acto de consulta popular, pero si vamos un paso más allá tal vez deberíamos preguntarnos: ¿participa la población en la confección de nuestro sistema sanitario? ¿por qué no se integran modelos de participación ciudadana continua -más allá de los votos cada cuatro años- que permitan a los gobiernos saber qué servicios públicos quiere priorizar la población?

 

En un momento en el que se toman decisiones buscando la rentabilidad en el corto plazo (para poder pasar por encima de objetivos de déficit y demás convenciones económicas) se toman decisiones que pueden ser legales pero están desvestidas de toda legitimidad al llevarse a cabo marginando el proceso de participación social. Es necesario articular mecanismos de respuesta colectiva participativa, real, influyente y que pueda ser evaluada. Una participación que permita responder de forma informada y colectiva a la pregunta "¿qué sanidad nos podemos permitir? ¿ante qué otros componentes del gasto público queremos priorizarla? ¿cómo vamos a conseguir configurar ese sistema sanitario?" (2).

 

Dejar de pensar lo público como aquello perteneciente al Estado (viéndolo en tercera persona inerte) y empezar a pensar lo público como aquello común, perteneciente al ciudadano (con una concepción amplia del concepto de ciudadanía, claro está) es el único camino para que la construcción de los servicios públicos no sea una tarea inútil.

 

Esta mañana el consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid ha hablado de la consulta por la sanidad pública calificándola de "parodia". Parodia es tomar decisiones sobre los trabajadores sin hablar (ni escuchar) con los trabajadores. Parodia es utilizar los mecanismos de poder público para impedir acciones de protesta y propuesta. Parodia es ser el sucesor de una saga de consejeros con claros intereses personales en la privatización de la provisión sanitaria y negar que esos conflictos de intereses hayan influido en algún momento en la confección de la gestión de la sanidad madrileña. Parodia es que los datos que fundamentan tus decisiones estén construidos con plastilina. Parodia es que en el momento de los últimos 80 años en el que mayor movilización colectiva y participativa está habiendo nos permitamos
el lujo de darle la espalda y minimizar su significado, su acción y sus sugerencias... y es que...

 

... parodia eres tú.

 

 

 

(1) Yo habría quitado lo de "de calidad", porque nadie se va a posicionar en contra de la calidad del sistema sanitario, en cambio en contra de la gestión pública y de la universalidad del sistema sanitario está claro que ya hay quien se ha posicionado.

(2) Muchas de estas ideas surgen a partir de algunos puntos de la intervención de Joan Josep Artells en el IX Simposio de la Sociedad Española de Atención al Usuario de la Sanidad, con el cual tuve la suerte de compartir mesa de debate.

28 de Abr 2013
javierpadillab

El viernes en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros una de las medidas principales que fueron anunciadas fue la desindexación de algunas partidas relacionadas con la función pública (traducción: pensiones, salarios de funcionarios y probablemente salario mínimo interprofesional dejarán de subir según sea el IPC de cada año).Algunos podrían decir que es una medida lógica en un contexto de austeridad y mil y una cosas más de eso que dicen los que se olvidaron hace tiempo de las personas y siguen haciendo como que saben de economía a golpe de palabra esdrújula (sin hablar de los sólidos de los argumentos económicos de dicho planteamiento)... el problema es que en estos días hemos podido leer que hay un colectivo al que sí le van a aplicar la actualización de los pagos según el IPC... el colectivo de las empresas privadas que asuman la dirección de los centros hospitalarios públicos de la Comunidad de Madrid cuya gestión va a ser privatizada.
Esto es, mientras los hospitales de gestión pública directa ven año tras año cómo se disminuyen sus fondos y se plantean un futuro cercano en el que tendrán que ver cómo repercute sobre ellos el plan del Gobierno central de disminuir un 21.5% el gasto sanitario público (ver tabla extraída del plan de estabilidad 2012-2015) verán cómo, por contrato, los hospitales de gestión privada reciben más fondos año tras año.

 
Hay quien insiste en comparar las reformas sanitarias del gobierno actual con una teórica deriva hacia el modelo sanitario liberal de los Estados Unidos... desde nuestro punto de vista esta comparación es profundamente errónea; el modelo hacia el que vamos es el de unas empresas gestionando un servicio (y bien) público con dinero público que les sirve de red para garantizar los beneficios incluso en tiempos de crisis... el Estado como estabilizador, potenciador y garante de los beneficios de empresas privadas con ánimo de lucro mientras exprime los centros de gestión pública directa que aún quedan funcionando.

24 de Mar 2013
javierpadillab

Recientemente hemos podido leer en diversos medios de comunicación que la empresa FNAC había anunciado que iba a tomar diversas medidas sobre sus trabajadores; las dos medidas que más presencia han tenido en dichos medios son la reducción salarial del 15% y la eliminación del seguro médico privado que la empresa pagaba a sus trabajadores.

Tras la amenaza de huelga la empresa se echó para atrás (como podemos leer en este artículo de Diagonal), instaurando una especie de copago para el mantenimiento del seguro médico privado. Durante estos días hemos podido ver cómo desde sectores de izquierdas se ha alzado la voz contra las medidas anunciadas por FNAC, defendiendo a capa y espada el seguro médico privado como ¿derecho? de los trabajadores de la empresa, sorprendiéndonos la falta total de cuestionamiento de este aspecto.

Intentando caminar un poco más allá del caso concreto de FNAC y sus trabajadores, trataremos de responder a algunas preguntas que se nos han planteado estos días:

1. ¿Es el seguro médico privado un "beneficio social" o podríamos considerarlo un robo al trabajador?

Que una empresa privada pague un seguro médico privado a sus trabajadores constituye una expropiación de parte de los salarios de estos y su conversión en forma de (falsa) "prestación social", siendo una excusa para no darle al trabajador una cantidad que le tendría que ser pagada por su trabajo y que se convierte en un producto (por el cual, mediante la contratación colectiva, la empresa consigue desgravaciones fiscales) cuyos beneficios sobre el trabajador no sólo no están claros sino que no se le da información veraz y real (más allá de la propaganda).

El seguro médico privado y los beneficios que se publicitan por parte de sus defensores y las empresas que los ofertan (que suelen ser los mismos, con algún conflicto$ de int€r€$) ahondan en la concepción de la salud como producto.
 

2. ¿En qué se diferencia el seguro médico privado de la prestación pública sanitaria financiada por impuestos?

Alguien podría decir "me parece bien lo que dices, pero también considero que el pago de impuestos para financiar el sistema público de salud es una expropiación de mi salario y preferiría que no se hiciera y ya me busco yo la vida".

La diferencia entre ese planteamiento y el que realizamos nosotros en el punto anterior es que: 1) El sistema nacional de salud financiado por impuestos juega un papel de redistribuidor de riqueza (en forma de salud) que ningún sistema privado podría aspirar a representar; 2) El sistema nacional de salud trata de prestar servicios de acuerdo a las necesidades del ciudadano "asegurado" (como se dice ahora, Mato mediante), mientras que en el caso del sistema privado de seguros se presta asistencia según el pago realizado, acrecentando la Ley de cuidados inversos; 3) La salud (así como la educación, aunque a algunos les cueste más ver esto) tiene un componente de bien social que escapa a otros/los bienes de mercado, de tal modo que el fallo en la disminución de las inequidades que se devendría de la institución a gran escala de un sistema de aseguramiento (laboral y con menores prestaciones) incurriría en un empeoramiento de la salud a nivel global... el ejemplo en el que estamos pensando es ese en el que tú estás pensando también, sí.
 

3. ¿Es el aseguramiento privado una forma eficiente de organizar la prestación sanitaria?

Lo cierto es que en nuestro país no se ha escrito demasiado acerca de este tema, pero merece la pena invertir un rato en leer el artículo "A propósito del aseguramiento privado", de Vicente Ortún [enlace al texto completo] para hacer un acercamiento certero al tema.
L
coexistencia de sistemas de financiación privada (seguros médicos pagados por las empresas o por los particulares) y financiación pública tiende a perjudicar al funcionamiento del sistema público de salud que a mejorarlo, produciendo algunas paradojas como un aumento de las listas de espera (Carolyn, J., et al How Does Private Finance Affect Public Health Care Systems? Marshaling the Evidence from OECD Nations, 29(3), 359–396 -texto completo-). Esto, además de ir en contra de las recurrentes declaraciones que nos llegan desde la sanidad privada donde se habla de los grandes beneficios de la coexistencia de ambos sistemas y de las grandes cantidades de dinero que el sistema público se ahorra gracias a la acción del privado (y que comentamos en este blog a raíz de una entrevista a Juan Abarca Cidón).
 

Es por ello que socialmente no deberíamos permanecer ajenos a estas prácticas, dado que parecen tener efectos sobre el sistema sanitario que financiamos mediante nuestros impuestos.

Un aspecto que habría que comentar es el de las prestaciones donde el Sistema Nacional de Salud no llega... especialmente las prestaciones de salud bucodental... en nuestra sociedad podemos identificar a los pobres mirándoles la boca, por ello el reclamo debería ir hacia la financiación de las actividades de salud bucodental dentro de los servicios públicos de salud, eliminando otras prestaciones ineficientes

 

4.¿Y qué decimos de los funcionario y el sistema MUFACE?

Pero, claro, en España esto de los seguros médicos privados no es sólo cosas de las empresas privadas; en nuestro país tenemos un sistema de aseguramiento mediante pólizas para funcionarios que es pagado con dinero público; se trata de MUFACE, MUGEJU e ISFAS.

Esto es, con dinero público pagamos un sistema de aseguramiento que, como hemos comentado antes, no parece ser mejor que lo que disfruta el resto de la población mediante el Sistema Nacional de Salud y, además, lo mantenemos alejado de cualquier recorte (como comentó, con datos duros en la mano, Juan Simó en su blog).

Lo verdaderamente chocante es ver cómo los defensores de los trabajadores (los sindicatos), cuya defensa de los servicios públicos (vectores de redistribución de la riqueza hacia la clase trabajadora) deberíamos darla por sentada, se manifiestan repetidas veces en favor de la perpetuación del sistema tipo MUFACE (ejemplos: 1 y 2) a la par que critican otras medidas de calado similar.

No vamos a comentar nada más al respecto del modelo MUFACE de financiación y prestación de servicios porque estamos preparando algunos artículos al respecto con datos jugosos... Vemos a empresarios queriendo quitar seguros médicos privados y a trabajadores y sindicatos unidos para mantenerlos... y es entonces cuando no acabamos de entender nada.

06 de Mar 2013
javierpadillab

Yo no soy racista pero...

Nos concedemos el permiso para aplaudir en sus películas a Charlie Chaplin, un medio judío; para admirar a Proust, un medio judío; para aplaudir a Yehudi Menuhin, un judío; y la voz de Hitler la transportan las ondas de la radio bautizadas con el nombre dl judio Hertz [...]. Nosotros no queremos matar a nadie, no queremos organizar ningún pogromo. Pero también pensamos que la mejor manera de dificultar las siempre invisibles acciones del antisemitismo instintivo es organizar un antisemitismo responsable.

[Robert Brasillach; extracto citado en "Primero como tragedia, después como farsa", Slavoj Zizek].

 

Esta lógica del "antisemitismo responsable" es la misma que subyace a la frase de "yo no soy racista, yo soy ordenado". Y aludiendo al orden se despojó en nuestro país hace poco menos de un año de la asistencia sanitaria a los inmigrantes indocumentados. Muchas voces dijeron que había que mantener la calma porque en el momento de la verdad todo el mundo tendría la asistencia necesaria con independencia de su situación documental... pero al parecer no es así...

 

Médicos del mundo denuncia que Sanidad excluye a niños extranjeros.

Comunicado de ODUSALUD ante el fallecimiento de Soledad Torrico.

 

No se trataba de una medida con unas fuertes bases económicas, como ya comentamos en el artículo "Desfinanciando inmigrantes enfermos: efectividad y costes" y, sobre todo, no se trataba de una medida libre de ideología (porque ninguna lo está).

 

Las historias que nos contamos a nosotros mismos sobre nosotros mismos.

 

En muchas ocasiones intentamos justificar acciones que, vistas desde un punto de vista lo más aséptico posible, serían negativas o reprobables, dibujando un contexto que sirva de excusa o justificación.

 

En el caso del RD 16/2012 se dejaba a los inmigrantes indocumentados (y a unos cuantos más, ya que estamos) sin derecho a asistencia sanitaria porque "es necesario poner orden", porque "estamos en un contexto de crisis económica que nos obliga a llevar a cabo decisiones que no querríamos tomar", porque "los turistas europeos vienen de vacaciones sanitarias y no podemos seguir permitiéndolo",...

 

Esbozamos un constructo de autojustificación más complejo cuanto mayor es la barrabasada que vamos a cometer.

 

Y así cerramos el círculo...

Después de rechazar justificadamente el racismo populista como "poco razonable" e inaceptable, dados nuestros estándares democráticos, aprueban medidas de protección "razonablemente" racistas... 

[Extracto del libro "Primero como tragedia, después como farsa", Slavoj Zizek].

 

Dentro de unos años, cuando el paso a un sistema sanitario de tipo Seguridad Social (donde la financiación provenga en exclusiva de las cotizaciones ligadas al trabajo) se complete nos daremos cuenta del calado de medidas que se llevan a cabo disfrazándolas de otra cosa.

 

"Prefiero la injusticia al desorden" decía Goethe (Ich will lieber eine Ungerechtigkeit begehen als Unordnung ertragen)... y ese parece ser el principio rector de nuestro futuro... si no lo evitamos.

Autor: Javier Padilla (@javierpadillab)

23 de Feb 2013
javierpadillab

No sólo está amenazada la provisión pública de los servicios sanitarios, sino que, de forma más general (y consecuencia directa de la entrada de intereses económicos en la prestación sanitaria) está amenazada una concepción de cómo debe funcionar un sistema sanitario para maximizar su efecto sobre la salud de la población.

 

Para explicar esta frase inicial vamos a hacer uso de un esquema que ya hemos utilizado en ocasiones anteriores.

 

 

En un sistema sanitario en el que se quiera dar responsabilidad a los pacientes, sus entornos y comunidades, es necesario caminar hacia la construcción de redes distribuidas (la de la derecha del dibujo) donde la sectorización y subdivisión de los diferentes nodos favorezca la relación entre diferentes unidades funcionales, el intercambio de ideas, proyectos y recursos.

 

El paradigma de este tipo de asistencia (o lo que debería serlo) sería la asistencia sanitaria basada en la comunidad (tanto la medicina de familia como las unidades de salud mental comunitaria).

 

Que cada centro sanitario pase a depender de una empresa privada (con ánimo de lucro -Capio style- o sin ánimo de lucro -tipo Entidades de Base Asociativa-) incrementa las posibilidades de que la gestión de estos centros se lleve a cabo desde una perspectiva del proveedor, lo cual puede entorpecer, en cierto modo, la creación de redes distribuidas, pasando hacia un modelo de descentralización (el del medio del dibujo) o centralización (el de la izquierda).

 

Hay modelos de gestión que favorecen los centros frente a las periferias... y cuando el modelo de gestión se basa en el negocio es uno de esos casos. Moribundos, yonkis, prostitutas, locos (estos últimos pueden ser, incluso locas prostitutas yonkis moribundas) no encajan en modelos que cortan el fino hilo del que penden los recursos específicos de los que pueden depender para su atención.

 

[esto surge a partir de algunas cosas escuchadas ayer en las XIX Jornadas de la Asociación Madrileña de Salud Mental, donde participé en una mesa. Os dejo la presentación que utilicé.]

 

http://www.slideshare.net/javithink/sanidad-pblica-y-alternativas-de-privatizacin-formas-fondos-y-porqus

 

31 de Ene 2013
javierpadillab

En todos los textos que hemos podido leer en los últimos meses sobre la gestión privada de la sanidad pública de acuerdo a otras experiencias internacionales siempre se remarcaba una característica como variable imprescindible: TRANSPARENCIA.

 

Esa transparencia que desde el NHS británico se dijo que faltaba en los contratos entre el gobierno valenciano y las empresas del Modelo Alzira; esa misma transparencia que empezaba a escasear en las fórmulas de gestión privada de Suecia [Ver "Nos miramos en espejos rotos"].

 

En España lo de la transparencia nunca fue nuestro punto fuerte y además percibimos que así es (a la cabeza de Europa cuando se trata de pensar que nuestro país es corrupto, como muestra el "Corruption Perception index" de 2012 publicado por Transparency.org).

 

Hoy, día de sobres y escándalos, el Periódico Diagonal apunta a la Luna y no al dedo señalando:

"Las constructoras de los papeles de Bárcenas tienen cinco concesiones de hospitales en Madrid" (enlace a la noticia)

 Tal vez antes de mirar a costes y resultados tenemos otros aspectos a los que prestar atención... de ética y estética.

23 de Ene 2013
javierpadillab

Hace casi cuatro meses publicamos un artículo llamado "Los recortes no afectarán a la calidad asistencial. Toma 2304".

 

Ayer, gracias a un amigo (MIR de medicina familiar y comunitaria) podemos ver cómo la minimización de los efectos en salud de los recortes en sanidad se produce gracias al sobreesfuerzo realizado por las personas que trabajan en nuestro sistema sanitario.

 

 

Sí, el hecho de que aparezcan 4 pacientes citados a la misma hora bajo el epígrafe de "demanda clínica" quiere decir que entre las 15.00 y las 15.05 en teoría deben ser vistos, atendidos, historiados, explorados, diagnosticados y tratados cuatro pacientes (1'15'' por paciente).

 

Bajadas de sueldo, precarización de los contratos eventuales, repetición del discurso de que hay que hacer más con menos,..., mientras se repite el mantra de "Los recortes no afectarán a la calidad asistencial" incrementan la distancia entre los trabajadores y los dirigentes sanitarios.

 

Cuadruplicar huecos de cita (cuando el tiempo por paciente es de 5 minutos, tema para tratar aparte) no creemos que se encuadre en ningún plan de mejora y sostenibilidad, y es un claro ejemplo de que "los recortes SÍ afectan a la calidad asistencial"

 

[nota: aunque este fenómeno de la multiplicidad de citas a la vez no es nuevo, su incremento responde, en parte, al cese de contrataciones para sustituciones y otros menesteres; nos consta que es un signo más de la marca España, así que no vamos a delimitarlo a una Comunidad Autónoma en concreto]

15 de Ene 2013
javierpadillab

Cuando alguien sufre una gran hemorragia su organismo se las arregla para redistribuir el flujo de sangre haciendo que ésta se dirija a las zonas que con mayor prioridad deben recibir oxígeno. De esta forma, en una situación de hipovolemia (bajo volumen sanguíneo circulante) nuestro cuerpo priorizará que el oxígeno llegue al cerebro o al corazón antes que al dedo gordo del pie derecho.

 

Si cambiamos "cuerpo" por "sistema sanitario" y "hemorragia" por "pérdida de financiación", entonces tenemos el reto ante el que se enfrenta nuestro sistema sanitario en la actualidad. Hay dos maneras de interpretar esta analogía:

 

1- Interpretación morfológica.

 

Hay quien piensa que los organos principales de nuestro sistema sanitario se encuentran en los hospitales y que los centros de atención a pequeñas poblaciones (especialmente sus puestos de urgencias) serían aquellos órganos accesorios cuya falta de oxigenación tampoco traería muchas consecuencias. En virtud de esta concepción en la cual lo central es lo hospitalario y lo periférico es la atención primaria (y más concretamente la que se provee en las poblaciones rurales) lo lógico sería redistribuir la financiación hacia lo central, cerrando dispositivos de asistencia periféricos sin que estos cierres se deban a sesudos estudios de coste-efectividad o respondan a modelos de diseño urbano-rural, sino por el mero hecho de que son periféricos, están alejados del centro.

Esto es lo que ha hecho el gobierno de Castilla La Mancha al cerrar 21 centros de atención continuada en poblaciones rurales debido a la baja afluencia de pacientes a esos centros (sin presentar otros informes de dispersión geográfica, cronas de llegada a otros centros que permanezcan abiertos,...)

 

2- Interpretación cualitativa.

 

Esta forma de interpretar la analogía con la hemorragia del cuerpo humano nos diría que lo que tendría que hacer el sistema sanitario es redistribuir la financiación hacia aquellos lugares que aporten salud a la población tras el análisis de algo más allá que el número de pacientes atendidos al día o la población asignada a dicho centro; que tenemos un sistema sanitario notablemente hospitalocéntrico y alejado de la población en el cual tal vez habría que trabajar más por ver cómo acercar la asistencia sanitaria a la población conjuntamente con otros servicios de protección social a la par que dejamos de utilizar la construcción de hospitales como si de una línea de tren AVE se tratara (donde cada municipio quiere el suyo con independencia de que esto tenga algún sentido según cualquier estudio de planificación).

 

Más allá de las dos interpretaciones.

Desde hace tiempo hemos comentado en este blog que el problema del gasto sanitario parecía más un tema cualitativo (mucho dinero utilizado en cosas que añadían poco a la salud de la población) que cuantitativo. Sin embargo, parece que el actual gobierno nos quiere hacer cambiar la visión. Como se observa en esta imagen extraída del plan de estabilidad 2012-2015 la financiación sanitaria va a sufrir un recorte espectacular en términos cuantitativos, de modo que posiblemente pasemos a los puestos de cola de la OCDE.

 

 

Dedicando un 5.1% de nuestro menguante Producto Interior Bruto a sanidad nos empezará a dar igual la parte cualitativa del gasto porque incluso maximizando la utilidad de ese 5.1% los recortes en las prestaciones sanitarias se antojan monstruosos.

 

Yo me manifiesto claramente creyente en las periferias, como magistralmente expresó Roberto Sánchez en alguno de sus textos, porque los sistemas basados en periferias tienen una mejor capacidad de redistribución de los recursos y de afrontamiento de las dificultades mediante la generación de redes distribuidas (la opción C del siguiente dibujo -tomado de este post de @querolus-).

 

Aunque tal vez los recortes y la forma de llevarlos a cabo no responden a este tipo de reflexiones y planteamientos, sino que simplemente tienen que ver con cómo se toman las decisiones en materia de salud pública [ahora es cuando haces click aquí y lees lo que Rafa Cofiño dijo al respecto en su blog y que sirve para entender más cosas de las que querríamos] 

30 de Dic 2012
javierpadillab

 

El año que nos deja se despide con varios focos de enfrentamiento sanitario abiertos... algunos encuadrados dentro del deterioro general de los servicios públicos y otros con unas características más puramente sanitarias, herencia de la trayectoria de nuestro sistema de salud en los últimos lustros...

 

Hemos realizado una selección de 5 aspectos que podrían ser causa de movilizaciones, disputas y desplantes durante el próximo año (tanto sectoriales como globales).

 

1. La limitación de horarios o prestaciones de algunos centros sanitarios.

 

La sanidad es un instrumento político muy jugoso. Todo municipio quiere alojar un centro sanitario con todo tipo de prestaciones pero desde un punto de vista de racionalidad en la gestión eso no es posible; la política irresponsable en materia de centros sanitarios llevada a cabo en la última década es la que hizo que en Madrid proliferaran los hospitales como setas sin que esto se viera justificado demográficamente. Ahora, en época de restricción presupuestaria nos encontramos conque hay quien intenta recortar con mayor o menor sentido común. Uno de los objetos de estos recortes suelen ser las urgencias de los centros de salud que se encuentran en poblaciones más rurales; hay que ser cuidadoso al llevar a cabo la evaluación de coste-beneficio de mantener estos centros abiertos o cerrarlos porque hay variables como la de la dispersión geográfica o la edad media de la población que habita esos pueblos que en ocasiones pueden ser complicadas de incluir en las ecuaciones que frecuentemente se manejan para la toma de decisiones; por otro lado, hay que ser conscientes de que hay factores políticos y de modelo de municipios y sistemas productivos que pueden influir en estas decisiones; por ejemplo, el cierre de un centro de atención continuada en un pueblo pequeño y mal comunicado de otros municipios más grandes puede ser un incentivo para su abandono por parte de la población que perciba un mayor riesgo para su salud si permanecen viviendo en ese lugar.

 

Las épocas de crisis son malas para la toma de decisiones complejas porque no se cuenta con el músculo económico para revertirlas, incluso cuando se lleva la razón como fiel compañera. Vaticinamos que esto puede ser un punto de fricción en múltiples regiones, especialmente aquellas con un mayor índice de ruralidad y dispersión geográfica.

 

2. El despido masivo de trabajadores sanitarios eventuales.

 

Desde hace unos meses diversas comunidades autónomas están adoptando políticas de contratación cero (no cubrir bajas o jubilaciones, no renovar contratos de trabajadores eventuales de larga duración, reducción de la duración de los contratos renovados y paso de jornada completa a jornada parcial,...); se espera (como ya adelantaban en un artículo de La Razón) que el año 2013 sea el del adelgazamiento del capítulo de personal.

 

Muchos se llenan la boca con los supuestos privilegios del funcionariado que trabaja en la sanidad pública, pero parecen olvidar que hay servicios donde más del 75% de sus trabajadores son eventuales (muchos de ellos con contratos que se renuevan mes a mes). La política de gestión de profesionales en la sanidad pública española va unos kilómetros por detrás de la calidad de los servicios que prestan dichos profesionales y un despido masivo de trabajadores eventuales podría suponer un verdadero mazazo para la calidad de la asistencia sanitaria a la vez que reactivaría de forma imprevisible las movilizaciones en las calles y centros de trabajo, minando un poco más la necesaria confianza entre administraciones y trabajadores sanitarios.

 

3. La privatización de la gestión de muchos centros sanitarios.

 

La privatización de la gestión de 6 hospitales y 27 centros de salud en Madrid podría encontrar eco en otras comunidades autónomas (presumiblemente en aquellas gobernadas por el PP, que son casi todas). Mucho hemos comentado en este blog al respecto de lo hecho en Madrid y de los modelos de gestión privada en general. En el caso de Madrid la oposición de todos los colectivos implicados ha sido sonada (trabajadores sanitarios y población general)... ¿será igual allá donde se intenten imponer estos modelos? ¿los políticos que pretendan tomar estas decisiones en otras comunidades autónomas mostrarán un argumentario más rico y científicamente sólido que sus homólogos de la comunidad de Madrid?

 

Hasta el momento las protestas de Madrid quizá sean las que han logrado una mayor implicación de todos los colectivos implicados... esperemos seguir caminando por salir del medicocentrismo que siempre nos caracterizó como colectivo.

 

4. La instauración de nuevos copagos (o el aumento de algunos de los ya existentes).

 

En 2012 se modificó el copago de medicamentos, se instituyó una tasa de 1€ por receta en Cataluña y Madrid, se introdujeron copagos en las ambulancias no urgentes, medicamentos hospitalarios de consumo ambulatorio, ortesis,...

En algunos lugares ya se habla de cobrar una cantidad fija por día de ingreso, la comida, la posibilidad de que se quede a dormir un acompañante,... La mayoría de estas medidas no van destinadas a diminuir el gasto total, sino a traspasar gasto público a gasto privado, gravando a los usuarios de la sanidad; muchos de estos copagos son, además, un impuesto que grava la enfermedad, afectando con más fuerza a quienes más enfermos están (y que son, en general, los que menos tienen)... pero la política de introducir copagos en todo lo copagable no puede ser infinita, especialmente en una situación en la que el 25% de la población activa está en paro y la población en riesgo de pobreza aumenta mes a mes.

 

5. El deterioro de la formación especializada.

 

Durante 2012 se han vivido varios conflictos entre las administraciones y los especialistas en formación (EIR -MIR, en caso de los médicos-); en Madrid todo quedó en una amenaza de huelga, en Andalucía estuvieron dos semanas de huelga y en Asturias aún siguen enfrascados en movilizaciones (en este último caso de forma conjunta MIRes y especialistas). Dentro de la escala jerárquica de los trabajadores sanitarios aquellos que se encuentran en formación acaban siendo el eslabón más débil, tanto desde el punto de vista salarial como desde el punto de vista de la docencia que no reciben debido a la falta de profesionales que les briden dicha formación o porque tengan que encargarse de desempeñar tareas que en condiciones normales (extra-crisis económica) están destinadas a trabajadores que ya han terminado su periodo formativo.

 

Las diferencias autonómicas en las retribuciones y en las condiciones laborales de estos trabajadores no son sino un punto más de fricción que favorece las movilizaciones... veremos como comienza el año, pero prevemos que la tendencia será a la unión con otros trabajadores sanitarios así como con la población general (lo prevemos y, además, lo esperamos).

 

6. Los recortes en servicios no sanitarios pero con una influencia capital sobre la salud.

Recortes en educación, disminución del subsidio de desempleo, modificación a la baja de las pensiones, eliminación de algunos tramos de la ley de dependencia, el incremento del paro hasta llegar a los 6 millones, la precarización laboral,..., todos esos son factores que también influyen en la salud de la población y ante las cuales los sanitarios no debemos permanecer ajenos (ni como ciudadanos ni como trabajadores sanitarios).

 

La suma de movilizaciones, la generación de pensamientos y propuestas conjuntas que diseñen un concepto de salud amplio con una sanidad que pueda trabajar de cara a la sociedad, la horizontalización y colectivización de las movilizaciones,..., es previsible y deseable que caminemos hacia ese modelo de rechazo de la realidad impuesta y planteamiento de alternativas de futuro.

 

En estas previsibles luchas sanitarias para el año entrante estaremos con vosotros, desde aquí y

 

en la calle

 

codo a codo

 

somos mucho más que dos.

29 de Dic 2012
javierpadillab

 

"Trabajaremos por una sanidad pública, universal, gratuita y de calidad"... algo así venía a decir Ana Mato (Ministra de Sanidad) en su toma de posesión del cargo... y ahora que termina el año en el que han empezado con sus medidas podemos ver cómo han evolucionado esos cuatro adjetivos (¿de ficción?).

 

SANIDAD ¿PÚBLICA?

 

Hay cuatro aspectos fundamentales a los que prestar atención a la hora de evaluar la privatización de un servicio público (y de lo servicios sanitarios en el tema que nos ocupa): financiación, propiedad, control y provisión.

 

La financiación sanitaria en el sistema público de salud sigue siendo pública. Sin embargo, el gasto sanitario privado sigue aumentando dentro del total del gasto sanitario de nuestro país; esto no es tanto por el porcentaje dedicado al aseguramiento individual (las mutuas y demás), sino por el incremento del montante out-of-pocket (que sale directamente del bolsillo del ciudadano) liderado por el gasto en medicamentos. El incremento del copago en medicamentos, así como la desfinanciación de otros cuantos -algunos de ellos con valor terapéutico demostrado- supone una privatización de parte del gasto farmacéutico. Por otro lado, España está disminuyendo su gasto sanitario por encima de la caída del PIB; de este modo, y como se puede observar en la gráfica, las perspectivas de nuestro país pasan por un adelgazamiento del gasto sanitario público hasta llegar a suponer el 5.1% del PIB en 2015. Como en todo cociente, la variable "gasto sanitario / PIB" puede disminuir porque se incremente el PIB o porque disminuya el gasto sanitario; un incremento del PIB no va a ocurrir a corto plazo, por lo que este descenso hasta el 5.1% será por una disminución muy importante en el gasto. [para comparaciones de gasto con el resto de Europa pueden ver las primeras diapositivas de esta presentación]

 

 

La propiedad de los centros sanitarios sigue siendo pública... aunque con matices. La proliferación de infraestructuras bajo el modelo PFI (Private Finance Initiative) hace que la inversión en infraestructuras sea realizada por empresas privadas a cambio de contratos de concesión blindados durante 20-30 años para la recuperación de las inversiones; aunque desde un punto de vista teórico esas inversiones no computan como déficit a ojos de Eurostat, la última visita del FMI a Portugal hizo ver que a la hora de la verdad la fortaleza de dichos contratos es tal que estos importes se convierten en una cantidad más que añadir al apartado de déficit. Podríamos decir que la propiedad de estos centros es pública de la misma manera que una casa hipotecada es de los que la compraron, esto es, en una situación de pagos y control estrictos.

 

El control de la prestación sanitaria es público. En España nunca hemos sido muy de controlar, y menos de controlar bien. La falta de transparencia se manifiesta a todos los niveles y periódicamente salen noticias en las cuales los proveedores privados piden incrementos presupuestarios a sus controladores públicos o se revelan prácticas de dudosa calidad no controladas por los poderes públicos.

 

La provisión de la asistencia sanitaria cada vez es menos pública. En el día de ayer la Comunidad de Madrid aprobó, entre otras cosas, la privatización de la gestión de 6 hospitales públicos. Sin pruebas de que sea más eficaz, efectiva o eficiente y con alguna que otra prueba de lo contrario. Sin añadir ninguna medida extraordinaria que asegure que no se van a producir necesidades de "renegociación" (lo que muchos llaman "rescate") de las empresas concesionarias o que mejore el control de las prestaciones provistas. Nada. Ni una palabra o medida en ese camino de transparencia y buena gestión. Los efectos "beneficiosos" de la gestión privada se encuentran, principalmente, en el corto plazo, permitiendo a los gobiernos ofrecer infraestructuras a la población sin tener que acometer grandes inversiones con fondos públicos pero, como se observa en la gráfica, en el medio y largo plazo estos beneficios se disipan (y eso sin contar los anteriomente nombrados "rescates").

 

 

¿Seguimos teniendo sanidad pública? Sí, por supuesto. Pero es un poco menos pública que hace un año.

 

Algunos artículos de médicocrítico al respecto:

¿Qué nos dice la evidencia sobre los modelos de gestión sanitaria?

El hospital malo y los pacientes tóxicos.

 

SANIDAD ¿UNIVERSAL?

 

Probablemente la reforma sanitaria de mayor calado llevada a cabo pro el Gobierno actual sea el cambio de modelo sanitario en nuestro país, pasando de un sistema sanitario financiado por impuestos en el que el derecho a la asistencia sanitaria era prácticamente universal a otro sistema que se sigue financiando por impuestos pero en el cual el derecho a la asistencia sanitaria sólo existe para los asegurados, término que recuerda a los sistemas sanitarios tipo Seguridad Social (o tipo Bismarck), uniendo la asistencia sanitaria a la cotización.

El grupo que de forma más clara ha quedado expulsado de la asistencia sanitaria han sido los inmigrantes indocumentados, con una medida que carece de sentido económico (recomendamos leer el post "Desfinanciando inmigrantes enfermos"). En la siguiente presentación podéis ver en pocas diapositivas qué supone en términos de universalidad la instauración del RD 16/2012

 

ver presentación: "Sanidad NO universal"
 

Tenemos una sanidad menos universal justo el año que The Lancet dedica un especial a la importancia de la universalidad de los sistemas sanitarios como motor del desarrollo social y económico. Usama y yo publicamos una carta a este respecto en el European Journal of Public Health. Aunque algún alto cargo del gobierno diga que "tenemos una sanidad universal, lo que pasa es que hay que definir qué quiere decir esto", podemos afirmar que la universalidad de nuestro sistema sanitario ha desaparecido.

 

Algunos artículos de médicocrítico al respecto:

Desfinanciando inmigrantes enfermos.

El Gobierno español expulsa a los inmigrantes del sistema sanitario.

Destruyendo el sistema con una hoja de ruta.

 

 

SANIDAD ¿GRATUITA?

 

Se suele decir que tenemos una sanidad gratuita cuando en realidad lo que quiere decirse es que tenemos una "sanidad gratuita en el momento de la asistencia". La sanidad no es gratuita porque se paga por medio de los impuestos (desde una barra de pan hasta el IRPF o el Impuesto de Patrimonio); pero además de esto hay que resaltar que existen dos aspectos fundamentales en los que la sanidad no existe esta gratuidad de la sanidad:

  1. Prestaciones no cubiertas por el sistema público de salud: el mayor exponente de este grupo sería la atención bucodental, que protagoniza una parte importante del gasto sanitario privado de nuestro país. Pocas Comunidades Autónomas han conseguido incluir la atención bucodental en la cartera de servicios, siendo el País Vasco el que tiene una experiencia de atención bucodental a población infantil más satisfactoria. Hoy en día, en España, a los pobres se les sigue pudiendo reconocer por su dentadura. En las prestaciones que, siendo de probada efectividad y eficiencia, no están cubiertas por el sistema público de salud, podríamos decir que existe un "copago" del 100%.
  2. Prestaciones farmacéuticas (y similares): tras la última reforma del copago de medicamentos la población asegurada paga entre un 10% (pensionistas) hasta un 60% de los medicamentos, habiéndose incorporado recientemente a este copago algunos medicamentos de dispensación hospitalaria. La modificación llevada a cabo en el antiguo sistema de copago farmacéutico no ha mejorado su progresividad aunque sí ha incrementado el porcentaje de aportación del paciente. Otra medida más encaminada a disminuir el gasto público traspasándolo al bolsillo del ciudadano, sin actuar en las causas del elevado consumo de medicamentos en España.

¿Nuestra sanidad es gratuita? Lo es en el punto de la asistencia sanitaria, pero con los matices comentados. Además, teniendo en cuenta las modificaciones en el copago llevadas a cabo, podemos decir que tras este año nuestra sanidad es un poco menos gratuita.

 

Algunos artículos de médicocrítico al respecto:

Copago grande, ande o no ande.

Sacando medicamentos de la financiación pública sin ton ni son.

¡Que viene el copago! (o el repago, o el requetepago...)

 

 

SANIDAD ¿DE CALIDAD?

 

Otro de los mantras repetidos con más insistencia es que "los recortes no afectarán a la calidad asistencial" (con esta frase parecen decir que la investigación y la docencia da igual que se afecten

colaboración con los trabajadores).

 

Múltiples voces coinciden en la necesidad de que cualquier medida de cambio que busque incrementar la eficiencia del sistema sanitario tiene que hacerse con la colaboración de los trabajadores sanitarios y con el protagonismo de estos y de los pacientes (Recomendamos la lectura de este texto de Salvador Peiró); sin embargo, en la actualidad vivimos en nuestro país una situación en la que administraciones sanitarias y trabajadores están cada vez más enfrentados, siendo el culmen de este desencuentro las últimas declaraciones protagonizadas por Ignacio González o Fernández-Lasquetty (en ocasiones anteriores la Junta de Andalucía o José Ignacio Echániz tuvieron también su protagonismo).

 

Es imposible mantener la calidad asistencial (o mejorarla) teniendo a los que consiguen esa calidad (trabajadores sanitarios) enfrentados con las administraciones, porque en época de recortes sólo se puede conseguir dicha calidad a expensas de una especial colaboración por parte de dichos trabajadores.

 

¿Sanidad de calidad? Sí, pero desgraciadamente todo indica que esta calidad cada vez será menor.

 

Algunos artículos de médicocrítico al respecto:

Viejos, pobres: sobráis (Fdo. Gobierno de España)

"Los recortes no afectarán a la calidad asistencial" (toma 2304)

27 de Dic 2012
javierpadillab

Dos modelos se defienden cuando los partidarios de la gestión sanitaria privada hablan de sus bondades y argumentan sobre los porqués de su teórica (o pretendida) superioridad frente a la gestión pública: Reino Unido y Suecia.

 

Al principio el modelo a seguir era el del National Health System del Reino Unido, con su sistema de Atención Primaria que tanto encandiló a los familiólogos de la época de la Ley General de Sanidad y demás... pero la palabra externalización se puso de moda allí y comenzaron las reformas. En los últimos años (y especialmente en los últimos meses/semanas) han ido saliendo estudios evaluando el impacto de estas externalizaciones sobre la población afectada, sobre el sistema sanitario y sobre los presupuestos públicos. El último texto al que he podido acceder se llama "Broken promises. The impact of outsourcing on NHS services" (abril 2012) y se viene a afirmar más de lo mismo, que no existen datos y que los que existen no apoyan una superioridad en ningún sentido de las externalizaciones mientras sí que se pueden identificar focos de mejora en los servicios externalizados (especialmente en lo relativo al control de calidad y, según otros artículos, a la equidad en el acceso y la distribución de dichos servicios).

 

Cuando se empezó a ver que el modelo sanitario del Reino Unido naufragaba económicamente y las externalizaciones no habían devuelto a la sociedad lo que ésta le había dado a las empresas gestoras de dichos servicios fue Suecia la punta de lanza del argumentario en favor de los modelos privados de gestión... pero en las últimas semanas se ha podido leer en prensa (extranjera, para que nadie piense que es efecto de que éste sea un debate candente en nuestro país actualmente) un artículo de The Guardian titulado "Private healthcare: the lessons from Sweden" (18/12/12) -Sergio Minué comentaba este artículo en su blog-. De ese artículo se puede extractar lo siguiente:

"'The local councils can now neither determine the number of for-profit providers to be financed by taxes nor where these tax-financed services are to be located' he says. 'This is determined by the private providers on the basis of profitability rather than the health need for these tax-financed services. It is remarkably antidemocratic.'"

['Las autoridades locales no pueden decidir el número de proveedores con ánimo de lucro que van a ser financiados con impuestos ni dónde se van a situar esos servicios financiados con impuestos' dice. 'Eso queda determinado por los proveedores privados en base a la rentabilidad por encima de las necesidades sanitarias de esos servicios financiados por impuestos. Es notablemente antidemocrático'.]

 

Así mismo, en Suecia se comienza a observar un fenómeno previamente descrito en el Reino Unido, según el cual áreas de población más desfavorecida presentan una menor densidad de servicios sanitarios, suponiendo esto una inequidad en el acceso que perjudica a los más empobrecidos, perdiéndose el carácter de redistribución de la equidad que deben tener los servicios públicos.

 

Da la sensación de que nos miramos en espejos rotos, y de ahí sólo obtendremos cortes e imágenes distorsionadas.

 

 [Para ver más bibliografía al respecto de los problemas de costes en el modelo del Reino Unido recomendamos mirar la bibliografía presente en este texto]

20 de Dic 2012
javierpadillab

La entrada de la empresa privada y el ánimo de lucro en la gestión de los centros sanitarios públicos puede suponer un paso más hacia la financiarización de la toma de decisiones en nuestro sistema sanitario. El ejemplo más macroscópicamente evidente sería el intento de creación de hospital malo (como analogía con el banco malo que el Gobierno está creando).

 

Como se explica en el post "Un banco malo ¿es bueno?" del blog "Economía en dos tardes", en el caso del banco malo:

"La idea, en esencia, es que una entidad se quede con todos los activos tóxicos inmobiliarios que arrastran los bancos. Extirpado el problema, estas entidades podrían volver a funcionar y dar crédito..."

¿Por qué esto podría ser análogo a alguna decisión sanitaria? En Madrid, cuando el gobierno de Ignacio González anunció las medidas que pensaba tomar en materia sanitaria una de ellas era convertir el Hospital de La Princesa en un centro de atención a ancianos y el Hospital Carlos III en un centro de media y larga estancia. Esos serían los denominados hospitales malos y los pacientes ancianos y pluripatológicos serían los pacientes tóxicos (como analogía al término "activo tóxico").

 

De este modo, el enunciado para explicar qué sería un hospital malo quedaría así:

 

"La idea, en esencia, es que un centro sanitario se quede con los pacientes poco rentables que suponen un lastre para la obtención de beneficios por parte de las empresas concesionarias de la gestión privada de los centros públicos. Extirpado el problema, esas empresas podrán gestionar los centros sanitarios públicos obteniendo beneficios económicos de las cápitas acordadas".

 

Los centros sanitarios irán perdiendo valor por su utilidad para la salud de la población e irán ganando importancia como bien de intercambio (el valor de uso y valor de cambio).

 

De momento parece que la decisión es mantener el Hospital de La Princesa tal y como está ahora (aunque con un recorte presupuestario más que considerable), habrá que ver cómo evolucionan estas decisiones en el corto-medio plazo y cómo respondemos colectivamente a estas decisiones.

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Médico crítico

Somos un grupo de médicos (jóvenes que van dejando de serlo) de diferentes lugares de España que, tras compartir pasados comunes de asociacionismo utilizamos este blog como espacio de reivindicación y toma de conciencia para hablar sobre medicina, sanidad, salud y sus determinantes sociales y económicos.