Hace unas semanas nos preguntábamos si llegaba el autoconsumo y todo parece indicar que mañana se abordará la nueva reforma energética en el Consejo de Ministros. Está por ver si definitivamente se aprobará el autoconsumo o habrá sido otro globo sonda.Mientras se desvela el misterio, sirva esta entrada para mostrar tres ejemplos de fórmulas interesantes e innovadoras en otros países, que bien podrían ser implantadas aquí. Aunque el autoconsumo está implantado en muchos más países, nos hemos fijado en estos tres por sus fórmulas novedosas. La información está extraída de este informe realizado por ECLAREON. Recomendamos leer el informe completo para ver el estado del autoconsumo en otros países. Un dato: de los 10 países analizados y en una escala del 1 al 4 (siendo 1 el menor), España es el único que obtiene un 1 en implantación de autoconsumo.
En Brasil, un prosumidor únicamente pagará la diferencia entre la energía producida y consumida como se hace habitualmente en los sistemas de autoconsumo. Sin embargo, un elemento interesante es que esta compensación se puede hacer en un período de 36 meses y en edificios distantes de un mismo propietario. Este factor podría considerarse como un incentivo para propietarios de varios comercios o industrias y para personas con segunda residencia que podrían compensar su consumo diario con la instalación de esta segunda vivienda. Aunque rompe con la filosofía de producir en el lugar que se consume, puede suponer un primer paso para impulsar la instalación de renovables.
En México, el sistema de balance neto fue introducido en 2007 para instalaciones menores de 500kW (energía suficiente para alimentar a 250 hogares con familias de cuatro miembros). Es un sistema que otorga créditos por la energía producida que luego permiten la energía consumida. Las dos novedades son las que tienen que ver con la posibilidad de disponer de una instalación lejana disponible para autoconsumo (similar al modelo brasileño) y la posibilidad de compartir una planta entre los vecinos de un edificio de viviendas y compensar la electricidad de cada piso mediante un acuerdo previo. El hecho de poder disponer de una instalación lejana podría ser una buena forma de fomentar las cooperativas y la multipropiedad de ciudadanos que no dispongan de espacio para compensar sus necesidades energéticas pero que puedan disponer de una instalación (en la cubierta de un colegio, por ejemplo) para satisfacer sus necesidades energéticas.
Uno de los casos más paradigmáticos es el de California que, según el informe, cuenta con 40.000 prosumidores. Estos reciben un crédito financiero para reajustar la factura de la luz por la electricidad producida en plantas menores a 1MW (suficiente para 500 viviendas). Los trámites para pequeñas instalaciones son sencillos y el tiempo de conexión a la red rápido de manera que el autoconsumo es atractivo.
A diferencia de algunos de los países citados, el Estado español cuenta con una gran industria en el sector de las renovables y un conocimiento que permitiría una buena implantación del autoconsumo si la legislación lo permite. En función de la fórmula adoptada el autoconsumo podría convertirse en un mecanismo de soberanía energética, reducción de CO2 y ahorro energético con la implicación de la ciudadanía o en una anécdota al alcance de unos pocos privilegiados.
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Un argumento recurrente para atacar a la energía solar fotovoltaica es la escasa eficiencia de los paneles. Un panel solar fotovoltaico para el uso doméstico tiene una eficiencia del 15%. Esto a priori puede entenderse como poco eficiente. Pero, para definir si algo es eficiente, se debe definir primero el concepto de eficiencia.En términos físicos, la eficiencia se refiere a la cantidad aprovechada de un determinado input de energía. En el caso de la fotovoltaica, del total de la radiación solar que incide en una placa se convierte en energía el 15%. En el caso del ciclo combinado (centrales de gas), por ejemplo, la eficiencia ronda el 55% (véase el reportaje sobre ciclo combinado publicado en Consumer por Alex Fernández Muerza en 2007, en plena burbuja de las centrales de ciclo combinado). En la página web de Gas Natural Fenosa se refieren a un rendimiento de un 60% en un párrafo y, un poco más adelante, del 58%.
En términos económicos, la eficiencia se puede entender como el menor uso de recursos y gasto para conseguir los mejores resultados u outputs. En España la factura de la importación de combustibles fósiles es de 45.500 millones de euros. La dependencia energética del exterior supera el 80% y, en el caso del gas, la dependencia del gas argelino ha subido del 42% en 2012 al 53% en 2013.
En términos ambientales, la eficiencia se refiere al mínimo uso de recursos, el mínimo impacto en su extracción y el mínimo residuo generado por la actividad para conseguir el output. Las placas fotovoltaicas tienen impactos ambientales derivados de su fabricación y de su transporte. Sin embargo, este impacto no es en absoluto comparable al derivado de la extracción y quema de gas, petróleo y carbón.
La diferencia de la energía solar fotovoltaica con los combustibles fósiles y la nuclear, además de las diferencias ambientales obvias, radica en que es una tecnología altamente modulable. Para una familia normal de cuatro miembros, con un consumo anual de 3.000kWh, se necesitarían ocho paneles y una superficie de 13m2. Si se tiene en cuenta que los tejados de casas, edificios, naves industriales, colegios, parques de bomberos, residencias, polideportivos y todos los que se nos ocurran son susceptibles de llenarse de paneles solares, podemos deducir que el 15% de eficiencia no es dato que rebata la utilidad, reducción de costes y de impactos de la energía solar fotovoltaica en relación a tecnologías que utilizan combustibles fósiles. Además, los tejados son superficies generalmente sin uso y la energía fotovoltaica producida en ellos puede ser consumida en el lugar de producción sin perder electricidad en su transporte. Cualquier mejora en la eficiencia de los paneles será bien recibida, pero el hecho de que un 15% no es suficiente no puede ser un argumento válido dada la gran cantidad de espacio disponible sin uso actualmente.
El sol es un recurso infinito, gratuito y accesible y sólo necesita de una placa fotovoltaica que recoja su radiación. Los combustibles fósiles, aunque en términos físicos sean más eficientes, son finitos, caros y cada vez más difícil de extraer.
Hoy podríamos hablar de varias cosas. Podríamos hablar del cierre, tan esperado, de Garoña que, al final, cerrará por no ser rentable. Podríamos hablar de las burlas que regaló ayer el ministro de Industria, Soria, en la Comisión de Industria del Congreso de Diputados. Entre otras cosas, al ministro se le ocurrió afirmar que la nuclear es necesaria para la promoción de las renovables. Sí, esas renovables que hacen Marca España de cara a la galería pero que en realidad sufren más hachazos que nunca. Podríamos comentar como ante la interpelación de la diputada de ICV, Laia Ortiz, sobre la falta de inversores en el sector al ministro le dio por salir con que hay inversores fuertes como Renault, al ministro quizá se le olvidó que hablaban de energía. El ministro también habló del fracking como oportunidad, el mismo fracking al que se refería días antes en una entrevista en Radio Nacional de España de la siguiente manera: “Consiste en una tecnología que, a través de inyectar agua en una roca madre que puede estar a 1.500m o 1000m de la superficie, pues se pueda extraer el gas que esta enquistado, por eso se llama gas esquisto, en la roca”. Señor ministro, para la próxima: esquisto se refiere al tipo de roca de donde se extrae el gas, rocas de pizarra con baja permeabilidad que precisan de técnicas más agresivas para extraer el gas debido a su escasa porosidad.
Bueno, después de hablar de todo lo que podíamos hablar, hablemos de lo que habíamos venido a hablar. En una de sus intervenciones, el ministro habló de que en la próxima reforma energética que se prevé para mediados de julio, se incluiría la legislación sobre el autoconsumo con balance neto. A priori esto parece una buena noticia, pero para hablar de buenas noticias en materia de renovables hay que ser muy cautelosos. Veamos cómo una buena noticia puede convertirse en una mala según como se legisle.
En un principio, la legislación del autoconsumo con balance neto, que de aprobarse en julio llegaría con dos años de retraso, debe ser un impulso para las energías renovables y facilitar que la ciudadanía pueda producir su propia energía.
El principal escollo que se prevé en la legislación del autoconsumo con balance neto es el de los peajes. Existen dos tipos de peajes principales: el de uso de la red eléctrica y el que se paga a la comercializadora de electricidad por la necesidad de trámites adicionales al usuario de autoconsumo. Es aquí donde está el quid de la cuestión. El autoconsumo con balance neto puede quedarse en una anécdota al alcance de muy pocas personas si los peajes son muy elevados. En el caso del peaje por utilización de la red eléctrica debe ajustarse al uso real que se hace del sistema (tal como indica UNEF en este informe), de elevarse más supondría una barrera complicada de superar.
Para ilustrar este punto hemos elegido una instalación de autoconsumo con balance neto de una familia de cuatro personas con un consumo anual de 3000 kWh. Para realizar la inversión para realizar la instalación rondaría los 7.500€. En el caso de que no hubiera peajes, esta inversión se recuperaría en 14 años con un ahorro anual en la factura de la luz del 75%. Con un peaje razonable de dos céntimos de euro por kWh vertido a la red la inversión se recupera en 15 años y el ahorro anual en la factura es del 64%. Con un peaje de seis céntimos de euro por kWh vertido la inversión se recuperaría en 20 años con un ahorro anual del 43%. Como se observa en los datos, el éxito del autoconsumo con balance neto depende en gran medida del tipo de peaje que se introduzca.
Por otro lado, es necesario definir bien cuáles son los peajes que se deben pagar a las comercializadores pues cabe la posibilidad que estas pongan precios prohibitivos por las gestiones del autoconsumo.
Por último, un modelo de autoconsumo con balance neto que quiera ser eficiente debe ir acompañado de crédito para acometer la inversión inicial. En este sentido, sería imprescindible la aportación a través del ICO de créditos que permitan a quienes quieran instalar autoconsumo con balance neto desembolsar la inversión inicial.
El autoconsumo con balance neto puede ser una oportunidad para democratizar la forma de producir energía y una solución a la situación de la industria de las renovables, que ha visto en los últimos años como los recortes han abocado a un sector antes próspero a la crisis.
El Consejo de Seguridad Nuclear ha decidido otorgar un informe favorable a la revocación parcial de la orden ministerial del 20 de junio de 2012 y Nuclenor (Endesa e Iberdrola) disponga, así, de un año más para solicitar una prórroga para que la central Nuclear de Garoña pueda seguir funcionando. Durante este año, la central permanecerá abierta sin producir energía. La decisión se ha tomado con los votos favorables de los dos miembros del PP y el de CiU y los votos en contra de los miembros del PSOE.
Nuclenor pidió la semana pasada una prórroga para mantener durante un año más el funcionamiento de la central sin producir electricidad. Esto significa prolongar durante un año el cierre de la central y conseguir así tiempo para que una previsible reforma facilite modifique las exigencias económicas actuales. Como la misma Nuclenor señalaba en la nota de prensa relativa al cierre de Garoña, las exigencias fiscales de la Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética no le permitían seguir funcionando y obteniendo beneficios.
La central de Garoña produjo el año pasado 3.879,69 GWh, es decir el 1,5% de la demanda. Sin embargo, el sistema eléctrico tiene sobrecapacidad debido, principalmente, a la abundancia de centrales de ciclo combinado. En los seis meses que lleva sin funcionar Garoña se ha demostrado que el sistema eléctrico en España no necesita esta central nuclear.
Además, entre los costes de la energía nuclear no se tienen en cuenta las externalidades tanto sociales como medioambientales. La actividad nuclear genera unos residuos cuyos costes de mantenimiento están contemplados hasta 2070, cuando muchos componentes pueden llegar a durar 100.000 años. Asimismo, las consecuencias de una catástrofe nuclear no están contempladas en los seguros, como se ha demostrado en el caso del accidente de Fukushima.
El proceso que ha desencadenado en esta prórroga demuestra que el sistema eléctrico español es profundamente antidemocrático. En primer lugar, el Gobierno de Zapatero incumplió su programa electoral al prorrogar la vida de la central más allá de sus cuarenta años que se cumplían en 2012 y dejar abierta la decisión a 2013. Ahora se ha demostrado otra vez que las decisiones que afectan al sistema energético se toman sin tener en cuenta a la ciudadanía ni el bien común.
Hoy se estrena Oligopoly2, un documental que pone en evidencia los intereses del oligopolio energético para frenar la transición hacia un nuevo modelo energético y expone algunas de las luchas ciudadanas para democratizar la energía.
Oligopoly2 ha sido producido por la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, una plataforma que aglutina a organizaciones ecologistas, empresas, sindicatos, partidos políticos y movimientos sociales con el fin de transitar hacia un nuevo modelo energético basado en renovables y en la democratización de la producción de energía. “Decidimos hacer el documental para dar voz a una ciudadanía a la que se le somete a un chantaje permanente a través de su desconocimiento y de la opacidad del sistema energético” explica José Vicente Barcia, uno de los dos coordinadores de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético.El proyecto para hacer Oligopoly2 nació tras la emisión del programa de Salvados dedicado a la energía. “Por primera vez en televisión y en prime time se habla en términos que todo el mundo entiende del sector eléctrico y se señala a las compañías eléctricas como culpables del descalabro del sector eléctrico y de la subida de la factura de la luz”, afirma Alba del Campo, directora del documental y añade: “Nos quedamos con las ganas de seguir profundizando en las claves del sector: queríamos entender lo que entendían los expertos pero que afecta a todos”.
Alba del Campo explica que el objetivo del documental es “evidenciar los tres pilares del poder de UNESA (patronal del sector eléctrico): la opacidad como un obstáculo para el acceso a la ciudadanía, la presión en los medios de comunicación y la íntima relación entre políticos y compañía eléctricas”.
En el documental se entrevistan a unas 20 personas del sector de la energía entre expertos, miembros de movimientos sociales, periodistas o empresarios. Del Campo intentó hablar con algún representante de las grandes compañías eléctricas sin conseguirlo. “Fueron muy amables pero no quisieron hablar. En el caso de Eduardo Montes, presidente de UNESA, nos dijeron que no tenía tiempo pero unas semanas después le vimos en una entrevista en TV3” asegura.
A las pocas semanas de comenzar la realización del documental, la Plataforma decidió iniciar un crowdfunding para financiar el resto del proceso de producción. La campaña superó el máximo en menos de una semana. En el momento en que comenzó el crowdfunding, los perfiles de Alba del Campo en redes sociales empezaron a ser atacados. “Han violado la privacidad de mis cuentas en redes sociales y han amenazado profesionalmente a personas por colaborar en el documental” afirma la directora.
El documental se proyecta gratuitamente esta tarde a las 19:30 en 42 localidades del Estado español gracias a la participación de personas y organizaciones que han decidido montar proyecciones libres. Para Alba del Campo “es la muestra de que la gente quiere saber y de que ni UNESA puede parar esto”.
En la última semana se han sucedido varias informaciones relativas al mercado del gas que ponen de relieve la preocupación del sector por el aumento de renovables en el pool y la menor generación eléctrica con gas. Hace unas semanas explicábamos cómo las renovables bajan la factura de la luz. Hoy vemos cómo desde la industria gasística se pretende achacar a las renovables todos los problemas del sistema energético del Estado español. El martes se sucedían dos informaciones con Gas Natural Fenosa como protagonista. La primera noticia saltaba a primera hora de la mañana y señalaba el beneficio neto de 411 millones de euros en el primer trimestre de este año, un 1% más que el año pasado. Unas horas más tarde, el consejero delegado de la compañía, Rafael Villaseca, arremetía contra las renovables debido a que durante el primer trimestre del año la gran presencia de estas fuentes en el pool hizo que el precio de la electricidad se abaratara. "Lo que ha pasado en el primer trimestre pone sobre la mesa otra de las horribles consecuencias de las política de renovables" explicaba el consejero en unas declaraciones recogidas por Europa Press. El consejero se lamentaba de “la prioridad de despacho que hunde el mercado y lo hace desaparecer”.
El jueves, la Asociación Española del Gas emitía un comunicado en el que se afirmaba como España había superado a Reino Unido como importador de gas natural licuado. Uno de los datos interesantes del comunicado era el que sitúa a España como el sexto consumidor de gas natural de Europa gracias a que esta fuente satisface el 24% de las necesidades energéticas de España. En el comunicado también se hacía una breve pero significativa referencia a los beneficios del shale gas en Estados Unidos extraído a través del fracking.
Sin embargo, el consejero se olvidó mencionar que las centrales de cogeneración y tratamiento de residuos que queman gas y están dentro del régimen especial reciben 2.200 millones de euros como prima. Asimismo, las importaciones de gas natural alcanzaron los 8.800 en 2012 millones de euros y contribuyeron a que el total de importaciones energéticas llegaran a 45.503 millones de euros en el déficit comercial energético, equivalente al 4,5% del PIB.
Algunos de estos datos están siendo utilizados como una justificación para instaurar el fracking en España como forma de reducir el 80% de dependencia energética del exterior. En una próxima entrada hablaremos del fracking en detalle, una técnica de extracción de gas a gran profundidad que conlleva riesgos para el medio ambiente y la salud y que requiere una gran inversión. Las renovables, en cambio ya hicieron la inversión necesaria durante la pasada década y son una fuente que no requiere más que recursos gratuitos e infinitos.
El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobaba un plan para la rehabilitación de viviendas con el que pretende paliar la falta de actividad en el sector de la construcción debido a la falta de obra nueva.
Este plan contempla una serie de ayudas para la rehabilitación energética de los hogares y para mejorar las calderas e incentivar la sustitución de energías convencionales por biomasa y geotermia. Algunas de estas medidas son interesantes, como el hecho de sustituir las calderas por otras más eficientes o la promoción de la biomasa y la geotermia como fuentes de energía renovable. Sin embargo, son medidas tramposas que sólo buscan poner un parche a la debacle del sector de la construcción y no ofrecer alternativas realistas de mejora en eficiencia.
Ningún plan de eficiencia energética podrá ser creíble hasta que no se apruebe una legislación sólida sobre el Autoconsumo con Balance Neto. Como explicábamos en un post reciente, el Autoconsumo con Balance Neto es la forma en que la ciudadanía puede disponer de su propia electricidad. Esto permitiría que cualquier persona pudiera instalar fuentes energía en su domicilio para nutrirse de electricidad y compensar lo consumido con lo producido para reducir la factura de la luz. Esta forma de autoabastecimiento eléctrico permitiría un mayor desarrollo de las renovables, reduciría la contaminación y supondría una medida de ahorro sustancial, además de promover el empleo.
El Gobierno se dice ahora defensor de la eficiencia energética, cuando en Octubre se opuso a la Directiva Europea de Eficiencia Energética (sólo España y Portugal votaron en contra). El argumento esgrimido entonces era que España ya estaba suficientemente avanzado en los objetivos 20/20/20 que fijan el futuro de las renovables y de la reducción del consumo en la UE. Es cierto que cumplirá los objetivos, gracias especialmente a la cantidad de recursos renovables que dispone como es el viento y el sol. Sin embargo, cabría preguntarse si no sería más lógico superar estos objetivos e incentivar, de paso, el ahorro, la eficiencia y la creación de empleos basados en criterios de sostenibilidad.
El nivel de dependencia energética alcanzo en 2011 un nivel del 84% debido a la necesidad de importar materias primas necesarias para hacer funcionar el mix energético español.
La verdadera eficiencia vendrá en el momento en el que el Gobierno decida aprovechar los recursos autóctonos, baratos e infinitos para promover un verdadero cambio en la cultura de consumo y producción de energía.
Frente a la situación de oligopolio y decadencia del modelo energético mundial expuesta en la anterior entrada, aparecen una serie de alternativas que se enmarcan en el concepto de soberanía energética.La soberanía energética reside en la capacidad de una comunidad de gestionar la producción de la energía que consume. En este sentido, la soberanía energética se contrapone de manera inevitable a cualquier modelo de producción centralizado y en manos de pocas personas o empresas y que, en su mayoría, utilizan combustibles fósiles, caros y poco accesibles para la ciudadanía.
El desarrollo de las renovables ha permitido que estas se conviertan en un elemento que permite que la ciudadanía se convierta en agente activo de producción de energía. Esta es la base de la soberanía energética, que cualquier persona o colectivo pueda convertirse en productor de energía, que conozca su coste y pueda, de esta manera, gestionar su consumo de forma más eficaz y eficiente.
Autoconsumo
El autoconsumo es la capacidad que tiene el consumidor de producir una parte o la totalidad de la electricidad que precisa para cubrir sus propias necesidades. Se empieza a denominar a este nuevo agente como prosumidor.
El autoconsumo implica un cambio radical en nuestra cultura de generación y consumo eléctricos. Se trata de transitar de un modelo centralizado en manos de un oligopolio a un modelo energético distribuido y conformado por una multiplicidad de plantas de generación ligadas al consumo. Las energías renovables a pequeña escala como la minieólica o la minihidráulica son adecuadas para el autoconsumo pero la fotovoltaica y su capacidad modular al instalarse sobre tejado es especialmente apropiada para este objetivo. Existen varias modalidades de autoconsumo:
· Aislado: Instalaciones sin conexión a la red eléctrica que utilizan batería para suplir las necesidades de energía cuando no exista recurso renovable.
· Instantáneo o parcial: Regulado en el Real Decreto 1699/2011. Abastece de la electricidad que se consume en el momento y permite vender a precio mayorista el excedente o instalar un inversor que impida inyectar el excedente a la red. El primer caso implica costosas obligaciones legales y fiscales y el segundo es una opción claramente ineficiente. Sólo es viable en casos con un alto consumo eléctrico durante el día, como comercios, restaurantes o gran industria por lo que su impacto en el modelo energético es muy escaso.
· Autoconsumo con Balance Neto: Esta modalidad permite al usuario utilizar la red eléctrica como una gran batería, es decir: se hace un balance final entre la energía volcada a la red de forma excedentaria y la consumida fuera de las horas de producción (por la noche en caso de la fotovoltaica, por ejemplo). De esta manera, el prosumidor puede ahorrar en la factura de la luz entre un 70 y un 80%. El Gobierno lleva meses posponiendo la publicación del Real Decreto que permita esta modalidad de producción.
El autoconsumo es un pilar imprescindible, junto con la eficiencia y el ahorro, de la soberanía energética y permitiría a gran parte de la ciudadanía establecer mecanismos de producción y consumo independientes de las compañías eléctricas. Sin mencionar los impactos positivos para el medioambiente al reducir de forma drástica las emisiones de CO2 derivadas de la generación de energía con combustibles fósiles.