El enemigo

Saberes
Memoria de aquellos que resistieron al Franquismo después de la guerra.

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07 de Abr 2017
Imanol

 Eduardo Quintela Bóveda, en sus tiempos jóvenes.

  Hoy vamos con la historia de un mal bicho. No es un guerrillero pero sale en muchos libros de guerrilleros. No es un anarquista pero dedicó su vida a ellos, no a ayudarles, sino a su búsqueda, detención  y muchas veces, a su exterminación. Hoy hablamos del infame Eduardo Quintela Bóveda, comisario de la Brigada Político Social de Barcelona.
  Este afamado donjuán, virtuoso fumador de puros habanos, nació en el orensano pueblo de Cea el 13 de octubre de 1891, y no sabemos muy bien, como siendo sus padres profesores, el niño salió rana y se volvió policía. Opositó en 1917 y sacó plaza y no mucho después ya lo tenemos en la capital catalana vestido de paisano pero ejerciendo de policía. Casó con Balbina Fernández y tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Generosa, un adjetivo que si en algo casaba con él, era solo en sus malas artes.
    Parece ser que nuestro personaje tenía gran devoción por otro elemento de altos vuelos, ni más ni menos que el comisario Bravo Portillo, encargado de los trapos sucios y del pistolerismo patronal en su lucha contra la CNT. En septiembre de 1919 un comando obrero elimina a Bravo portillo y parece que este acto marcó para siempre a Quintela, quien en su despacho  tenía una foto del finado y era su figura a seguir. La ejecución de su héroe provocó en él un anti anarquismo que ya le acompañaría de por vida, y a ello se dedicó a tiempo completo.

El cadáver de Bravo Portillo tras ser tiroteado por un grupo anarquista.

   En 1930 es destinado por un corto espacio de tiempo  a El Ferrol, a donde llega como agente de 1ª clase, aunque poco después vuelve a su lugar habitual de trabajo, la ciudad condal.
  Antes de llegar a ser el afamado y temido comisario de la BPS, nuestro hombre fue un agente de calle y aunque muchas personas pueden conocer el intento de asesinato que sobre él realizaron los grupos del “Quico” y “Los Maños”, unos cuantos años antes, esos viles anarquistas que pululaban por Barcelona ya habían intentado darle pasaporte, pues nuestro Eduardo empezaba a distinguirse en la persecución de libertari@s. En enero de 1933, a la salida del bar Centelles, en el barrio de San Martín, mientras seguía a cuatro clientes del mismo, al darles la voz de alto, fue tiroteado por tres de los individuos, él respondió a tiros, pero para entonces ya había recibido un tiro en un brazo y otro en una nalga. Sangrando abundantemente, volvió al bar desde donde pidió ayuda.
  Si buscamos en la hemeroteca de la época, encontramos numerosas páginas de La Vanguardia en las que se mencionan sus servicios. Unas veces lo encontramos siguiendo y deteniendo bandas de expropiadores libertarios, como desarticulando grupos dedicados al sabotaje o investigando asesinatos. Para 1935, Quintela era ya el jefe del grupo de persecución de atracadores. Participa en Madrid como testigo de acusación contra los miembros de la Generalitat por los hechos secesionistas de octubre del 34.

            El policía Quintela en el año 1919.

  No se sabe a ciencia cierta cuál es la causa por la que en julio del 36 nuestro protagonista no estuviera en Barcelona, pero eso le libro con casi toda seguridad de haber sido ajusticiado por alguna patrulla de control o por los tribunales populares. L@s anarquistas, sus enemig@s naturales, se habían apoderado de Cataluña. Reaparece en mayo de 1937 en Valladolid destinado en la “sección de servicios especiales” como comisario jefe, siendo felicitado públicamente por su tarea en la consolidación de la paz pública.
  Con el final de la guerra llega la hora de la venganza y la represión. En Barcelona destacó por su eficacia y crueldad el rondín antimarxista, que con los testimonios de quintacolumnistas, los datos recogidos en centros sindicales, nombres que salían en los periódicos de los años rojos e información abandonada en general, se dedicaron a la depuración  de la horda marxista y anárquica. Uno de los capitostes de este rondín antimarxista es otro conocido de esta sección, el torturador Bravo Montero, digno hijo de Bravo Portillo, de tal palo tal astilla, no hay duda. Y Quintela se puso a lo suyo, a desenmascarar anarquistas y a desmontar las fuertes  redes libertarias que aún quedaban. Presentó un extenso fichero en febrero del 39 que sería muy utilizado en causas contra números@s anarquistas, lo que acarrearía numerosas penas extensas de prisión y penas de muerte.
  Parece ser que los poderes de Quintela con la llegada del franquismo, le permitían tanto investigar hechos acaecidos antes de la guerra como interrogar presos con condenas ya fijadas. De hecho, fue uno de los 14 comisarios nombrados directamente por Franco en el año 1939. Entre las tácticas de este personaje, estaba la de tras una gran redada, dejaban escapar a alguien, que era desde entonces seguido discretamente, y si este no se percataba de la vigilancia, poco a poco iba volviendo a montar la estructura, momento en el cual se daba otra gran redada, dejando escapar a alguien que no fuera el sujeto de la vez anterior. En 1941, se crea la Brigada Político Social, cuyos cuarteles se situaban en el tétrico edificio de Via Layetana, de cuyos sotanos sobre todo, guardan infausto recuerdo much@s desafortunad@s visitantes.

 Este edificio fue el cuartel de la temida BPS en Barcelona.

  Fue conocido como “el terror de la FAI”, disfrutaba de una merecida fama como experto torturador y según Sánchez Agustí, gozaba arremangándose en el preludio de cualquier “hábil interrogatorio”, que consiguió derrumbar a la mayoría. Aparte, una de sus mejores virtudes fue la de ir comprando conciencias a una parte de los anarquistas que detenía, para que actuaran como infiltrados dentro del movimiento libertario, entre ellos, posiblemente su mayor éxito fuera Eliseo Melís. Este hombre pasó la frontera y anunció a la CNT en el exilio, su caso, propuso actuar como agente doble, pero la organización no presto la atención debida, craso error que fueron pagando diversos militantes, unos con largas condenas de prisión, y otros con sus vidas. Melís llegó a ser secretario general de la regional catalana y fue finalmente  ejecutado por un grupo de acción anarquista en 1947, aunque ya se había propuesto e intentado antes. Otros infiltrados conocidos fueron Antonio Seba, reclutado por Quintela en 1945, que también fue tiroteado, por un grupo “Los maños” en el bar Bracafé en 1949, tras lo cual desapareció de la vida pública o Aniceto Pardillo, miembro de “Los Maños” a quienes delató. Este último fue dado por muerto en Francia tras recibir una fuerte paliza por otro grupo de acción, aunque finalmente sobrevivió, logro escapar y pasar desapercibido durante muchos años. Entre los hombres de Quintela, destacan Pedro Polo, antiguo boxeador, al principio a las ordenes de este, otro destacado antianarquista, que a partir de 1946, fue el encargado de la Brigada de Servicios Especiales, encargada de ayudar a la BPS, Arturo Ureta, otro boxeador que a base de directos científicamente estudiados iba ablandando a los sospechosos, o un tal Molins, gigantesco policía que solía rematar la faena después de la dosis de boxeo. Algunos intentos de infiltración, aún así, no le funcionaron a Don Eduardo, Josep Dot fue puesto en libertad con la promesa de colaborar con la policía, pero según llegó a Francia comunicó los planes de Quintela y a este si que le hicieron más caso y no volvió a pasar al estado. A mediados de 1947 empiezan los intentos libertarios por eliminar, yo no a los colaboradores e infiltrados de Quintela, sino al propio comisario. El grupo de Facerías comete tres tentativas durante ese verano, que por diversos motivos acabaran fallando. En febrero de 1948 fue ascendido a comisario jefe. Y el 2 de marzo de 1949, tras haber investigado concienzudamente los itinerarios y rutinas del policía, los grupos conjuntos del “Quico” y “Los Maños” ametrallan el coche oficial donde se movía pero para desgracia suya y de muchos compañeros más, en su interior ese día no iba Don Eduardo, sino el secretario del frente de juventudes, Manuel Piñol y el jefe de deportes de la Falange, José Tella. El primero y su chofer resultaron muertos, el segundo quedó herido, Quintela seguía en su despacho de Via Layetana, vivito y coleando. Pocos días antes, los hermanos Sabaté, habían acabado con uno de los hombres de la BPS, el agente Oswaldo Blanco, en un intento de emboscada montado por este cuerpo policial a la salida del cine condal de Barcelona. Tras estos hechos, una cincuentena de miembros de la BPS de Madrid se trasladaron a Barcelona en lo que fue una temporada de locos en la capital catalana.

Durante el entierro del agente Oswaldo Blanco, Quintela con gafas oscuras.

  Y por fin, durante el verano de 1953, le llegó la jubilación. El 4 de julio se celebró una fastuosa comida con más de 300 comensales para honrar su trayectoria y su “merecido” reposo. Acompañado de policías, militares y demás personalidades del régimen, se despidió a este elemento, aunque me imagino que los que más celebraron su paso a la jubilación, fueron una buena cifra de personas encarceladas y otras tantas que trataban de no caer en sus manos.
  Circuló después un rumor, no sabemos si cierto o no, aunque en sus libros lo mencionan tanto Téllez como Sánchez Agustí, de que cuando fue cercado “Quico” Sabaté en su última expedición al estado, el enemigo número uno del comisario, al que nunca había podido poner la mano encima, allá por enero de 1960, el señor Quintela, ya sin su título policial, se desplazó desde su tierra natal, donde había ido a pasar tranquilamente su retiro, hasta las tierras de Gerona, para poder regodearse con la detención o mejor aún llegado el caso, con la ejecución de su viejo enemigo. Supuestamente, se hizo acompañar de su perro bloodhound, aunque no le sirvió de mucho la compañía pues  “Quico” solía llevar encima siempre una bolsa con pimienta para evitar seguimientos caninos.y nos imaginamos que si realmente hizo el viaje, disfrutaría de lo lindo al ver el cadáver de Francisco Sabaté Llopart tendido sin vida en las calles de Sant Celoni.

 La imagen más conocida del comisario Quintela.

  Finalmente, en agosto de 1968, a la edad de 77 años, le llegó la última hora a este verdugo de anarquistas. Otro personaje, que como Franco, tras varios intentos de atentado, moría tranquilamente en la cama en la ciudad de Barcelona.
  Por cosas de la vida, muchos años después de la jubilación y muerte de nuestro Eduardo, allá por 1974, otro celebre anarquista da con los huesos en los sótanos de Vía layetana, ni más ni menos que Luis Andrés Edo. ¿Y quien está al mando del cotarro en esta ocasión?, pues ni más ni menos que Bello Provincial, sobrino de nuestro personaje y que ahora ocupaba su puesto…en fin, que todo queda en casa.
 
Fuentes: Sabaté. (Antonio Téllez), El maquis anarquista (Ferrán Sánchez), Kyklos alpha (Kostas Floros), La revolta dels Quixots (Oriol malló), La CNT en la encrucijada (Luis Andrés Edo), hemeroteca de La Vanguardia y https://biosbardia.wordpress.com/2016/12/21/quintela-boveda-o-asasino-de-anarquistas-e-outras-historias-de-policias/

21 de Sep 2015
Imanol

      El infame Manuel Bravo Montero en 1941.

 Aunque no hagamos más que mala sangre, hoy recordamos a este torturador, asesino, agresor sexual, putero y todos los adjetivos despectivos que se os puedan pasar por la cabeza, hoy recordamos a ese criminal llamado Manuel Bravo Montero, porqué las cosas que hizo este ser no pueden caer en el olvido, pues sería su última satisfacción. 

  El monstruo nació en Madrid el 27 de enero de 1904 y era hijo de otro infame ilustre, Manuel Bravo Portillo, jefe superior de la policía en Barcelona a principios del siglo XX. Al padre lo mató un grupo de acción anarquista  el 5 de septiembre de 1919, pues el señor Bravo Portillo era el encargado de los pistoleros y la guerra sucia contra el sindicalismo anarquista en aquellos años del plomo, tanto se distinguió el ilustre policía en la represión sindical que acabó de la misma manera en la que él trataba a sus contrarios, con una dosis de plomo, cuando salía de visitar a una de sus queridas en la ciudad condal.

Cadáver de Manuel Bravo Portillo, tras ser abatido por
                  un grupo de acción anarquista.  

  Volvamos a nuestro personajillo principal, del que su mujer, Josefina Naveiras decía que era tan putero como su suegro. El asesinato de su padre por los anarquistas lo marcó y se dedicó en cuerpo y alma a perseguir cualquier cosa que le oliera a marxismo o anarquismo. En 1920 ingresa en la academia de infantería de Toledo, de la que sale dos años después como alférez. Entre sus destinos pasará por el tercio de legionarios en Melilla donde alternará con Franco y Millán Astray, formando parte de la guerra africana. En 1928 cuando Franco es director de la academia general militar de Zaragoza, incluye al teniente Bravo como parte de su claustro de profesores y miembro de su total confianza. Después pasará por Asturias, Tenerife, donde tendrá un proceso por insultar a un superior, de donde lo volverá  a sacar su amigo Paquito para llevárselo a Asturias de nuevo a combatir a los mineros en 1934. Allí formará un trío innombrable junto a Lisardo Doval y Nilo Tella, quienes rivalizarán entre ellos por la fama de ser el más cruel e inhumano en su trato ante el supuesto enemigo. Tras los hechos de Asturias, Nilo Tella acabará en prisión por torturador y Franco tendrá que “esconder” a Doval y Bravo Montero en Marruecos hasta que se olvide el tema.

Dos de los grandes represores en asturias junto a Bravo,
                          Lisardo Doval y Franco.

  No hay muchos datos sobre su trayectoria durante la guerra civil, estando destinado en Barcelona, fue condenado a muerte por un tribunal popular, estuvo encerrado en diversas prisiones y acabó fugándose del monasterio de Nuestra Señora de Collet en Girona para salir al encuentro de las tropas legionarias mandadas por Camilo Alonso Vega.

  Se le incorpora a la guardia civil y es en los días posteriores al final de la guerra cuando Bravo Montero crea el rondín antimarxista, especie de fuerza paramilitar formada por policías, guardias civiles, falangistas y confidentes. Como sería su actuación, para que Eduardo Quintela, jefe de la Brigada Político Social de la ciudad condal, se refiriera a ellos de la siguiente manera: Sus tropelías hicieron reverdecer el recuerdo de las checas rojas. En otro de sus informes comentaba: Recién liberada Barcelona, constituyó el entonces capitán Bravo una sección de falangistas-policías que, por su cuenta, detienen, formulan atestados y los remiten a la Autoridad Judicial, y ya desde el principio espanta a la gente por los procedimientos de tortura que emplea para arrancar declaraciones a los detenidos. Se llegó a dar cuenta de sus métodos al jefe superior de policía, el marqués de Ravals pero este consideró positivos sus resultados. Entre su prepotencia y lo brutal de sus métodos, fue de nuevo cambiado de destino, a territorio hostil, un lugar donde pudiera perseguir y torturar un montón de “rojos” y los montes de Asturias eran el lugar ideal. Fue enviado con el grado de capitán a dirigir las fuerzas de Cangas de Narcea donde estuvo hasta julio de 1942. Su clímax sangriento lo ejerció en la primavera de ese mismo año, tras la matanza que realizo la partida de Santeiro en el puerto del Connio. No consiguió ni capturar ni eliminar a ningún elemento de la partida, pero el grado de ensañamiento contra el vecindario de izquierdas en la zona quedará grabado a fuego para siempre. Ocupó militarmente los pueblos, deteniendo, interrogando y torturando a placer. Se agravaron condenas, se reabrieron procesos y consiguió desmantelar parte de las redes de apoyo y descubrir alguna de las cabañas soterradas. Se volvió a encarcelar a antiguos miembros de la partida. A resultas de las actuaciones policiales, Secundino Rodríguez se rebanó el cuello con un cuchillo para intentar evitar seguir siendo torturado por Bravo. De hecho fue de nuevo trasladado, esta vez a Rioseco, epicentro guerrillero por su proximidad a la cuenca minera. Allí quien se quitó la vida tras pasar por los “cuidados” del capitán fue Belarmino Orviz. Entre los sutiles métodos de este criminal, sus víctimas relataban como eran desnudados, suspendidos del techo, asidos por las extremidades y sistemáticamente apaleados hasta que perdían el conocimiento, recuperando el mismo con duchas de agua fría a presión. Para evitar que gritaran mucho, se les introducían bocados de sal en la boca. También se les provocaban quemaduras con cigarros. También se les aplicaban sanciones económicas desorbitadas y aplicó a varios detenidos el tiro en la nuca.

Los sutiles métodos empleados por los guardias durante
                               los  interrogatorios.

  Con respecto a las mujeres, había que sumar el abuso sexual a la lista común de torturas, lo que llevó a Isabel García a tirarse al tren en septiembre de 1942 para poder librarse de los ultrajes del capitán o a María Alonso a saltar por la ventana no sabemos si para evitar más interrogatorios o es que se les fue la mano y la tiraron ellos. No tiene desperdicio la descripción que hace el monstruo sobre dichas mujeres: Las mujeres se ofrecen, campesinas y juguetonas, coloradas y sanas, podridas y vengativas, una -pobrecilla- se tira al tren por no acudir a mi presencia, otra se corta las venas de la mano en un calabozo para suicidarse, que en su sostén, único sitio vedado al registro, llevaba afilado puñal, para utilizarlo contra ella o contra mí, otra se inocula una grave enfermedad y viene a mí para hacerme participe de su mal. Grandes y sublimes mujeres enemigas que se sacrifican por un ideal revolucionario antes de CANTAR, españolas al fin. Yo no las toco, me volví casto y sigo mi camino, o mi Imperio, con mis cárceles y mi Ley, humillándome solo ante Dios de las Alturas.

  Otra imagen de Manuel Bravo Montero.

  Se atribuyó la matanza de cuatro guerrilleros en Val (Lugo) en diciembre del 42,  en marzo de 1943 fue condecorado por la misma con la cruz del merito militar con distintivo blanco, reintegrándose tras ello al servicio de información de la guardia civil en Barcelona donde siguió haciendo de las suyas. De nuevo Quintela, jefe de la temible BPS emitió un informe sobre él, acusándole de robos y comentando que se consideraba la labor de Montero como nefasta para la patria y para el régimen.

  Su suerte acabó al detener ilegalmente, torturar y asesinar en una checa falangista a Joaquín Gastón San Vicente, un triple agente que trabajaba para los ingleses, la Gestapo y la Dirección General de Seguridad española. Bravo fue detenido junto a cuatro falangistas, y pese a que se le solicito pena de muerte, solo cumplió dos años y cuatro meses, saliendo en libertad en octubre de 1946 siendo expulsado del cuerpo. Emigró a Grecia y apareció finalmente muerto en julio de 1973, supuestamente asesinado. Viendo como vivió, la lista de sus posibles asesinos sería interminable, pero uno que si sabemos que lo seguía era el resistente libertario Manuel Huet “el Murciano” miembro de la red Ponzán, de la resistencia en París, de los que colaboró con la 9 en la recogida de armas, pues Bravo Montero había asesinado a uno de sus colaboradores…

 
Fuentes: Los rojos de la guardia civil (José Luis Cervero), Luchadores del ocaso (Ramón García Piñeiro) y Los senderos de la libertad ( Eduard Pons i Prades).

14 de Dic 2014
Imanol

  La larga sombra de la delación, que a todos sitios llega.

  Desgraciadamente para la guerrilla, tanto urbana como rural, el listado de confidentes, infiltrados y traidores es alarmantemente extenso, y sus resultados, devastadores. Hoy bucearemos en las cloacas de la desconfianza y la delación, causadas a veces por la tortura, a veces por el beneficio económico, o la ideología, el miedo, las rebajas de condena…y otras por el simple y concienzudo trabajo de las fuerzas represoras. En España, el confidente delataba para conseguir algún tipo de beneficio, bien en el orden material, recibiendo, de oscuros presupuestos, el equivalente a las treinta monedas, o bien para preservar su seguridad.
   Una vez más, nos centraremos en el ambiente libertario, por ser en el que estamos interesados y en el que encontramos ejemplos más que de sobra. Fue la BPS, la encargada de ocuparse no solo de los diversos grupos urbanos, sino también de la inmensa infiltración que sufrieron partidos y sindicatos en el exilio, centrándose en el país vecino, Francia. Para seguir con las buenas costumbres, la encargada de los grupos rurales fue la dura y eficiente guardia civil.

     El tristemente famoso infiltrado Eliseo Melís Díaz.

  Posiblemente el más conocido de la infame lista, fuera Eliseo Melís Díaz, miembro del sindicato fabril y textil de la CNT en Barcelona, quien detenido en febrero de 1939 por los esbirros de Quintela, empieza su colaboración con la BPS, proponiendo a la vez a la CNT realizar un doble juego que no será tenido en cuenta. Tras diversas caídas de elementos confederales, no será hasta 1943 cuando la fuerza de las sospechas lo marginen de los nuevos comités. Para 1945 ya estaban bastante claras las cosas y un grupo de acción al mando de José Pareja bajará hasta la ciudad condal con la misión de acabar con él, aunque fracasan en la tentativa. El mismo Pareja, dirigirá otro grupo en julio de 1947 con el mismo fin, consiguiendo su objetivo, pero perdiendo la vida en el intento tras el tiroteo.
  Antonio Seba Amorós, fue también detenido en febrero del 39 por las huestes de Quintela, antiguo comandante de la columna Tierra y Libertad, también pasa a colaborar con la BPS, lo que no le impide seguir ejerciendo cargos en la Federación local de Barcelona. Desde 1945 hay informes acusándolo de agente infiltrado, pero no será hasta 1949, más concretamente en febrero, cuando el grupo de Los Maños lo tirotee como escarmiento en el bar Bracafé de Barcelona, dejándolo herido, abandonando Seba tanto la ciudad condal como toda militancia tras el atentado.

Aniceto Pardillo Manzanero, infiltrado en el grupo de "los Maños".

  Aniceto Pardillo Manzanero “el Chaval”, estaba integrado en el grupo de los Maños pese a algunas sospechas, que por desgracia para el citado grupo, no pasaron de ahí. No solo desbarató los intentos de acabar con el caudillo, sino que vendió al grupo y consiguió que apresaran y ejecutaran a varios de sus componentes a principios del año 50. Tras un asalto frustrado en París, fue encarcelado durante 4 años en la capital gala, saliendo a mediados de junio del 54, un mes después fue interceptado por un grupo de acción que lo dejó malherido y que cuando intentó rematarlo descubrió que el traidor había huido. Fue curado en Francia y posteriormente volvió a Barcelona donde se pierden sus pasos.
  Jacinto Guerrero Lucas “el Peque” fue propuesto por varios sindicatos para el cargo de secretario general en el exilio, su nivel de infiltración queda bien claro tras eso. Fue el responsable de la caída de Granados y Delgado y puede ser responsable también de las detenciones entre otras, de Fernando Carballo y Stuart Christie.
  Ramón Benichó Canuda “Leriles” también había pertenecido a la CNT y después se había integrado en la mafia francesa, lo que no quitaba para que al parecer fuera parte del grupo Paladín, como indica Stuart Christie. Dicho grupo era una de las bandas secretas de pistoleros dirigidas por el jefe de la Brigada Político Social, Eduardo Blanco. Este elemento acabo con la vida de Laureano Cerrada el 18 de octubre de 1976.
  Sobre Adrián Giménez, solo sabemos que colaboraba tanto con Antonio Seba como con Melís en la ayuda policial desde las filas de las CNT exiliada, por ahora no disponemos de más datos.

              Jacinto Guerrero Lucas "el Peque".

  Estos casos solo eran la punta del iceberg, por cada nombre que aquí aparece, son incontables los desconocidos. Como trágica anécdota, decir que de todos los grupos de acción que pasaban la frontera para actuar en el estado, solo sabemos del grupo Massana como único grupo que por un lado no sufrió la muerte de ni la detención de ninguno de sus miembros tras varios años de actuación, ni la de su encargado, el propio Marcelino Massana, entre otras cosas, porqué este tras recibir las misiones que tenía que realizar, nunca daba a la organización, ni la fecha de paso, ni los lugares por los que lo haría. La prudencia le salvó la vida.
  Dejamos el exilio y nos adentramos en las sierras peninsulares, por tierras cordobesas nos encontramos a Juan Olmo García “Abisinio”, carbonero y delincuente habitual, que se vendió por presiones a la guardia civil, y entrego a la partida de los Jubiles, el resultado, todos muertos menos “Quincallero” que resultó gravemente herido y posteriormente encarcelado.

Juan Olmo García "Abisinio" fue quien vendió a "los Jubiles".

  También por tierras de la misma provincia, los grupos del “Cojo de la Porrada” y “Eugenio del Real” ejecutaron a varios delatores y confidentes entre ellos a Miguel Hernández García, en Hornachuelos en otoño del 46, al guarda Nicolás Alonso Lucena en el mismo término, al cortijero Andrés Muñoz Troya en Espiel, en Valsequillo al guarda Francisco Rayo Carmona, de nuevo en Hornachuelos al cabrero Manuel Castillejo y a Francisco Robles. En La Granjuela a Manuel Villaseca Arellano, en Belmez a Francisco Peña Porriño, en Villanueva del Rey al guarda Julián Morales. Todos estos hombres fueros ejecutados en los primeros meses de 1947 y la mayoría de ellos resultaron ahorcados.  El grupo de “Vicente del Puerto” ahorca a Manuel Díaz Santiago en Villaviciosa en agosto de ese mismo año. En 1948 la misma partida ejecuta al guarda Antonio Ramos Pérez. En Hornachuelos los de “Eugenio del Real” ahorcan a Manuel Flor Sánchez, en Alanís lo intentan con Eduardo Falcón, aunque consigue librarse, en Cazalla de la Sierra acaban con Alejandro González Lagares.

Imágenes como esta fueron habituales por tierras de Córdoba.

  Juan González Ventura “Voluntario”, de la partida de “Eugenio del real”, tras ser detenido en Madrid se pone al servicio de la guardia civil delatando entre otros al “Comandante Ríos”.
    Pasamos ahora a la zona de Málaga y Cádiz y nos encontramos con el cenetista Francisco Fernández Cornejo “Largo Mayo”, miembro de la partida de “Moyita” y posteriormente de la Agrupación Fermín Galán, harto de sus años en la sierra, el 30 de diciembre de 1949, se entrega a las autoridades y se convierte en delator, gracias a sus servicios, los civilones conseguirán acabar con Bernabé López Calle “Comandante Abril”, máximo dirigente de la Fermín Galán y con Juan Ruiz Huercano “Capitán” durante la madrugada del 31 de diciembre.
  En la ciudad de Granada, Miguel Peña Martínez, de profesión cabrero, tenía fama de confidente desde antes de la guerra, de hecho, el mismo 18 de julio recibió varios navajazos debido a ello, así que no es de extrañar que en marzo del 44, cuando se enteró de que el grupo de Antonio Fernández Murillo estaba en un prostíbulo de la calle Piedra Santa avisara a la policía. El resultado, un inspector de policía y tres guerrilleros muertos.
  Sin cambiar de ciudad, encontramos a los hermanos Rodríguez González “los Guinea”, familia de confidentes, José será el primero en caer asesinado a manos de “el Modesto”, de la partida de “los Quero”, a finales de marzo de 1944, por haber delatado a otro miembro de la partida que resultó muerto. El 16 de septiembre de ese mismo año, será Luis, el otro hermano quien también sea asesinado, a manos de Antonio Vázquez Murillo y su gente.
  Por concluir con la provincia de Granada, comentar que el grupo de “los Clares”, que durante 1947 habían eliminado en Güejar Sierra al confidente Antonio Martín Benavides y poco después al infiltrado y delator Fermín Castillo, a principios de 1949 tras una seria confrontación con la Agrupación Guerrillera de Málaga Granada, pasarán a colaborar durante unos meses con la guardia civil, causando varias bajas a la citada agrupación. A finales de 1949, los restos del grupo dejan de colaborar y se vuelven a “echar” al monte.
  En Ciudad Real, el pequeño grupo de “el Lechuga”, se entrega en febrero del 48 a la guardia civil, a cambio de sus vidas, colaboran con los civilones, entre sus víctimas, “Lazarete” y su mujer.

"El Lechuga" y su grupo cambiaron de bando
durante el año 48 y persiguieron guerrilleros.

  En Cantabria, la partida de “el cariñoso”, ejecutó también a dos delatores, en 1938, a Santos Manuel Casar y en 1940, en La Cavada a Víctor Gómez Aja. Aunque el propio Cariñoso morirá tras ser delatado por uno de sus enlaces, llamado Escalante, en octubre del 41, su compañera María Solano resultará detenida, y otros tres miembros de la partida, “Lola”, “Cenizo” y “Melenas” también resultan muertos tras un tiroteo por la delación del mismo enlace.
  La partida de “el Petrol” que operaba en la provincia de Teruel, ejecutó al falangista y teniente de alcalde de Dos Torres de Mercader, acusándolo de delator el 25 de noviembre de 1945.
  Como la lista podría eternizarse y el texto se va alargando, lo dejamos para una próxima entrada.
 
 
Fuentes: La red de evasión del grupo Ponzán. (Antonio Téllez), Facerías. (Antonio Téllez), Hijos de una guerra. (Jorge Marco), La resistencia armada contra Franco. (Francisco Moreno), Franco me hizo terrorista. (Stuart Christie), Maquis. (Secundino Serrano), El Cariñoso. (Isidro Cicero), http://diariodevurgos.com/dvwps/el-hombre-que-mato-a-laureano-cerrada.php

11 de Oct 2013
Imanol

 

 

Roberto Conesa, el torturador al cargo de la BPS.

  Hoy, en el apartado de enemigos del movimiento guerrillero, nos centramos en el ámbito urbano, concretamente en el temible cuerpo de la BPS, la brigada político social de tan funesto recuerdo para tanta gente. Su verdadera denominación era Brigada de Investigación Social, fue creada el 8 de marzo de 1941 y permaneció en activo hasta 1976, aunque su desaparición legal definitiva no fue hasta el 13 de marzo de 1986, era una sección del cuerpo general de policía, encargada de la represión política durante los años de la dictadura franquista y de la mal llamada transición.
  Las competencias de este cuerpo iban desde seguimientos personales, intervenciones telefónicas ilegales, violación de correspondencia, detenciones arbitrarias e indefinidas sin poner al acusado a disposición judicial, práctica sistemática de torturas, eliminación física de opositores peligrosos, hostigamiento a la oposición política, infiltración de topos y confidentes en partidos y sindicatos de izquierdas, a la vez que metían sus topos también en las grandes empresas para mejor control de los obreros y de los grupúsculos que estos pudieran crear, preparación de montajes como fue el “caso Scala”, confiscación e incautación de bienes, todo ello centrado en la oposición política al régimen.

      

         Melitón Manzanas                                Eduardo Quintela

  La BPS estaba estructurada dentro del Cuerpo General de Policía, y dependían directamente de los gobernadores civiles y del ministerio de gobernación. Roberto Conesa Escudero estuvo al mando de la misma hasta su desaparición, siempre bien acompañado de personajes como Eduardo Quintela, Pedro Polo y Antonio Juan Creix en la ciudad condal, Melitón Manzanas en Guipuzkoa, al que ejecutó ETA en el año 1968, Manuel Ballesteros en Valencia, Jesús Martínez en Zaragoza, o José María Escudero en la capital, todos ellos refinados torturadores y fascistas reconocidos.

               

       Antonio Juan Creix                                Manuel Ballesteros

  A toda aquella persona, que fuera cual fuera la actividad que le hubiera llevado a los siniestros calabozos de la BPS, le quedaba un negro y largo tramite que comenzaba con la toma de datos y filiación y con suerte acababa delante de un juez, entre una y otra, lo que mas abundaba eran las palizas, pero había otras maneras de que los detenidos contaran lo que sabían…He aquí alguno de los métodos que usaba la BPS para hacer “cantar” a los detenidos:

 -El electricista. Los electrodos sobre cuerpos mojados era una de las formas de tormento de aquellos “años de la victoria”.
-El corro. El método tradicional de los primeros años. Un grupo de policías pegando a mansalva, a mano y a porra.
-La cigüeña. Se ponía al detenido en cuclillas, a veces desnudo para culminar la humillación. Se le esposaba las manos juntas por detrás de las rodillas y se le tenía así lo que aguantara, para golpearlo cuando se desplomaba.
-El tambor. Consistía en colocar sobre la cabeza un cubo de aluminio, y golpearlo con las porras. Los tímpanos se hacían trizas, la sordera era una secuela inevitable, y el dolor, infernal.

 Versión moderna de la bañera

-La bañera. Un método basado en la asfixia: meter la cabeza del detenido en un cubo de agua, con el habitual plus de humillación después de que un torturador orinara o escupiera. El sadismo la ha perfeccionado cambiando el agua por una bolsa de basura apretada al cuello.
-El Cristo. Consistía en tumbar en decúbito supino al detenido, con los brazos en cruz, y golpearle con todo tipo de instrumentos.
-El quirófano. En una mesa tendían a la víctima de cintura para abajo, dejando el medio cuerpo superior suspendido en el aire. Mantener una horizontal imposible era la única manera de evitar el terrible dolor en la columna y la hiperemia cerebral.
 

 

   Sede de la BPS en Via Laietana, Barcelona,
                 la casa del terror.

  Otra de las formas preferidas por la BPS para desestabilizar y hostigar a la oposición fue la captación e infiltración de topos en partidos y sindicatos antifranquistas, el propio Conesa, consiguió infiltrarse en 1939 en el Socorro Rojo Internacional y propiciar así la caída de las conocidas como 13 rosas, también participó en el arresto de Heriberto Quiñones, a quien, entre otras cosas, durante las torturas sufridas, le rompieron la columna vertebral. Otros topos conocidos, fueron por ejemplo el cenetista Eliseo Melís, quien acabó bajo las balas del grupo de acción de José Pareja, después de haber hecho grandes trabajos para Quintela, o los integrados en otros grupos de acción o comités como Antonio Seba o Niceto Pardillo. Por desgracia, la mayoría de infiltrados consiguió continuar en el anonimato y seguir con su trabajo de destrucción para alegría del régimen.
  Como colofón  a este artículo, que bien podría ser el guión de una película de terror, comentar que la mayoría de miembros de la BPS, entraron a formar parte de los nuevos cuerpos de seguridad del estado tras nuestra "gran y modélica" transición...por suerte, o por desgracia, el tiempo se está encargando de hacer lo que no pudieron las balas de sus enemigos...mandarlos a la tumba!!!

Fuentes: La carta (Antoni Batista), Wikipedia, Sabaté (Antonio Téllez) y Los atentados contra Franco (Eliseo Bayo).

 

13 de Mayo 2013
Imanol

 

                       Carnet del somatén.

  La palabra somatén viene de la lengua catalana, para unos es la deformación de som atents, que significa estamos atentos y para otros su significado proviene de so emetent, lo que viene a decir emitiendo sonido, y es que estos grupos se reunían tras escuchar el tañido de las campanas. Es una institución catalana civil pero de carácter parapolicial y cuyos orígenes se remontan hasta el año 1068. Tras ser varias veces suprimido y restituido a lo largo de la historia, simplemente comentar que la II Republica lo suprimió el 15 de abril de 1931 por sus tendencias ideológicas y Franco lo restauró en Cataluña en 1939 y en el resto del país desde octubre de 1945 con la finalidad principal de colaborar con la guardia civil en sus acciones contra la guerrilla y organizaciones obreras clandestinas. El somatén fue definitivamente disuelto como banda armada en julio de 1978, y aunque ahora vuelvan a funcionar ciertos somatenes, no es legal que porten armas.

  Su zona de acción se limitaba a las poblaciones con menos de 10.000 habitantes, pero con su última restitución, algo más de 100.000 hombres, donde era fácil encontrar guardias jurados, alcaldes, antiguos caciques, en su mayoría falangistas, fueron dotados legalmente tanto de armas como de autoridad. Los somatenes tenían sus armas, adjudicadas por las capitanías regionales, en los cuartelillos y puestos de la guardia civil. Supuestamente no podían actuar en solitario, sino que tenían que colaborar con la benemérita.
  La participación de los somatenes contra la guerrilla fue masiva desde 1945 hasta mediados de la siguiente década, comentar también que eran una de las presas preferidas por parte de los guerrilleros para desarmarlos y apoderarse de sus armas y municiones, tan costosas de conseguir por parte de los del monte.

                      Grupo de somatenes posando para la cámara

  Algunos somatenes como el del pueblo turolense de Castellote destacaron por su dureza represiva, llegando a quemar alguna masía perteneciente a familias de guerrilleros. En Aragón, de hecho, aun antes de la formación legal del cuerpo (9-10-45), ya se registra la acción de varios somatenistas, miembros de la falange de Híjar, que durante el asalto a un banco local, durante julio del 45, colaboran con la guardia civil matando a uno de los asaltantes y deteniendo a otro. También destacaron los somatenes falangistas de Tuilla y Pola de Laviana, en Asturias, colaboradores en el crimen del Pozu Funeres, el 13 de abril del 48, cuando en colaboración de la guardia civil, detuvieron, acusándolos de enlaces de los del monte, a alrededor de 20 jóvenes de izquierdas, a los que torturaron durante varios días, hasta que los llevaron al pozo, les dispararon y los arrojaron dentro, algunos aun con vida. Solo sobrevivió uno, que logro escapar antes de llegar al pozo.
  Por último, y casi como tétrica anécdota, comentar que Abel Rocha, subcabo del somatén y exsecretario local de Falange en Sant Celoni, fue quien acabó con la vida del celebre guerrillero libertario Quico Sabaté, cuando llegó gravemente herido a dicho pueblo, y en su búsqueda de un médico, fue a dar con el somatenista, “el Quico” disparó primero, alcanzó en la pierna y en el pecho a su enemigo, pero este, milagrosamente salvó la vida, pues la bala del pecho fue desviada por una granada que llevaba en el bolsillo y que no explotó tras el impacto. Abel la guarda en una urna en su casa cual amuleto mágico. Seguidamente el que disparó fue él, acabando con la vida del maltrecho Quico.

              La granada que salvó la vida del somatén Abel Rocha.

Fuentes: Guerrilla y resistencia campesina (Mercedes Yusta), Las guerrillas antifranquistas (Antolín Nieto), Sabaté (Antonio Téllez), http://antonsaavedra.wordpress.com/2012/12/18/el-pozu-de-la-muerte-en-fu... y http://www.cosasdeandalucia.com/web/index.php/memoria-historica/nuestros....
 

                                           Somatén de El Toboso.

08 de Mar 2013
Imanol

            Contrapartida del cabo Casimiro Gómez, activa en la zona cántabra.

 Las contrapartidas fueron durante bastantes años uno de los máximos azotes no solo para los grupos de guerrilleros o huidos, sino sobre todo para los enlaces y los paisanos que vivían en zonas donde actuaban las partidas guerrilleras. ¿Qué eran las contrapartidas?, aquí le cedemos la palabra a Gabriel Ferreras, sargento de la guardia civil y encargado de una de ellas durante los años 40 en la provincia de León: como las cosas no evolucionaban al ritmo que era de esperar, a finales del año 1942 se introdujo la modalidad de las contrapartidas. Seis o siete hombres, guardias al mando de un sargento, en traje de paisano y de monte, armados con subfusiles, pistolas y granadas de mano, nos lanzábamos al monte, a hacer la misma vida de los bandoleros buscando el encuentro directo con ellos. He aquí el testimonio de uno de los primeros jefes de contrapartida, pues fue en las zonas de el Bierzo y la Cabrera donde empezaron a actuar para luego extenderse a las demás zonas del estado donde operaban grupos guerrilleros, para saber un poco mas de su manera de funcionar volvemos al testimonio del sargento Ferreras: Íbamos provistos de conservas para la alimentación; dormíamos a la intemperie, hacíamos apostaderos en las encrucijadas de caminos, pasos obligados, entradas de los pueblos que ellos frecuentaban, etc…La vida era dura y penosa, y forzoso es confesar que no dio muy eficaces resultados. Yo mandaba una de las dos contrapartidas que se formaron. Solíamos estar en el monte ocho o diez días, al cabo de los cuales, durante la noche, regresábamos a Ponferrada, para evitar expectación, o salían con el jeep a buscarnos. Llegábamos sucios, con barbas de ocho días, en fin, en condiciones lastimosísimas. Se descansaban tres o cuatro días y nuevamente al monte a otra zona distinta, lo que no nos cuenta Ferreras, es que aparte de buscar el enfrentamiento con los del monte, al hacerse pasar por maquis, se presentaban en lugares o pueblos donde supuestamente se les apoyaba, para ir desarticulando las redes de enlaces e ir minando la confianza de los colaboradores. Para crear un clima mas terrorífico, cometían toda clase de desmanes y crímenes bajo su disfraz guerrillero, creando una confusión y un miedo creciente entre la población civil que acabo obligando al propio régimen franquista a detener e incluso ejecutar a alguno de sus miembros por “exceso de celo”. Para el historiador Justo Vila, que estudia el fenómeno guerrillero en Extremadura, la misión de las contrapartidas no estuvo nunca clara, ni bien definida ni bien delimitada. Pocas veces hubo enfrentamientos directos entre ellos y la guerrilla, si lo comparamos con la serie de saqueos y robos en cortijos y casas de campo aisladas que efectuaban las contrapartidas.
  Si al principio las contrapartidas estaban formadas íntegramente por guardias voluntarios, tras su generalización empiezan a incorporarse a las contrapartidas personal civil, como falangistas y somatenes y guerrilleros “arrepentidos”, que solían actuar de “prácticos” o guías.

       Propaganda para alertar de la actividad de las contrapartidas.

  Aún así, había para el buen observador algunos detalles que hacían diferenciables a los guerrilleros de los integrantes de las contrapartidas, así  “Manolo el rubio” jefe de partida en Andalucía, comentaba: iban en grupos de siete u ocho y se camuflaban para vigilar. Nosotros les decíamos “los mantas”, porque siempre llevaban una manta al hombro. Por eso también la gente los distinguía de nosotros. El escritor y luchador antifranquista Nicanor Rozada añade: eran un poco ingenuos en esto, vestían como los hombres del monte, se presentaban como guerrilleros, pero había una cosa muy difícil de imitar, el olor, al hombre del monte le caracteriza un olor exactamente igual que si fuese un oso o un lobo, en la montaña se te impregna ese olor, un olor a sudor, a fuego, a campo…un último testimonio al respecto, el de una antigua enlace: Merodeaban por los lugares de reunión o de paso, para emboscarse, y por ver si alguno de los vecinos se les acercaba como contacto o simpatizante. Había que mirarles las manos, finas, de no haber usado en su vida un azadón o un martillo. Pero sobre todo se les distinguía por el olor. Podían tener la cara tiznada, pero los del monte olían de verdad a humo. Los maquis se reconocían por un olor inconfundible a podredumbre, a sudor, a hoguera, a meses de no lavarse. Un olor penetrante a miedo, a animal furtivo”.
  El éxito de las contrapartidas dependió un poco de la zona y de lo sólidas que fueran las redes de enlaces, pues en ciertos sitios, estas redes conocían bastante bien a la mayoría de los integrantes de los grupos guerrilleros, por otro lado, tuvieron gran efectividad allí donde operaban los guerrilleros procedentes del maquis francés y que no conocían a los enlaces, lo que favoreció la infiltración de las contrapartidas y el sistemático y trágico final de enlaces y guerrilleros.
  Para terminar, simplemente citar al tristemente celebre teniente coronel Eugenio Limia, gran potenciador de esta táctica antiguerrillera: su misión principal era descubrir y captar enlaces, encubridores y confidentes de los bandoleros, como igualmente las organizaciones comunistas que les apoyaban, perseguir y atacar las partidas, y detener las organizaciones y colaboradores de aquellas; a base de emboscadas y ataques nocturnos y por sorpresa en puntos de paso, ranchos, y lugares de racionamiento o refugio, asalto a casas aisladas, preparación de golpes de mano y otra multitud de servicios bajo las consignas e instrucciones del mando de la comandancia.


   La contrapartida, el terror del campesinado español durante los años 40 y principios de los 50.
 
Fuentes: Memorias del sargento Ferreras (Gabriel Ferreras), Las guerrillas antifranquistas 1936-1965 (Antolín Nieto), La guerrilla franquista en Extremadura (Justo Vila), Huidos y guerrilleros antifranquistas en el centro de España 1939-1955 (Benito Díaz) y http://guerrilla-maquis.blogspot.com.es/2007/09/la-contrapartida.html

Imanol

Saludos a tod@s y bienvenid@s a este intento de investigación, difusión y discusión sobre la guerrilla antifranquista en general y la libertaria en particular. Invitaros a corregir, ampliar o rechazar las cosas que poco a poco se irán colgando, pues espero que con vuestra colaboración, podamos aprender y tratar de rescatar esta memoria olvidada y mal enterrada, para devolverla a la luz y a la vista de tod@s. Salud.