El Ejecutivo autonómico da vía libre a Kinbauri para localizar yacimientos en nuevas zonas de Tineo y Valdés.

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Con los ecos de la paralización de la mina de Salave aún cercanos y el paso atrás, obligado, de la Consejería de Fomento en su apoyo tácito al proyecto de Asturgold, la minería aurífera parecía alejarse del occidente asturiano. Sin embargo, la industria extractiva mantiene vivos sus intereses en la región. La multinacional canadiense Orvana –matriz de Kinbauri, empresa que tiene las minas de Boinás (Belmonte) y Carlés (Salas, actualmente inactiva)– ha logrado la autorización para investigar la presencia de oro, plata y cobre en terrenos de Tineo y Valdés. Según publica el BOPA del 7 de abril, se trata de una extensión de 283 cuadrículas mineras, unos 85 millones de metros cuadrados, enmarcados en el permiso denominado “La Linde”.
La multinacional Orvana ha logrado la autorización para investigar la presencia de oro, plata y cobre en terrenos de Tineo y Valdé
Kinbauri: vertidos al Cauxa
Salave, los flecos pendientes de una lucha ganada
La paralización, en febrero, del proyecto de Asturgold en el entorno de Salave es una de las victorias más sonadas del movimiento ecologista y de los colectivos rurales de los últimos años. Sin embargo, y a pesar de los informes contrarios a la mina, la empresa no tira la toalla. Es más, Asturgold demandó en abril al Principado por no autorizar su plan. La empresa alega que pretende “ganar tiempo” para considerar sus opciones legales y evaluar los costes y la pérdida de beneficios. Además, Asturgold ha logrado que el Tribunal Supremo atienda su reclamación de vigencia de las concesiones mineras.
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