Santa Cleta, un nuevo espacio por la movilidad sostenible en Sevilla

La cultura de la bicicleta ha estado muy presente desde hace décadas en Sevilla. Ahora, la cooperativa Santa Cleta se suma con tres socios amantes de eso de darle al pedal.

, Redacción Andalucía
09/01/13 · 19:52

Gonzalo, Tania e Isa tuvieron una idea que iba más allá de montar una tienda de bicis. “Es una cooperativa en la que intentaremos dar rienda suelta a todo lo que se nos ocurra en relación a la bicicleta, que es nuestra pasión”. Y lo que, en principio, iba a ser sólo una pequeña empresa dedicada a la mensajería y reparto en bici, ha acabado por convertirse en un espacio en el que ofrecer otros servicios, además de venta, reparación y alquiler.

Así que acondicionaron un local amplio, de más de 200 metros, muy cerca de la sevillana plaza del Pumarejo y, ya de paso, se plantearon ofrecerlo para que todo aquel que quiera proponer cualquier actividad relacionada con la bicicleta la lleve a cabo. Nuestra intención es sobre todo crear un sistema asociativo de gente que haga cosas entorno a la bici. Por ejemplo, si tú haces accesorios de cuero, nosotros podemos venderlos aquí, también hay bicis customizadas de un amigo que las ha expuesto y además tiene la posibilidad de desarrollar un taller para enseñar a hacerlo”. Y en ello están, pretenden también organizar cursos de mecánica para gestionar pequeñas averías, talleres de feminismos y bicicleta e incluso conciertos con la electricidad generada por bicis.

Un poco de historia

Santa Cleta es otra iniciativa de un movimiento que empezó hace ya algún tiempo. A mucha gente nos suena el lema “¡Carril bici ya!” que veíamos adornando años atrás la capital hispalense. Detrás de él, estaba la asociación A contramano, que participaron muy activamente, allá por los noventa, en la consecución y construcción del carril bici sevillano, de los modelos de bicicletas públicas, etc… Después, apareció el boom masivo, para disgusto de algunos que no veía con buenos ojos tener ciclistas por todas partes en la ciudad, pero que, curiosamente, no se quejaban de la invasión de vehículos motorizados.

En el resto de Andalucía, ciudades como Córdoba (pionera en la red de carriles) y Málaga son por ahora las más activas en la construcción de infraestructuras, a la espera de que vea la luz un plan a nivel autonómico para potenciar el transporte en bicicleta, con el que A Contramano se muestra optimista.

En Sevilla se ha generado un pequeño negocio entorno a la venta de bicicletas, eso sin duda. Pero también un movimiento cultural paralelo. Una muestra es el interés por las bicis chopper (customizadas por sus propietarios) que culmina con un encuentro anual en la ciudad, donde cada uno luce orgulloso su diseño. A la vez, también surge una conciencia ecológica y sociopolítica, que Juan Mellado, presidente de A contramano recalca, a propósito de la asociación: “Nosotros no somos ciclistas deportivos, aunque luego haya personas que lo utilicen como deporte, nosotros somos un colectivo ecologista, lo que intentamos es defender otro tipo de movilidad que no esté basada en vehículos a motor”. Apoyan un cambio en la estructura de las ciudades, con distancias más pequeñas para que puedan recorrerse en bici, a pie o, en todo caso, en transporte público. Esto repercutiría en una sociedad “más inteligente”, capaz de convertir su ciudad en un sitio “más humano, más habitable”.

En Santa Cleta lo tienen claro, “una sociedad que se mueve en bici es mucho más feliz, porque no contamina, ahorra dinero y tiempo en atascos y gana en salud y libertad de movimiento”. Tomaremos nota. Pero a mí me queda todavía lo más difícil: aprender a montar.

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