El pasado viernes un grupo de mujeres indignadas por el cambio en el registro de casos de violencia machista, que sólo se contabilizarán cuando lleven 24 horas hospitalizadas, ha protagonizado un acto de protesta pacifico en las fiestas del barrio sevillano de Triana
A ultima hora del viernes, en los últimos amenos momentos de la Velá de Triana, una corte de mujeres maquilladas como para una película gore desfilan lentamente abriéndose paso entre la muchedumbre en fiesta. Los carteles que llevan en las manos o colgados del cuello aclaran rápidamente que no son zombies sino mujeres indignadas que protestan contra los criterios estadísticos de la ministra Mato en cuestiones de violencia machista. "¿Y yo? ¿Entro en tus estadísticas?", "Mi marido me pega lo normal", recitan sus pancartas.
No todos los asistentes entiende el sarcasmo, así que hay que explicarlo: "Es lo que se decía antes, cuando no estaba mal visto que tu marido te zurrase", explica una mujer de unos 50 años a una joven, "¿Ah no te has enterado? Para que en las estadísticas se considere violencia de genero hay que estar ingresada más de 24 horas". Porque en efecto parece que la mayoría no se ha enterado de la "mejora" en las estadísticas sobre violencia de género propuesta por la ministra.
En octubre de 2012 fue anunciada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género la creación de un registro de mujeres heridas por violencia machista, cuyo objetivo era obtener una radiografía más precisa del número de mujeres que padecen malos tratos por parte de sus parejas o exparejas, incluyendo en las mismas no sólo a las víctimas mortales, sino también a las mujeres que hayan sido hospitalizadas. A pesar de esta ampliación, para enero de 2014 quedarán excluidas las mujeres que acudan con un brazo roto o un ojo morado, las heridas leves, o las que sufran maltrato psicológico. Si bien el número de víctimas aumentará en el nuevo boletín, aquella "invisibilidad" que la misma ministra Mato criticaba hace unos meses seguirá existiendo para la mayoría de mujeres maltratadas.
Asociaciones pertinentes han cuestionado que ese paso vaya aportar algo positivo y avisan de que casos tan graves, que necesiten un ingreso hospitalario tan largo, son pocos y que un registro a medias puede ser contraproducente. Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, declaró que "cuando no hay una estadística más general, acudir a casos tan concretos puede inducir a error sobre cuál es la envergadura real del problema y contribuir negativamente a la forma en la que se visibiliza la violencia de género". Marisa Soleto, directora de la Fundación Mujeres, recuerda que el Poder Judicial ya recoge aquellas denuncias que se hacen a través de los partes de lesiones: en 2012 fueron 14.743, sólo el 11,4% de todas las denuncias que se registraron por violencia machista, y añade que "generar indicadores parciales es imprudente, estaríamos visibilizando solo una parte muy pequeña del problema y minimizándolo". En la misma línea, la presidenta de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, Susana Martínez Novo, según la cual "se corre el riesgo de que se minimice e invisibilice la gran mayoría de los casos de violencia de género, que no necesitan asistencia médica prolongada ni tratamiento quirúrgico. De ahí a que no se consideren violencia de género hay solo un paso".
Envuelta en la polémica, la ministra Mato declaró que no se descarta que en el futuro se incluyan también a las mujeres que acudan a urgencias y a los centros de atención primaria, que "este es sólo un primer paso" y que "hay que ir poco a poco". Pero muchas mujeres no entendemos por qué hay que ir poco a poco. Las mujeres que protestaban el viernes no lo entienden: "Puestos a ampliar las estadísticas ¿por qué introducir parámetros tan discriminatorios y reductivos?", pregunta una de ellas. "Es un retroceso", comenta otra, "el mensaje que se manda a la sociedad es grave porque en efecto la propuesta establece, una graduación de la violencia de género".
Pitada en la caseta del PP
Lenta y silenciosamente estas mujeres con cabezas vendadas, ojos morados y brazos rotos ficticios, acompañadas también por algunos hombres, caminan por la calle Betis en pleno festejo, algunos de los transeúntes las aplauden a su paso, hasta que llegan delante de la caseta del PP, donde se plantan con sus pancartas y emiten un pitido. No les hacen falta palabras, sus cuerpos hablan por ellas.
En pocos segundos son rodeadas por unos cuantos agentes del orden. La protesta pacífica sigue sin incidentes durante unos minutos, los suficientes para llamar la atención. Mucha gente se acerca, alguna pregunta y alguna se entera por primera vez de la polémica cuestión. Al irse, el grupo de mujeres es escoltado por la policía hasta el final de la Velá, donde, ya lejos de la bulla, son identificadas sin muchas explicaciones.
Al final de la protesta una de la participantes explica que "el Gobierno del PP ha recortado la Ley Integral de un 27% en su presupuesto, ha quitado los programas de formación y apoyo al empleo y ha eliminado las campañas de sensibilización y prevención. Lo cual es gravísimo si pensamos que 52 mujeres fueron asesinadas por violencia de género en 2012 y otras 28 en lo que llevamos de año", añade. "Y ahora esto: si menos del 10% de las mujeres agredidas van al hospital, más del 90% de las agresiones machistas ni siquiera serán registradas".
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